Capítulo 9

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Jimin tragó con fuerza, incapaz de coordinar ningún pensamiento ante la llamada del pequeño. Los sollozos e hipidos se oían al otro lado de la línea. Eso lo había puesto en alerta. Un mal presentimiento se había instalado en su pecho al oír el silencio en la llamada. Sus ojos se movieron con rapidez hacia todas partes con la intención de maquinar alguna situación que hubiese podido darse en su ausencia, pero los nervios actuaron antes.

—Junghyung —habló por fin bajo los ojos de su abogado—, ¿dónde estás?

—No sé cómo se llama el sitio —gimoteó—. Los médicos trajeron aquí a papá.

—¿Dónde es aquí? —insistió con temor.

—A la clínica —murmuró—. Jane dijo que es privada, ¿sabes cuál es?

Probablemente se trataba de una de las sedes de la clínica con la que trabajaba en Los Ángeles la familia Jeon.

—Junghyung. —Tembló un poco—. ¿Qué ha pasado?

—No lo sé, hyung —dijo confuso—. Papá llegó a casa de trabajar y yo estaba en el piso de arriba. Cuando escuché un ruido, bajé y lo encontré en la cocina tirado en el suelo. Está inconsciente y no ha despertado.

—¿No han dicho nada los médicos? —dijo con una mayor preocupación.

—Simplemente que lo traerían porque presentaba síntomas que no encajaban, pero que estaría bien —dijo de manera atropellada—. ¿Eso qué quiere decir, hyung? —preguntó con cierta ansiedad en su voz.

El rubio, por un momento, pareció quedarse en blanco ante la información que le acababa de revelar el pequeño. Miró a Hoseok ahora con seriedad y el ceño fruncido. Él sabía lo que significaba esa expresión del menor: nada bueno.

—¿Papá estará bien? —preguntó la vocecilla al otro lado.

—Junghyung, escúchame. Jungkook se pondrá bien. No te preocupes por eso. —Intentó calmarlo, pero sabía que ni él tenía garantizada la seguridad de lo que estaba diciendo —. Es fuerte. Se recuperará enseguida. Lo más seguro es que sea del cansancio. —
Se mordió el labio.

—Tengo miedo, hyung. ¿Seguro que no tiene ninguna enfermedad o algo así? —El mayor se tensó visiblemente y agradeció que fuera solo una llamada telefónica.

—Pequeño, tranquilo. Fue un desmayo, ¿está bien? Tú quédate a su lado hasta que se recupere. Él te necesita ahí, ¿de acuerdo?

—Papá no me necesita —murmuró.

—Junghyung... —pronunció un poco afligido por el tono melancólico del menor—. Le hará bien que estés ahí. Quédate a su lado.

—Yo necesito a papá... —volvió a hablar, cada vez más bajo.

Jimin se mordió el labio de nuevo, con más fuerza, y cerró los ojos. Toda la situación era complicada, pero es que el nudo que se había formado en la fina cuerda venía ya desde muy atrás.

—Junghyung, quédate con él —contestó con suavidad—. Cuídalo e intenta que no vuelva a presionarse tanto, y dile que me llame cuando se recupere, ¿vale?

—Está bien, hyung...

—Nos veremos pronto, Junghyungie, así que cuídamelo hasta que vuelva —intentó animarlo.

—Sí. —Soltó una sonrisa desganada.

—Nos vemos pronto —se despidió.

—Adiós, hyung —dijo por último antes de colgar.

El más bajo se pasó la mano por el pelo y suspiró. Hoseok esperó hasta que Jimin pudiese poner en orden lo que fuera que había pasado para intervenir.

To Mr. Jeon [KookV]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora