Epílogo

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Había pasado un mes desde que comencé mi relación sentimental con Pía. Esa misma mañana, desperté con una gran confusión debido al sueño que acababa de experimentar, así que cuando vi que mi hermano ya había despertado, decidí contarle toda mi experiencia.

—¿Sabes que he tenido un sueño un tanto extraño? —le dije, tratando de llamar su atención.

—¿Y qué has soñado? —cuestionó, intrigado por mis palabras.

—Soñé que unas Tik Tokers estadounidenses muy famosas iban con nosotros a clases, una era enana como un gnomo de jardín, y tenía una actitud un tanto egoísta, mientras que la otra era una rubia de ojos azules que a mí tanto me gustan, además guardaba ciertas similitudes con un bollo de chocolate, y tenía una personalidad exageradamente dulce, tanto que me daban ganas de meterle la espiral de felicidad por el culo —le comenté, con cierto entusiasmo.

Cuando le conté mi sueño, mi hermano comenzó a reírse fuertemente por lo surrealista que era.

—¿Tik Tokers estadounidenses? ¿Aquí? ¡Anda ya! ¡Es el sueño más ridículo que me has contado! —él continuaba riéndose ante mi extraño sueño.

—¡Para ya Álvaro, sabes que odio cuando alguien se ríe de mí! Me hace sentir inseguro... —me quedé pensativo—. Mmm... ahora que lo pienso, con Pía muchas veces me surge inseguridad, ¿Crees que será el amor de mi vida? —me puse cabizbajo.

Ante tales palabras mi hermano esbozó una leve sonrisa y guardó silencio durante unos segundos.

—Sebas, esa inseguridad es normal. Cuando recién comienzas una relación con alguien, sientes cierto miedo porque no sabes si esa persona es la correcta, te quiere verdaderamente o si te hará daño. Pero debes vivir el presente y dejarte llevar por tus sentimientos, de lo contrario te puedes arrepentir toda tu vida.

Me quedé mirando a mi hermano y me di cuenta que es más sabio de lo que pensaba. Se notaba que era un experimentado del amor y a mí me tocaba aprender muchas cosas aún. Desde pequeño he sido una persona muy insegura y creo que eso afecta a mi relación con Pía y no es culpa de ella, ya que me demuestra todos los días que me quiere. Pero yo temo que un día todo cambie y perderla, pero supongo que como dice mi hermano debo vivir el presente y dejar mis pensamientos negativos a un lado.

—Álvaro, ¿Tú crees que algún día te casarás con Madelaine? —pregunté inocentemente.

—Lo único que sé, Sebas, es que en este momento amo a Madelaine y quiero estar con ella. No sé que nos espera en un futuro, pero ahora solo quiero vivir mi historia de amor con Madelaine y no pensar en nada más —me contestó con cierta ternura.

—Supongo que tienes razón. No sé si Pía es el amor de mi vida, pero lo que sí sé es que ahora mismo mis ojos y mi mente solo pueden centrarse en ella —mi corazón comenzó a latir al compás de mis palabras.

Obsesiones Where stories live. Discover now