COBRA KAI |Johnny Lawrence|

CAPÍTULO 13

Johnny Lawrence.

Su paso era firme y veloz. Debía recalcarle aquella persona que bajara su temperamento. No dejaría que nadie le hablara así y menos a ella.

Vio a aquella muchacha de ojos grandes y bonitos sentada en la cafetería, la hora de regresar a clases aún no comenzaba. Se acercó y se paró a un costado golpeando levemente su mesa.

— ¿Qué pasa contigo, eh? — preguntó molesto. — ¿Por qué hiciste éso? — volvió a preguntar mientras todos los ojos del lugar se posaban en él, incluyéndola.

— ¿Disculpa? Ella me atacó primero. — respondió molesta. Su amiga se indignó.

— No permitiré que le vuelvas a levantar la mano a Ali. ¿Oíste? — recalcó.

Lucy no podía creer lo que le estaba diciendo. Aquél chico si que estaba enamorado de Ali y parecía que le importaba demasiado como para decir aquellas palabras.

— Escúchame tú a mi. — se colocó de pie. — Primero calmas a tu zorra, luego te calmas tú y me dejan de molestar. ¿Okay? — escupió enfadada.

— No vuelvas a llamarla de ésa manera. Es una chica increíble. — respondió sereno.

— Bien. Pero tu no vuelvas al Dojo, porque de éso mismo me encargaré yo. — tomó la tarta de frambuesa que era de su amiga Piper y se lo dio contra su pecho, ensuciando todo su suéter. — Vamos. — ordenó tomándole el brazo a su amiga, ésta se colocó su mochila rápidamente y salieron de la cafetería hecha una furia.

Todos comenzaron a reír y otros solo miraban la escena boquiabiertos. Ni el mismo podía creer lo que Lucy le había hecho.

Se sentía mal en querer proteger a Ali y a la vez enojarse con Lucy. Pero él creía que hacía lo correcto.
Ella era increíble con él, hacían casi tres años que estaban juntos y debía protegerla de todo.

No creía que Lucy fuera capaz de dejarlo fuera del Dojo. Hoy hablaría con su Sensei.

Resopló y salió de ahí.

Lucila Kreese.

Se encontraban sentadas ambas en el patio de entrenamiento. Escuchaban con sus auriculares a Queen, era su banda favorita.

Lucy sentía un fuerte dolor de pecho y estómago. Le dolía demasiado que su Johnny no pudiera entender que Ali era una mala persona.

— No te preocupes. Pronto se dará cuenta sólo. — fueron las palabras de su amiga. Lucy sólo hizo una mueca para luego asentir no muy convencida.

El sonido de la campana se oyó en toda la escuela. Éso significaba que era la hora de salida. Ambas guardaron sus cosas y se fueron a la salida del establecimiento.

Las motocicletas se oyeron detrás de ella. Suspiró tomando fuertemente su mochila, no por miedo que le robaran nuevamente, sino del enojo.

— ¡Oye hija de Kreese! — gritó Tommy de lejos, llegando a su lado.

— ¿Qué pasa, Tommy? — preguntó con cara de pocos amigos.

— ¿Quieres que te lleve? — preguntó éste con una sonrisa.

Por alguna extraña razón, le tenía confianza. Pudo verlo de lejos a Johnny con un cambio de suéter y con cara de enfado.

Para hacerlo enojar más, accedió a la propuesta de Tommy. Se subió y se agarró fuertemente de la cintura delgada de aquél chico castaño.

Ambos se fueron.

Johnny Lawrence tiró su casco con fuerza al suelo. Mataría a su amigo.