Capítulo 5: ¡Hola, Latinoamerica!

492 241 432
                                    

Seguimos durante toda la clase escribiendo notas.

—¿Y por qué? Si se puede saber.

—Porque Álvaro me pidió que las espiara y le diera información.

—¿Álvaro? ¿Y para qué? Si él no está en ningún grupo.

—Porque Antonella tiene un secreto y quiere descubrir cuál es.

—¿Es que a tu hermano le gusta Antonella?

—Sí.

—Ay, que fuerte, yo pensaba que le gustaba Solsito. Pobrecilla, está muy enamorada de él....

—Dice mi hermano que le cae bien Solsito, pero que son solo amigos, amigos del corazón.

—Entiendo, ¿Y a ti no te gusta nadie?

Antes de que pudiera responder a su pregunta, sonó la sirena e interrumpió la conversación justo a tiempo para no seguir cagándola.

—Nos hemos quedado en medio de la conversación, si quieres podemos quedar y seguir hablando, me lo pasé bien —dijo Tamara sonriéndome.

—Sí, sí, yo también —respondí algo nervioso.

En ese momento, mi hermano se nos acercó y dijo mirándome:

—Vámonos a casa, Sebastián.

Asentí y al llegar a casa nos pusimos a hablar como de costumbre.

—Oye, ¿Qué rollo llevas con Tamara?, No paráis de mandaros notitas, ¿eh? —me golpeó con su codo.

Tomé asiento y seguí la conversación.

—Nada, solo nos aburríamos en clase y nos entretuvimos hablando —le expliqué.

—Ah, ¿Y no te gusta ni nada? Es guapa, la verdad —me puso cara de radio rebel.

—Sí, es guapa, pero ya sabes que solo tengo ojos para Pía. Al igual que tú con Madelaine —respondí tajante.

—Bueno, la verdad es que ya me estoy cansando. Paso de que Álvaro me pegue una paliza... —bajó su mirada al suelo.

—Quizás tengas razón, debería olvidarme de Pía y salir con alguien más... —suspiré.

—Alguien como Tamara —insistió—. Bueno, me voy a entrenar, no te aburras mucho sin mí.

—Adiós, que te vaya bien en el entrenamiento.

Álvaro

Llegué al entrenamiento y me dispuse a cambiarme de ropa en los vestuarios. Mientras me cambiaba, se acercaron Bruno y Gonzalo.

—¿Sabéis que hay una nueva integrante en el equipo de las animadoras? —preguntó Bruno.

—¿Josefina? —preguntó Gonzalo mirando a Bruno.

—¿En serio? ¿Quién? ¿Es guapa?  —pregunté, intrigado.

—Seguro no más que Josefina —insistía Gonzalo poniendo una cara de maniaco.

—¿No sabes decir algo que no sea Josefina? —dije mirándolo mal.

—Es bastante guapa y se llama Camila para tu decepción, Gonzalo —hizo un puchero falso Bruno, para burlarse de él.

—¡Chicos, vengan al campo! —se puso a tocar el silbato.

Fuimos al campo y seguidamente salieron las animadoras.

—Es esa de ahí —mencionó Bruno, señalando a Camila.

—Ah, pues si es guapa, no está mal —dije, mientras miraba de arriba a abajo a Camila.

Obsesiones Où les histoires vivent. Découvrez maintenant