Capítulo 9

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VICTORIA

Asier y papá se fueron esta mañana, con al menos dos hombres de confianza, que son parte de la familia. Mamá está preocupada, pero prefiere ocultarlo y ocupar sus pensamientos en lo que está sucediendo conmigo. Eso explica el motivo por el que en estos momentos está en frente de mí enumerando por décima vez el sueño que tuve.

—Entonces, te dijo que ocurriría una explosión.

—Sí, Danella, es lo que dijo —dice la abuela, apartándola del frente—. Ahora, lo que me preocupa es que te veo demasiado tranquila por lo sucedido. Tu padre no dejó de gritar sobre lo preocupado que estaba por su niña, pero no veo que te esté afectando.

—Claro que lo hace, mamá Purple, pero entonces... Recordé que la primera vez, dijo lo que sucedería y era una parte de la profecía de los Sagrados.

—Sí, los que están extintos —dice mamá.

—Y de los que nuestras matriarcas formaron parte —asevera la abuela con tranquilidad—. Quieres ir con mi hermana, ¿no es así?

Mi respuesta es afirmativa. La hermana mayor de la abuela, es aquella bruja que me ayudó a bloquear a esa mujer de mi cabeza, pero hay diversos motivos por los que quiero ir con ella: a) La protección no esté funcionando ahora; b) Ella sabe de la profecía.

—Bien, le pediremos que bloquee todo tipo de conexión con esa mujer... —Comienza mi madre, pero la detengo.

—No. —Su mirada es severa— Mamá, yo quiero permitirle entrar en mi cabeza, pero necesito entender cómo lo hace y también otras cosas.

—¿Cómo qué?

—Una profecía que quemaron, por ejemplo.

—No quiero faltar el respeto a ninguna mujer de esta familia, pero sabemos que tía Nadjela no ha estado atravesando por sus mejores años, y con eso me refiero a que no considero que esté bien mentalmente. ¡No recuerda a sus propios hijos!

—Pero sí su poder, mamá, toda la familia ha ido con ella en busca de protección y guía.

Mi madre observa a la abuela en busca de apoyo, pero la abuela ya parece haber tomado su decisión.

—Iremos con Nadjela.

Mamá no puede replicar, aún asumiendo ella como matriarca, la abuela sigue teniendo más autoridad. Sucederá lo mismo cuando yo deba asumir mi posición.

Nos toma al menos 3 días de viaje llegar al hogar de la tía Nadejla, es la única miembro de la familia que vive tan separada de la casa central del clan familiar. La abuela la obligó a vivir en un lugar más apartado, por lo que su hogar está casi en el límite del bloque Norte, hacia los grandes cerros. Es una casa modesta, a diferencia de la casa central, no está pintada de color morado.

La abuela frunce el ceño cuando la carroza se detiene y cuando nuestro acompañante dice que es seguro bajar, ella lo hace, pero con desconfianza. Al bajar una cálida brisa golpea mi rostro, el sol está en su punto más alto y el lugar es un poco árido para mi gusto, pero no es un desierto, al menos. Llegamos a la puerta de la pequeña casa y enseguida somos recibidos por los hijos de tía Nadjela, a quienes saludo con amabilidad. Nos llevan hasta su habitación, no hay cuadros en sus paredes, su casa está más vacía de como yo la recordaba.

Al entrar a su habitación, la primera imagen que veo es de una mujer preciosa, muy similar a mi abuela, pero su mirada es más suave, más amigable. Lleva colgantes y un vestido blanco muy hermoso, la hacen lucir pacífica. Sus facciones son un poco más marcadas que las de mi abuela, sus labios más gruesos y ojos más grandes. Parece un poco sorprendida de vernos.

En medio del abismoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora