Capítulo 6 - PARTE I

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ANDREW

Sábado, día del baile.

7 A.M

Abro mis ojos, frotandolos un poco, y veo a través de mis cortinas amarillas que ahora tienen un tono anaranjado, color que toma en las mañanas con la luz del sol. Escucho los mismos pasos marcados de todos los días, me viene a despertar desde que tengo memoria. Con solo escuchar sus pasos me imagino ya su voz. El mismo diálogo desde hace 22 años, y el único día que cambia es el día de mi cumpleaños.

Toc toc.

Se abre la puerta sin previo aviso, porque él nunca es anunciado por las criadas, por permiso de mi propia madre.

—Buen día, Andrew, ya es hora de levantarte. —Me incorporo en la cama— Mientras te levantas, te preparan el desayuno en tú salón. Luego de eso, tu madre te espera para una conversación.

No me quejo. Estoy acostumbrado a la rutina.

—Buen dia para ti también, Declan. Gracias por la información.

Los ojos verdes de Declan siguen cada pequeño movimiento que hago, puedo sentir su mirada intensa sobre mí.

—¿Algo más, Declan?

—¿Le diste a la señorita...?

Sonrío ante la mención de Zara. Él sabe todo y no me juzga. Aunque tiene sus aprensiones, me ha dejado continuar con esto.

—Lo hice.

—Andrew, no es de mi incumbencia lo que sientas y decidas hacer al respecto, pero te pido tener cuidado.

—Ya lo sé, Declan. La reina nunca lo descubrirá.

—Si ella se entera, la chica está muerta.

Trago saliva con dificultad.

—Lo sé.

—Y si, eventualmente, la reina jamás se entera, tú corazón sufrirá cuando debas desposar a alguna dama noble.

—También lo sé —Me froto lo ojos—. No quiero pensar en esto hoy, será un buen día y prefiero disfrutarlo.

—Bien. Ve a vestirte —despeina mi cabello como si fuera un niño y sale de la habitación.

Me mantengo de pie en medio de mi habitación, pensando en si mi vida sería diferente de no haber nacido en esta familia. Tal vez sería mejor ser un campesino, ellos pueden ser ellos, no deben reprimir lo que sienten. Trabajan la tierra, disfrutan a sus hijos, van a bares. Yo debo vivir encerrado acá, siendo la sombra de la reina.

Y hablando de la reina, hablar con mi madre tan temprano es nuevo, pero ya imagino de qué se trata.

Después de bañarme me visto rápidamente, con mi traje azul de visita. Es bastante sencillo y elegante, con los colgantes de honor en mi pecho.

Que cansancio, si no tuviera cosas que hacer dormiría unos minutos más con mucho gusto. Creo que perderme en mis pensamientos, donde Zara ocupa gran parte de ellos, al menos desde que dijo que acepta ser mi acompañante en el baile, no es buen plan para antes de dormir, pero qué puedo hacer, estoy emocionado y a la vez nervioso por verla ahí. Sólo imaginarla entrando y luego a nosotros bailando un vals me hace sonreír como un idiota.

No sé cómo estuve a punto de firmar un acuerdo de matrimonio con alguien solamente para acceder a la corona, con lo poco que la conocía. Trataba a las personas como si fuera obligación de ellos hacer lo que ella dijera inmediatamente, y solo siendo un rumor que yo me casaría con ella, ya se estaba volviendo un ambiente tóxico. Menos mal me he dado cuenta que no podría convivir con alguien así el resto de mi vida.

En medio del abismoWhere stories live. Discover now