23 La cita

55 6 2
                                    

La cita fue todo lo que habría podido desear y más. Mucho más.

Aunque al principio no tenía idea de cómo "iniciarla".

Salimos caminando por la puerta principal y tomamos la vereda hacia la izquierda rumbo al bosque. Yo solo hacía silencio e intentaba no hiperventilar. Era como si una maldición me hubiera golpeado al cruzar el umbral y de pronto hubiera perdido mis habilidades sociales, mi capacidad de pensar y mi voz.

El concepto en sí mismo se sentía y era ridículo.

Por Dios, habíamos estado hablando todos los días desde que intercambiamos números de teléfono, ya conocía a mis amigos, a mi hermano y a mi gata. Ya había estado dentro mío y me había hecho gemir su nombre. ¿Por qué me sentía cual colegiala que sale por primera vez con una persona?

Es tu primera cita en 3 años, cerebrito. Y sobre todo, es la primera cita que tienes con un hombre decente en una década o algo así.

Creí que siendo consciente de esa información algo del espiral semi absurdo de ansiedad que me nublaba el pensamiento se calmaría, como si pudiera adjudicar el nerviosismo extremo a estar fuera de práctica o al hecho de Hobi era, por lo menos hasta ahora, todo lo que siempre había soñado en un hombre.

Creí eso, pero creí mal.

No se me caía una frase coherente ni se me ocurría ningún tema de conversación. El silencio se sentía espeso y asfixiante y la activación autonómica de mi sistema nervioso simpático se empezaba a hacer presente. Años de terapia y aquí estoy, haciendo el ridículo.

En un ínfimo momento de lucidez miré a Hobi y vi que estaba muy tranquilo, contemplando el paisaje que nos rodeaba, y de alguna forma, su tranquilidad me dió algo de tranquilidad, aplacando mi neuroticismo basal. Tal vez mi interpretación de los sucesos que constituyeron la media cuadra que habíamos recorrido había sido un poco exagerada y fatalista. Bibi* diría que quienes tenemos un perfil ansioso tendemos al sesgo catastrofista, y que aceptar esto y proponer interpretaciones diferentes que las desafíen es el camino a la paz.

- Wow, realmente me encanta este lugar. El paisaje parece sacado de una novela- Comentó, suspirando y mirándome, rompiendo la burbuja de pensamiento en la que me había abstraído.

- S-si, es realmente muy hermoso. Quienes vivimos desde siempre aquí a veces olvidamos el privilegio que tenemos - Contesté, respirando raro e intentando que mi corazón se calmara.

- ¿Estás nerviosa, bonita?- Preguntó, parándose en seco, y mirándome con una sonrisa divertida.

- Bueno... yo... - Balbuceé. Ahora si voy a hiperventilar.

- No se porqué, pero me encanta saber que tengo ese efecto en ti - Rió, y tomó mi mano para acercarme a él y envolverme en un abrazo. - Yo estoy muerto de nervios - Confesó.

- ¿De verdad? - Pregunté atónita. Parecía todo menos nervioso.

- Sí, demasiados. Tengo miedo de decir algo malo y espantarte, o de que con esta luz ya no te parezca lindo, o de que te des cuenta de que soy muy cursi y pegajoso, o de hacer el ridículo porque, aunque me encanta la idea de recorrer el sendero, la naturaleza no es exactamente lo mío. O lo que sea. Me da miedo cagarla y arruinar esta oportunidad maravillosa que me dio la vida -

Solo pude besarlo. Con dulzura y sonriendo contra sus labios. Estaba tan nervioso como yo, y en vez de meterse en su burbuja y hacer que toda la situación se volviera incómoda decidió abrirse conmigo y comunicar efectivamente sus temores. Simplemente wow.

- Tengo los mismos miedos. Además, aunque me da vergüenza admitirlo, hace 3 años que no tengo una cita. Muchísimo menos con alguien como tú - Sentí que le debía honestidad, porque con su valentía se la había ganado, aunque me diera muchísimo pudor admitir las cosas que dije.

✨️DAYDREAMER✨️ [ JHS +18 ]🔞Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz