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Luego de haber conseguido resistir el tempestuoso clima estando sumidos en la oscuridad de la noche de los áridos desiertos del país del Viento, el equipo conformado por tres shinobis avistó finalmente lo que sería el término de su viaje, la Aldea de la Arena, y allí, junto a los elevados muros de piedra que protegían las fronteras de la aldea, Kankuro y Temari yacían aguardando por su llegada, orden que les fue encomendada por el Quinto Kazekage, confiándoles de igual manera la tarea de llevarlos ante él en cuanto fuese posible.

Una vez en los interiores de la oficina del actual líder de la aldea, Gaara, quien ahora contaba con la presencia y respaldo de sus dos hermanos mayores junto a él, uno a cada lado, Lee se aventuró en abrir la boca, dispuesto a entablar diálogo.

–Lamentamos haber llegado más tarde de lo esperado. –Se disculpó, no sin antes haber intercambiado un cordial saludo con el joven Kazekage. –La tormenta que se desató en medio de la noche no figuraba dentro de nuestros planes.

–Era de esperarse. –Comentó Temari, cruzándose de brazos. –Frente a esta clase de situaciones, como lo es una tormenta de arena, movilizarse acaba volviéndose difícil incluso para la propia gente de aquí, sin excepciones.

–Lo importante que es lograron llegar hasta aquí sin ningún otro tipo de percance. –Después de haber tomado la palabra, a continuación, Gaara hizo uso de una breve pausa antes de proceder. –Habría sido preferible no tener que recurrir a solicitar apoyo de Konoha, pero las cosas han estado tan ajetreadas por aquí este último tiempo que hallar la disponibilidad suficiente para la labor ha sido ciertamente complejo.

Desde que los tres ninjas de Konoha se hicieron presente ante ellos, Temari se enfocó en guardar silencio gran parte del tiempo con el propósito de darle el espacio tanto a Gaara como a sus visitantes de discutir lo que considerasen necesario, esperando al momento adecuado para volver a intervenir y ahora que su joven hermano acabó de poner en palabras aquello que estuvo buscando transmitir, procedió a hacer entrega de un pergamino que había estado manteniendo oculto entre sus ropas, se aproximó, y posteriormente, extendió su brazo en dirección a Naruto a la espera de que aceptase el objeto que yacía en su poder.

Intrigado por el presunto contenido del pergamino que le fue ofrecido, Uzumaki no se molestó en pensarlo demasiado y se dispuso a desenvolver dicho objeto. Al abrirlo, lo primero que sus azules ojos observaron fue una especie de listado con una serie de nombres, se tomó el momento de leerlos uno por uno y dio con un total de once nombres, no eran demasiados, pero tampoco era una cantidad que pudiese ser considerada precisamente baja.

Asimismo, junto a cada nombre yacía escrita, aparentemente, toda la información posible referente a la identidad de dichos desconocidos individuos, no les prestó demasiada atención así como también a otros datos. Era un listado bastante detallado, pensó, sin embargo, no comprendía con exactitud la finalidad del contenido que yacía ordenado en el objeto entre sus manos, por lo que se vio en la obligación de expresar su confusión en voz alta.

–¿Qué es todo esto?, quiero decir, puedo ver lo que es, pero...

–Eso que tienes ahí son los nombres de cada una de las personas que han sido declaradas como desaparecidas los últimos días.

La simpleza con la que Temari expresó la realidad de los hechos haciendo uso de tal corta frase se le hacía increíble, no tuvo ningún tipo de filtro al hacerlo, al menos ese fue el primer pensamiento que cruzó por la mente de Naruto al oírla.

En lo que acababa de procesar la respuesta que recibió por parte de kunoichi y hermana mayor de Gaara, Lee, quien estuvo de pie a su lado en todo momento, le arrebató el pergamino que segundos antes había estado sosteniendo entre sus manos, tomándolo por sorpresa. Por alguna razón, Naruto experimentó en su interior el deseo de protestar en cuanto su compañero ejecutó tal acción, pero se resistió, estaban en medio de una reunión discutiendo los puntos esenciales de la misión en cuestión, no podía darse el lujo de dar inicio a un nuevo conflicto, no ahí. Además, el shinobi que hasta ahora había estado demostrando un inusual comportamiento ya yacía concentrado en las palabras escritas en aquel pergamino.

Don't dream, it's overTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang