Capítulo 6: Mentiras compulsivas.

538 236 359
                                    

Me encontraba solo en un rincón imaginando fakes escenarios. Pía se acercó a mí y me dijo:

—Hola, Sebastián, tranquilo, no pasa nada si hoy conversamos, Álvaro y Mario están ausentes —me sonrío leve.

—Ah, bueno, ¡Eso es fantástico! Quiero decir... ¿Cómo estás? —dije, con emoción.

—Pues estoy regular, la verdad... ¿Y tú? —comenzó a comerse las uñas.

—Yo... bien, ¿Regular, por qué? ¿Pasó algo? —pregunté, con preocupación.

—Me siento mal por lo que pasó en mi casa contigo y Mario... Me sabe mal no poder ni saludarte... Así que... me gustaría ser tu amiga —movió varias veces entre sí sus dedos índices.

—¿Qué? quiero decir, perdón... —me puse a beber agua del sofoco que me dio.

— No, nene, la que se debe disculpar soy yo, si yo no estuviera con Mario...

—¿Si no estuvieras con Mario...?

—Podría hablar más contigo, pero... no puedo dejar a Mario... —se mordió el labio inferior.

—Ah, no, me había ilusionado. Digo... que no es que me haya ilusionado, este... digo que no me habría ilusionado si dejas a Mario, hacéis una gran pareja —intenté disimular sin éxito mi decepción.

—No es por eso exactamente, pero bueno, podríamos aprovechar y hablar en clase, si te apetece, claro... —me miró fijamente.

—Sí, obvio, me encantaría, sería mi sueño. Digo... sería mi sueño porque mi sueño es hacer muchos amigos, por eso —comencé a reír nervioso.

—Pues genial, nene —me sonrió.

Álvaro

Detuve a Camila, la cual estaba sudando debido a la maratón que se había marcado.

—Camila, puedo explicarlo —me puse a hiperventilar de todo lo que me había hecho correr.

—No me puedes explicar nada ¿Qué me vas a explicar? —se cruzó de brazos.

—Que no entiendo porque Antonella ha dicho eso. Es mentira, a mi no me gusta esa presumida egocéntrica.

—Pero lo dijo Tamara, yo también estaba espiando —me miró con enojo.

—¿Tamara? pero si no hablo con ella, habrá sido algún rumor para joder, porque te lo juro por lo que quieras que no me gusta Antonella. Te prefiero a ti mil veces —dije, mientras miraba su barbilla pronunciada.

—¿De verdad?

—Sí, te lo juro.

—Significa mucho para mí que digas eso —esbozó una gran sonrisa.

—Pues es la verdad —sonreí leve. 

Madelaine estaba escuchando la conversación y se acercó hasta nosotros.

—Hola, chicos.

Camila se fue silenciosamente dejándome con los nervios a flor de piel mientras no quitaba la vista de Madelaine.

—Eh... hola...

—¿Estás bien? parece que viste un fantasma y se que soy blanca, pero...

—Sí, perdona, no es nada de eso... es que alguien se inventó que me gusta Antonella y es mentira. La gente es muy chismosa —dije, con cierta rabia.

—Ah, entonces ¿es mentira? —me preguntó, mirándome atentamente.

—Sí, y bueno, tú, ¿qué tal?, ¿y eso que no estás con Álvaro? —miré a mi alrededor extrañado.

Obsesiones Όπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα