Capítulo 20

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Salí del hotel casi como si estuviese robando un banco. Apenas me dio tiempo a despedirme de los empleados que había conocido, pero no podía responder la llamada allí dentro como si nada. Sí, había disimulado poco, pero era eso o que se cayera el telón de fondo.

Cuando llegué a la puerta, Seyeon volvió a llamar. Esa era su dinámica. Esperar y volver a llamar por si acaso. No fallaba, así que me llevé el teléfono al oído y seguí caminando, alejándome del lugar. Tenía que irme de todas formas, pero me hubiese gustado salir más como una persona y menos como un delincuente.

—¿Qué haces respondiendo la llamada, Junghyung? —dijo con un tono sospechoso.

—¿Era una llamada trampa? —No pude evitar reírme.

—Un poco sí. Deberías estar en clase. ¿Cómo estás? ¿Qué has hecho? —Comenzó su batería de preguntas.

—Hubo reunión del claustro, por eso soy libre como un pajarillo —comenté con gracia—. Estoy bien. Salí a dar una vuelta para no aburrirme en casa.

—¿Todo bien con el piso? —Quiso saber.

—Más que bien. No hay ningún problema —dije convencido.

—Te alcanza la beca para todo, ¿no? Si necesitas algo, avísame. Estás en edad de crecer y...

—Estoy bien, no te preocupes. —La paré antes de que siguiera de nuevo—. La beca me lo cubre, y ya sabes que no tengo grandes gastos: clases, transporte, comida... Lo de siempre. —Me encogí de hombros, como si ella pudiese verme. La naturalidad mintiendo era mi quinta esencia. Las cuatro primeras no sabía cuáles eran.

—Bueno, está bien. —Suspiró—. ¿Estás estudiando? Queda poco para los exámenes finales.

—Voy bien, como siempre. Al menos, en eso no fallo. No perderé la beca. —Tarareé alegremente.

—Me alegra escuchar eso. Te costó mucho conseguirla, así que espero que no la pierdas.

—Jamás. Eso no puede pasar. No pasará, confía en mí. —Fruncí el ceño.

—De acuerdo, tranquilo. Confío en ti y sé que siempre das lo mejor. Pero ya sabes, avísame si ocurre cualquier cosa. —Se calló unos segundos de repente—. Pronto te haré una visita sorpresa, así me aseguraré de que no me estás mintiendo.

—No te estoy mintiendo. —Me quejé con puchero incluido.

Vale, tenía motivos para sospechar de mí, ¡pero no pruebas contundentes!

—Desde que tuvimos que achicar agua del piso por haberte dormido con el grifo de la bañera abierto no me fio. Llámame loca si quieres.

—¡Fue un despiste sin importancia! —Sí que tuvo importancia, sí. No le llegué a causar desperfectos a ningún vecino, pero la factura del agua me levantó los pies del suelo—. No volverá a pasar. De hecho, no ha pasado más. Ahora evito ducharme con sueño. Soy responsable, ¿te das cuenta?

—Ay, Junghyung, ¿qué haré contigo? A veces no sé si reírme o preocuparme.

—Lo que te haga sentir mejor. No tiene pérdida, créeme —dije con cierto humor.

—Bueno, señorito. Nos vemos, que tengo trabajo. Espera mi visita sorpresa.

Cortó la llamada sin darme tiempo a quejarme. Si colgaba así significaba que estaba verdaderamente ocupada. A veces, me daba pena. A pesar de todo el trabajo, Seyeon todavía tenía tiempo para ocuparse de mi caso, y de preocuparse por mí. Lo hacía genuinamente, pero yo me sentía mal.

Todavía recordaba cómo, más de una vez, llegué a decirle que no hacía falta que se preocupase tanto por mí. Mi caso era algo excepcional y privado, así que tampoco debía dejarse la piel. Yo estaba bien, dentro de lo que cabía.

To Mr. Jeon [KookV]Where stories live. Discover now