Es triste pensar que las personas que más amas, son las que más te mienten y lastiman.
Pero la vida es así.
Kreese le enseñaba a su hija lo que son las primeras decepciones de la vida.
Siempre había que golpear primero, golpear fuerte y sin pieda...
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Johnny Lawrence.
Entre charlas y risas, se adentraron al baño todos; junto a las chicas. El rubio sacó del bolsillo de su mochila una pequeña bolsa de yerba y sedas para armar unos cuántos cigarros de marihuana. Todos lo alentaron a que los hiciera ahora, excepto Piper y Lucy.
— Lo siento, pero yo no me sumo. — dijo Lucy a punto de salir del baño, pero Johnny la tomó del brazo.
— Vamos nena, es sólo un poco de yerba. — dijo cómo si no hubiera problema alguno.
Ella asintió no muy convencida y se quedaron dentro del baño de chicos junto a Piper y sus nuevas amigas.
Johnny se metió en el cubículo y tomó del brazo a Lucy para que se metiera junto a él.
— Tú me ayudarás. — fueron sus palabras y ella asintió embobada.
El lugar era tan estrecho que por esfuerzo cabían los dos, él se sentó en el inodoro y sentó a la chica en una de sus piernas. Le entregó la seda y le explicó cómo debía meter la yerba y cómo era para enrollar éste. Ella entendió a la primera y comenzaron.
Sus amigos siguieron en la fiesta para pasar desapercibidos, mientras que Tommy y Bobby hacían guardia en la entrada del baño. Ambos charlaban animadamente.
— Mira ése fenómeno. — fueron las palabras de Bobby señalando a una persona vestida de ducha.
Éste no se le veía el torso ni el rostro por estar tapado. Ambos rieron y admitieron que era un buen disfraz.
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— Lo siento, lo siento, permiso. — eran las palabras de Daniel para poder llegar al baño.
Los chicos de la puerta lo dejaron entrar sin ningún problema. Empezaron a ver que más gente quería entrar al baño y Bobby entró corriendo. Golpeó el cubículo y de éste se asomó Johnny.
— Johnny la gente quiere entrar. Apúrate. — el rubio asintió y le dijo que aguardara un poco más.
Larusso al saber que Johnny Lawrence se encontraba ahí dentro, era su momento de brillar luego de la paliza que había recibido por parte de él y su grupo.
