COBRA KAI |Johnny Lawrence|

CAPÍTULO 12

Lucy y Piper se encontraban sentadas en la cafetería de la escuela. El reloj marcaba las doce del medio día, éso significaba que debían de almorzar. Aunque la morocha no tuviera nada de apetito, se pidió un sándwich para poner feliz y satisfacer a su amiga.

— ¿Me contarás que ocurre contigo? — preguntó la rubia mientras movía su tenedor por encima de sus vegetales.

— Ayer estuve con Johnny y sus amigos. — respondió. Piper dejó caer su tenedor desechable encima de su plato sorprendida.

— ¿¡Queeee!? — levantó la voz. Lucy la hizo callar. — ¡Cuéntame! — volvió a gritar, pero se dio cuenta de su tono de voz y tapó su boca con una risilla.

— Pues... Ayer cuándo intentaba tomar el autobús, unos maleantes quisieron robarme y los Cobras aparecieron, le dieron una paliza y me invitaron a comer pizza. Johnny se enteró que soy su ex novia de la infancia y discutimos. — resumió sin importancia, abrió su sándwich.

— ¿Estás consiente de que si Ali se entera de ésto, tendrás problemas? — preguntó, pero en cuestión de segundos; una bandeja con ensalada gourmet y una bebida sin gas golpeó la mesa.

— ¿Enterarme de qué? — preguntó una Ali curiosa junto a sus amigas.

— De que ayer estuve toda la noche con Johnny. — respondió segura de si misma.

— ¿Acaso no entendiste ninguna palabra de lo que te dije ayer? — preguntó molesta. Se le notaba en la mirada y en el tono de voz.

Si las miradas mataran, créanme que Lucy se encontraría a dos metros bajo tierra. Ella sólo sonrió sin ganas y siguió comiendo su sándwich. Ali golpeó su mano haciendo que éste volara por los aires, sus amigas rieron, menos Piper.
La mano que sostenía aquél pan con jamón y queso derretido, ahora se encontraba en el cuello de Ali.

— Vuelves a tocarme y juro que te parto la cara. — comenzó a intensificar el agarre, las amigas de la rubia intentaban calmar la situación, pero Piper no se le movía ni un músculo. Solo gozaba de aquél momento.

— Suéltame, por favor. — pidió con la voz entrecortada. La chica de cabellos morochos la soltó y colocó su otra mano en frente de su cara.

— Dame mi dólar. — pidió y ésta rápidamente sacó del bolsillo de su suéter el billete de color verde perfectamente doblado para luego entregárselo a Lucy.

Ali y sus amigas se marcharon del lugar sin decir ni una palabra. Piper sonreía victoriosa por aquél acto de du amiga.

Alguien tenía que ponerla en su lugar.

Las miradas de los demás alumnos se desviaron de aquellas chicas y volvieron a lo que estaban haciendo. Lucy suspiró.

— Que no te controle. — tocó Piper la mano de su amiga y ésta se la tomó con una sonrisa para luego asentir.

Johnny Lawrence.

Él y sus amigos no irían a la cafetería hoy. Saldrían antes de la escuela para poder llegar temprano al Dojo y seguir practicando para el torneo que se acercaba en menos de dos meses.

— ¡Chicos! ¡Chicos! — un Tommy corriendo se oía por los pasillos, mientras se colocaba la mochila en sus hombros.

Los demás chicos estaban en el casillero de Johnny hablando de cómo ganarían el torneo. Le prestaron atención al chico castaño de nariz fina.

— A que no saben lo que pasó. — dijo con una risilla. Todos le prestaban atención. — Hubo un enfrentamiento en la cafetería de Ali Mills versus Lucy Kreese. — contó mientras movía sus manos en referencia a lo que contaba.

Johnny se despegó de su casillero y se acercó a Tommy.

— ¿Qué? ¿De verdad? ¿Cómo pasó? — la bomba de preguntas habían llegado.

— Calmate amigo. Tú noviecita enfrentó a Lucy. Las oyó hablar de que anoche había estado con nosotros. Ali le tiró el sándwich al suelo y Lucy la tomó del cuello. — dijo todo emocionado. — Hasta rima. — dijo mientras reía.

— Debo hablar con ella. No puede comportarse así. — dijo mientras se iba caminando furioso a la cafetería.

— ¡Éso amigo! ¡Nadie se mete con la hija de nuestro Sensei! — le gritaron los demás cobras mientras sonreían.