8.

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Con su corazón latiendo desbocado, Naruto se vio frente a la residencia Yamanaka a la espera de que una respuesta llegase desde los interiores, a pesar de lo ansioso que estaba por dentro fue capaz de contenerse de no desquebrajar la puerta al momento en que la tocó, anunciando su visita.

No quería tener que estar ahí, pero tenía la mínima esperanza de encontrar a Sakura, teniendo así la oportunidad de explicarse y disculparse por su error cometido con respecto a la noche anterior, hace tan solo un par de horas la había visto en compañía de Ino, por lo que casa de la rubia joven fue su primera opción de búsqueda. Antes de dejarle solo, Shikamaru le insistió en que enfriase su cabeza, que yendo ante Haruno en un arrebato de nervios no se beneficiaría en lo absoluto, pero no pudo resistirse, no quería dejar que pasara un segundo más en que la kunoichi que su corazón añoraba continuase fabricando un sin fin de posibilidades que justificasen su ausencia de anoche.

Al no recibir contestación, Uzumaki se animó a tocar la puerta una vez más, pero antes de que sus nudillos la golpeasen, esta se abrió de golpe y de frente se topó con la madre de Ino, quien con serenidad le dirigió la palabra.

–Uzumaki, ¿a qué se debe tu visita?

–Disculpe que venga de imprevisto. Estoy buscando a Ino, hay un tema pendiente que necesitamos discutir. –Mintió él, decir que venía expresamente por Sakura no le pareció lo ideal.

–Lo lamento, pero no está aquí. –Se disculpó la madre de la rubia. –Salió temprano esta mañana y no la he visto desde entonces.

Naruto maldijo hacia sus adentros, pero conservando la compostura, procedió a preguntar. –¿Y no tiene alguna idea de a dónde podría haber ido?

–No, las cosas que Ino hace fuera de estas puertas están fuera de mi alcance, no sabría decirte. –A continuación, la señora esbozó una leve sonrisa. –Siento no poder serte de mucha ayuda.

Luego de disculparse una vez más por su repentina visita, Naruto dio media vuelta y regresó por donde vino, ya creía que habría sido demasiado fácil hallarlas en el propio hogar de Yamanaka, sin embargo, quiso aferrarse a aquella vaga esperanza. Ahora con sus nervios bajo control, caminó a paso acompasado preguntándose el posible paradero de Haruno y tras martirizarse la cabeza no le quedó más opción que el domicilio de la misma, el cual no tuvo en consideración en un principio por lo obvio que habría sido, así que si Sakura llegase a recibirlo ahí se encargaría de golpearse el rostro contra la pared después.

Una vez finalizado su trayecto, repitió el mismo procedimiento que en casa de Ino y ahí aguardó, esperando oír una voz, pasos, lo que sea, pero no quería tener que aplazar aquello por más tiempo, iba a verla a la cara tarde o temprano y si se detenía a pensar en el temperamento que Sakura sacaría a relucir en cuanto lo vea... prefería que fuera temprano.

Su respiración se cortó de repente cuando la puerta se abrió frente a él, sin embargo, no en su totalidad, por la reducida apertura avistó enseguida el rostro de Haruno... el cual no lucía una muy agradable expresión, a su parecer.

–Sakura-chan, yo...

–¿A qué viniste? –Le interrumpió Haruno, dejándole con las palabras a medio camino.

–Necesitamos hablar, ¿puedo pasar?

Luego de mirarle por unos segundos que para Naruto fueron interminables, Sakura le dejó libre el paso, cerrando nuevamente la puerta una vez que él cruzó el umbral de la entrada.

–Te escucho, que sea rápido.

–¿Está Ino contigo? –Soltó Naruto, provocando que el entrecejo de Sakura se arrugara ligeramente.

Don't dream, it's overWhere stories live. Discover now