CAPÍTULO 36

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Johnny Lawrence

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Johnny Lawrence.

El último año comenzaba y aquél chico de cabellos rubios se encontraba colocándose su casco para irse en su motocicleta.

El verano había terminado. Había pasado mucho tiempo desde que no volvió a ver a Lucy.

La relación con su padrastro mejoraba, no sabía si era por su vejez o pronto moriría. Ya que aquél hombre que lo habría cuidado desde que su padre lo abandonó, había cambiado drásticamente.

Encendió su motocicleta y emprendió viaje hasta la escuela secundaria.

Luego de unos minutos que había disfrutado el hermoso viento veraniego golpear su rostro pálido, llegó.

Pudo notar a lo lejos una pequeña Piper que lo miraba de arriba a abajo, él levantó su mano para agitarla en forma de saludo, pero ella simplemente se marchó de ahí.

Suspiró pesadamente por aquella acción. Era extraño verla sola sin la pequeña Kreese. Colocó su casco en el manubrio y se bajó.

Estaba a punto de caminar dentro cuándo un bocinazo hizo que se diera vuelta bruscamente.

Reconocía aquél auto.

La ventanilla del lado del piloto se bajó lentamente, dejando ver a un Kreese con lentes de sol. Johnny frunció su ceño y su Sensei le hizo una seña con su mano para que se acercara. Así lo hizo.

Al estar ya a su lado. Él jamás quitó sus lentes.

— ¿Qué ocurre, señor Kreese? — preguntó entrecerrando sus ojos celestes, ya que el sol le daba directo al rostro.

Aquél hombre recién nombrado, dejó ver un pedazo de papel que decía su nombre.

Él lo tomó pidiendo permiso y lo miró.

— Lo siento, no pude hacer nada para evitarlo. — fueron sus únicas palabras, para luego encender el auto y marcharse.

Johnny quedó mirando aquél auto que se iba esfumando de su campo de visión y miró el papel.

Un dolor en el estómago se formó. Y podía sentir los latidos de su corazón golpear fuertemente su caja torácica.

Suspiró y abrió aquella carta que descansaba en sus manos.

Los nervios lo estaban consumiendo por dentro, tanto; que sus manos comenzaban a temblar.

Para mi querido Johnny.

¿Recuerdas aquella vez cuándo caí de mi bicicleta? Aún llevo conmigo ésa marca que me dejó el golpe.
También llevo conmigo la marca de golpes que me diste en el campeonato.

No te preocupes, sé que con el tiempo, se irán, pero seguramente los de mi piel, porque los del corazón, seguirán intactos para siempre.

Te preguntarás qué diablos es ésto.

Bueno, es una simple carta diciéndote todo lo que pienso antes de marcharme.

Aquella vez que nos concimos, pude creer en el amor a primera vista. Sé que éramos demasiados pequeños, pero te aseguro que sentiste lo mismo por mí en aquél momento.

Aún lo siento. Siempre sentí que mi corazón saldría de adentro de mí de tan sólo verte, sentir tu perfume y cuándo colocabas tus brazos por encima de mi hombro.

Mi corazón te perteneció por mucho tiempo y aún lo sigue siendo, todo tuyo.

Sé que rompí tu corazón la vez que me marché a Newark. Sé que rompí tu corazón al hacerte creer que en algún momento estuve interesada en Daniel. Pero así cómo rompí tu corazón, tú también lo hiciste.

Tus palabras, tus acciones. La forma en la que evitabas tener el autocontrol de tus problemas, hicieron que mi corazón te guardara muy en el fondo de él.

Eras cómo una pequeña luz dentro de una caja de metal oscura, pero aquella caja de metal comenzó a romperse, se rompió tanto que un simple viento, apagó ésa luz.

Me despido y ésta vez para jamás volver. No me fui a Newark con Daniel  (por si te lo preguntas), estaré en un lugar dónde jamás podrán encontrarme. No está en mis planes y mucho menos quiero volver a estar aquí. No con papá, ni contigo, ni con nadie.

Espero y puedas entender mi decisión.

También espero que hayas entendido, que sí volví a sentir amor cuándo nos volvimos a ver. Siempre senti amor por ti, pero el amor nunca es suficiente, si aquella persona no da lo mismo y busca la forma de destruirte.

Me di cuenta que nadie movería aunque sea una pequeña piedra, cuándo yo siempre moví montañas por todos.

Nos volveremos a ver en otra vida, querido Johnny.

      Atte: Lucy, quién en algún momento de tu vida, fui tu amor.

Aquellas palabras habían roto el corazón de Johnny por completo

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Aquellas palabras habían roto el corazón de Johnny por completo.

Miró a todas partes del establecimiento, buscando en alguna parte aquél pequeño cuerpo, cabello castaño, ojos grandes y de color avellana caminar por ahí, pero no.

Se había ido para siempre.

Él prometió jamás volver a molestarle. Pero quería seguir viéndola en algún momento en la escuela.

Su corazón volvió a romperse y sus ojos comenzaban a llenarse de lágrimas. Sus labios temblaban, junto a todo su cuerpo.

La había perdido y ésta vez, para siempre.

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