CAPÍTULO 10

3.6K 304 47
                                    

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


Lucy no encontraba su patineta por ningún lado, se la habían robado. ¿Pero cómo? La tenía dentro de su casillero. Golpeó una patada en éste y se cerró.

— Wow wow, tranquila hija de Kreese. — era aquella voz angelical.

Se giró y ahí se encontraba Johnny apoyado en uno de los casilleros. Ella se cruzó de brazos y se marchó de ahí dejándolo sólo. Pudo sentir algunas risillas de sus amigos karatecas.

— ¿Dónde diablos estabas? — le preguntó Piper sentada en su lugar.

Lucy no le dio importancia y se sentó en la última parte del salón. Se colocó los auriculares y comenzó a rayar su cuaderno con garabatos.

Pudo ver de reojo a todos sus compañeros de clase levantarse rápidamente y salir del salón

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


Pudo ver de reojo a todos sus compañeros de clase levantarse rápidamente y salir del salón. Entendió de que era el momento de salir. ¿Cómo iría a casa? Piper se encontraba parada al lado de la puerta esperándola.

— ¿Qué ocurre contigo? — la tomó del brazo y la guiaba hasta la salida de la escuela.

— Algún gracioso se robó mi patineta. No sé cómo lograron abrir mi casillero. — explicó de malas.

— Tranquila, te llevo a casa. — Lucy negó rápidamente.

— No te preocupes, me tomaré el autobús. — dijo y le hizo una seña con su mano para despedirse. Piper sin entender respondió de igual manera.

Comenzó a caminar con rumbo a la parada del autobús. Llevaba algunos dólares en su pantalón, agradecía éso, aunque no sabía cuánto costaría el boleto hacia Las Colinas.

Al llegar al lugar, miró hacia el cartel que se encontraba clavado junto a un poste en el suelo. El autobús 50 sería quien la llevara hasta Encino.
Soltó un suspiró y se sentó en una de las bancas que se encontraba ahí.

Sintió la presencia de una persona y se dio la vuelta. Le intentó arrebatar su mochila...

 Le intentó arrebatar su mochila

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


Johnny Lawrence.

— Pizza, por favor. — suplicó Tommy con sus manos juntas.

Los cinco chicos discutían dónde irían a comer antes de presentarse a la escuela de Karate. Tommy había cansado en pedir pizza y así lo harían. Todos juntos en sus motocicletas habían pasado por la playa a tomar unas cervezas y ahora irían a cualquier restaurante de Las Colinas.

— ¡Oigan! ¡Miren! — gritó Bobby mientras señalaba el suelo.

Todos frenaron sus motocicletas y luego se acercaron a Bobby. Éste se agachó y tomó en brazos a un pequeño cachorro que estaba abandonado a la orilla de la calle dentro de una caja. Todos se acercaron con una sonrisa y le acariciaban el rostro.

— ¿Quién habrá sido el hijo de perra que lo dejó aquí? — dijo Tommy mientras miraba a todas partes. Estaba desierto.

— No lo sé. Pero creo que tengo a un nuevo amigo. — dijo Bobby abrazándolo, el animal comenzó a lamerle el rostro. Johnny sonrió.

— Bien. Vamos a comer pizza, muero de hambre. — dijo Jimmy mientras subía a su motocicleta y sus amigos lo imitaban.

En el camino, todos alzaban la voz para poder hablarse, hasta que uno de ellos; Tommy, hizo frenar a todos y señaló a la parada de autobús.

— ¿Ésa no es la hija de nuestro Sensei? — señaló y Johnny miró la escena.

Dos personas de alta estatura se encontraban quitándole la mochila a Lucy.

— Nadie toca a la hija del Sensei, Kreese. — dijo Johnny entre dientes.

Todos se colocaron sus cascos nuevamente y encendieron sus motocicletas

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


Todos se colocaron sus cascos nuevamente y encendieron sus motocicletas. Se acercaron rápidamente a dónde se encontraba Lucy y se bajaron.

— ¡Oigan imbéciles! ¿Por qué mejor no se meten con alguien de su tamaño? — gritó Johnny mientras tiraba su casco al suelo.

Los dos chicos empujaron a Lucy haciéndola caer al suelo. Johnny dio el primer golpe. Tommy y Jimmy sostuvieron al otro y Dutch se acercó a golpearle el estómago y el rostro. Bobby se encontraba encima de su motocicleta junto al cachorro, le hizo una seña a Lucy para que se acercara. Ésta hizo caso mientras tomaba su mochila del suelo.

— ¿Te encuentras bien? — preguntó el chico castaño mientras le acariciaba la cabeza al cachorro.

— Si, gracias. Me raspé la rodilla, pero  no es nada. — explicó con media sonrisa. — Que hermoso, ¿es tuyo? — le acarició la cabeza.

— Apartir de hoy. Lo encontré cuando veníamos para acá. — dijo con una
sonrisa.

— ¿Te encuentras bien, hija de Kreese? — preguntó Tommy con una sonrisa y la respiración agitada.

Lucy se dio vuelta y vio a los dos chicos que intentaron robarle tirados al suelo quejándose del dolor. Sonrió.

— Si. Gracias Cobras. — agradeció amablemente. Todos agacharon la cabeza.

— ¿Qué hacías aquí? — preguntó Johnny. Los demás prestaban atención.

— Alguien robó mi patineta e iba a tomar el autobús. — todos rieron. Ella dejó de sonreír.

— ¿Qué es lo gracioso? — preguntó de mala manera.

— ¿Para qué nos tienes a nosotros? — preguntó Bobby con obviedad. — Nos dices y ya. — Johnny y los demás asistieron.

— Te llevo. — dijeron entre Johnny y Tommy. Ambos se miraron serios y Lucy los miraba con una sonrisa divertida.

— Te llevo yo. — dijo Dutch serio.

Lucy le tenía desconfianza a todos. Pero accedió y se subió a la motocicleta del rubio. Johnny resopló y encendió la suya, haciendo que todos hicieran lo mismo.

Pudo ver la cara de desagrado de Johnny y éso le causó gracia.

COBRA KAI |Johnny Lawrence| Where stories live. Discover now