15 Historia

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Me llevó hasta su garaje, donde había dos autos estacionados, uno al lado del otro. Nos dirigimos al que estaba más cerca de la puerta que conectaba la casa con el garaje y caminamos juntos hacia la entrada del copiloto, que abrió para mí, sonriendo ampliamente.

Me senté, y en lugar de ponerme el cinturón de seguridad como haría cualquier persona normal, me dediqué a mirar embobadamente como cerraba la puerta por mi, y se dirigía al lado del conductor con su caminata bailada.

Ni bien se acomodó, me miró con su sonrisa pícara, y habló - Parece que te gusta lo que ves - y se estiró por sobre mí para poder abrocharme el cinturón de seguridad que yo claramente había olvidado.

- No te das una idea cuánto - Respondí, justo cuando su rostro estaba a escasos centímetros del mío.

Lamió sus labios lentamente, y sentí que esa sola imagen tuvo efecto directo sobre mi entrepierna. Estoy segura de que notó lo que estaba produciendo en mí, porque su sonrisa ladina se intensificó, y se alejó muy lentamente.

Puso el auto en marcha y con una mano sobre el respaldo de mi asiento, y mirando sobre su hombro, maniobró impecablemente para salir del garaje.

¿Por qué me resultaba tan sexy verlo maniobrar?. Pensé y no me contuve de hacerle una pregunta que venía dando vueltas en mi cabeza desde nuestro primer encuentro.

- ¿Cómo es que eres tan seguro? - Pregunté sin más.

- ¿Yo? ¿Te parezco seguro? - Me preguntó sorprendido, mientras acomodaba el auto de frente para emprender el corto camino. Noté que había parado de llover.

- Sí, muy. Todo lo que dices es muy... asertivo - Opté por decir, porque no quería decir "insinuante".

- No sé, supongo que estando a tu alrededor todo se vuelve muy claro para mí - Dijo pensativo.

- ¿Muy claro? - Pregunté, inclinando mi cabeza hacia un lado en confusión.

- Sí - Respondió, tomó aire y continuó - Me gustas, T/N, y no tengo la más mínima intención de ocultarlo, ya estoy muy grande para andar ocultando mis sentimientos. - Sonrió con sinceridad - Cuando te veo, es muy claro para mí cuánto me gustas, y por tus reacciones sé que también te gusto. Realmente no me interesa ocultarlo o disimularlo. Pasé buena parte de mi adultez con la sensación de que la vida se me estaba escurriendo entre los dedos. Como si viera pasar el tren, ese que siempre dicen que pasa una sola vez, y no hiciera nada para intentar alcanzarlo... Los días anteriores a que me ofrecieran el puesto en el que estoy ahora, había estado justamente reflexionando sobre esa sensación, y no creo que haya sido la crisis del cuarto de vida porque ya estoy un poco grandecito para eso también - Río - Mi vida era "perfecta", y sin embargo algo me decía que había otra cosa esperando por mí. Ni bien me hicieron la oferta formal, la acepté, porque algo en mí interior me gritó "corre al maldito tren y súbete". Y así lo hice.-

- Wow, realmente eres impresionante. No sé cómo haces, pero cada vez me atrapas más y más. Tu seguridad... - Dije, pero paré al ver que habíamos frenado frente a mi casa.

- Me sorprende que señales justamente eso, jamás me consideré una persona segura - Dijo, con una sonrisa amarga.

- ¡¿Qué!? - Exclamé, intentando hacerme la graciosa, para quitar algo de esa amargura. Suponía que tenía que ver con las cosas que Namjoon me había contado, pero a mi Hobi me parecía la persona más segura del mundo.

- Pues sí - Respondió, la amargura diluyéndose, y dando paso a un semblante más solemne - Me identifiqué mucho con lo que me dijiste el otro día... Durante mi adolescencia "feo" era lo más amable que me decían. Había un grupo de compañeros que se había ensañado conmigo, y todos los días me buscaban para enumerar todo lo que odiaban de mí, y parecía todo calcado, palabra por palabra, de programas de televisión o revistas. Si bien la violencia nunca fue física, como se que le pasó a muchos otros, las marcas que las palabras dejan en nosotros pueden ser mucho más profundas que las que deja un golpe -

✨️DAYDREAMER✨️ [ JHS +18 ]🔞Where stories live. Discover now