COBRA KAI |Johnny Lawrence|

CAPÍTULO 34

Lucila Kreese.

Las semanas habían pasado y la pierna de Daniel se encontraba mejor.
Lucy no se habría vuelto a cruzar a los Cobras y tampoco le dirigía la palabra a su padre.

Agradecía en sus adentro que se encontraban de vacaciones de verano y no volvería a la escuela en unos buenos meses.

La pequeña castaña aún no podía entender porqué su padre se comportaba de ésa manera.
Su corazón dolía por el simple hecho de extrañarlo todos los días; a pesar que estaba viviendo junto a él.

Su cabello ahora mismo se encontraba moviéndose de un lado a otro. Aquellas grandes olas que se avecinaban, eran preciosas.
Por alguna razón, sentía aquél dolor en el pecho. La razón se llamaba; John Lawrence.
Había sido el gran y único amor de su vida, ahora era un completo idiota.

Aquél cielo celeste que se dejaba contemplar también en el agua, le hacían recordar ésos ojos preciosos en la cuál siempre estuvo enamorada.

Lucy se dejó caer en la arena de rodillas, para sentarse sobre sus pantorrillas. Su labio tiritaba levemente y podía sentir cómo sus pequeños ojos picaban; dando indicios de que pronto lloraría.

Quería hacerlo, claro que quería.
Su pequeño corazón se encontraba destrozado.
Toda su vida había sido una completa mentira. Su verdadera madre había muerto cuándo era sólo una bebé, su padre desapareció por muchos años de su vida, para luego volver cómo un completo extraño. Daniel volvería a su ciudad y ni siquiera tenía amigos. Piper se había ido de vacaciones a México y ahora mismo Lucy se sentía completamente sola.

Sintió unos pasos detrás de ella, pero no le dio importancia. Sólo quería llorar y estar sola.

— ¿Podemos hablar? — fueron las palabras que dejó salir Johnny de sus labios. Pero no obtuvo ninguna respuesta, sólo sentía los sollozos de la pequeña que amaba con toda su vida.

El chico de cabellos rubios, se tomó el atrevimiento de sentarse a un lado de ella.

La miró y pudo notar el dolor en su rostro.

— Quiero estar sola. — habló para luego mirarlo. — Ni siquiera quiero estar cerca de ti. — habló con cierta molestia en sus palabras y se colocó de pie, para comenzar a caminar a la pequeña casa de playa que se encontraba a unos cuántos metros.

Johnny Lawrence.

El chico de cabellos rubios se colocó de pie rápidamente y corrió detrás de ella. La puerta de la casa de playa fue cerrada en sus narices y golpeó varias veces sin obtener ninguna respuesta.

— ¡Abre! — vociferó un poco molesto, mientras golpeaba aquél pedazo de madera. — ¡Abre la maldita puerta! — volvió a gritar.

Suspiró mientras veía que el cielo comenzaba a tornarse de color oscuro.

— Lucy, por favor. — susurró apenas audible, se colocó de espaldas en la puerta y se dejó caer contra ésta. —Soy un idiota, ya todos lo saben. — comenzó a hablar. — Tengo problemas de ira y autocontrol. Todo comenzó cuándo te fuiste de aquí. — siguió, mientras su vista estaba puesta en aquél mar lejano. — Papá me abandonó cuándo era pequeño y siempre sentí que la culpa había sido mía, tal vez no era un hijo en el cuál él se sintiera orgulloso. — su voz se sentía ahogada. — Mamá murió años después y mi padrastro cambió por completo. — sus ojos se llenaban de lágrimas. — Todas las personas que amaba se iban y me dejaban sólo. — y su voz se quebró. — Creí que jamás volverías y cuándo lo hiciste. Jamás me volviste a ver cómo lo hacías cuándo éramos niños. — pausó para poder secar las pequeñas lágrimas que bajaban por sus mejillas. — Ahí entendí que no todo es para siempre. Y también entendí que hiciera lo que hiciera, siempre volvía a cagarla y siempre estarías molesta conmigo. — la puerta se abrió lentamente y una Lucy con sus ojos rojos lo observó.

— Yo jamás dejé de quererte. — respondió apenas audible, mientras lo miraba. — Tú y tus acciones hicieron que quisiera alejarme de ti. — habló para luego bajar la mirada.

— Y lo siento. — fueron sus palabras. — ¿Qué más da? Si ya no tengo nada. — dijo mientras cruzaba su mirada de color azul.

Sus iris estaban más claros y fuertes que de costumbre. Ya que sus ojos estaban inundados de lágrimas y sus largas pestañas estaban empapadas.

— Ya no tengo a nadie, Lucy. — comenzó a hablar. — No tengo a mi padre y a mi madre. No tengo a Tommy. Tampoco te tengo a ti y mi vida será miserable siempre. — contó mientras sorbía su nariz. — Yo no puedo vivir sin ti, Lucy. — fueron sus últimas palabras para luego romper en llanto.

Ambos lo hicieron. Simplemente era lo que necesitaban y ella simplemente lo abrazó.

Un abrazo el cuál Johnny no le correspondió.

— No es para que sientas pena por mi.— habló alejándose un poco. — Sólo quiero tu perdón, Lucy. — terminó de decir para colocarse de pie. — Yo jamás volveré a molestarte. — fueron sus palabras, mientras mordía su mejilla por dentro. — Te soltaré para siempre y ésta vez lo cumpliré. — se acercó a ella y junto sus labios con los de la castaña.

Luego de varios segundos, le acarició la mejilla y se marchó de ahí lentamente, dejando a Lucila con miles de preguntas por hacer.

Todo se había acabado y ésta vez, para siempre.

❤ Holis bebitxs ♡. ¿Cómo están?
Quería agradecerles a cada uno de ustedes por sus votos, lecturas y sus bellos comentarios.

Quiero disculparme también por no actualizar muy seguido... Tengo algunos problemitas y bueno, ya se van solucionando con el tiempo.

Gracias a las que siempre están pendientes, y comentan ♡ Los agradecimientos serán para las personas más activas en ésta historia.

¿Que opinan de éste cap? ¿Que piensan que pasará después de todo lo que nuestro amorcito Johnny le dijo a la pequeñita Lucy?

Las leo. Besitos ❤❤❤❤❤