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Tres días pasaron desde que despertó tendido en aquella cama de hospital, tres días desde que Sakura se acercó a él para esclarecerle toda duda que pudiese tener sobre los acontecimientos que lo llevaron a desmayarse ahí en primer lugar y hoy, por fin, le fue permitido abandonar su estado de reposo.

Lee creyó que seguir una orden tan sencilla como descansar podría dominarla a la perfección, por lo que le pareció increíblemente desesperante caer en cuenta que era él quien estaba siendo dominado en realidad por su incapacidad de permanecer quieto sin hacer nada, sin hacer el más mínimo ejercicio que conllevase algún tipo de esfuerzo sobre su entonces debilitado cuerpo. Sin embargo, sus esfuerzos por contenerse con tal de seguir al pie de la letra la orden de Sakura, pero ahora era libre de salir y hacer lo que quisiera, de repente, Lee sintió un deseo intenso por salir corriendo a toda marcha del recinto hospitalario y dar unas cuantas vueltas a su alrededor, o bien, hacer unas cuantas sentadillas o abdominales, las suficientes como para sentirse satisfecho físicamente.

Que no se te ocurra intentar levantarte de tu cama, me aseguraré de pedir que te tengan el ojo encima con tal de asegurar que no hagas nada imprudente, sé muy bien cómo eres.

Esas fueron sido las palabras exactas que Sakura le dedicó en su momento, fue lo suficientemente clara con él luego de que hablaran un rato tras recuperar la conciencia, la firmeza que ella empleó en el tono de su voz al momento de formular tal orden como ninja médico se le hizo inolvidable. Ante esto, Lee sintió que no podía darse el lujo de desobedecerla así sin más, menos ahora que tenía una preocupación más de la cual ocuparse aparte de sus responsabilidades como ninja médico.

¿Estás completamente segura de lo que dices, Sakura? –Preguntó Lee, estupefacto. –¿Estás hablando de ese Sasori, el miembro de Akatsuki?

Frente a sus incesantes preguntas, Sakura asintió con la cabeza, resignada, como si estuviera deseando en el fondo que esa no fuera la respuesta que tenía para darle. –No tengo dudas de eso, el veneno que les administraron a los tres presenta las mismas propiedades que el veneno que él solía utilizar, ya tuve que fabricar un antídoto para Kankuro hace unos años, así que sí, estoy segura...

¿Pero? –A causa de la angustia reflejada en el rostro de la joven kunoichi, Lee intuyó que había algo más detrás de todo eso que Sakura se atrevió a compartir con él, por lo que esperaba animarla a continuar con sus preguntas.

Si bien las propiedades del veneno que los llevó a colapsar tienen considerables similitudes con las del de Sasori, hay algo en lo que destaca.

Sakura tomó una pausa para inhalar un poco de aire, esperando que hacerlo le ayudase a organizar un poco mejor sus ideas antes de continuar. –En el caso de Kankuro e incluso por experiencia propia, el veneno de Sasori no tomaba más que unos pocos segundos en surtir efecto, pero en el caso de ustedes fue distinto, los síntomas tardaron en manifestarse.

Lee no se había percatado de ese detalle, pero el punto de Sakura tenía sentido, pues, en compañía de Naruto y Hinata, luego de haber tenido que hacer frente a aquellos tres sujetos que estuvieron haciendo estragos en la Aldea de la Arena, momento exacto en que el famoso veneno les fue administrado, los síntomas de este no se presentaron hasta tiempo después de haber iniciado su trayecto de regreso a la Aldea de la Hoja, es decir, aproximadamente veinticuatro horas después, a lo mucho.

Entonces eso significa que este veneno fue manipulado de algún modo. –Agregó Lee, reflexionando sobre la información que acababa de recibir. –Si los síntomas tardaban en aparecer eso podría hacer un poco más difícil su tratamiento debido a su propagación.

Al menos eso es lo que supongo, pero ese no es el mayor problema en sí, sino más bien la persona que lo fabricó.

El haber tenido esa conversación que, a pesar de no ser muy extensa, le permitió ahondar un poco más allá en las preocupaciones de Sakura, cuando apenas estaba despertando y enterándose de la serie de acontecimientos que se desenvolvieron mientras estuvo inconsciente no pudo descifrarlo, pero ahora todo era más claro... A Sakura no le preocupaba el veneno en sí mismo, su atención iba dirigida en otra dirección, específicamente sobre la persona que lo fabricó y tan solo pensar en ese hecho era alarmante.

Don't dream, it's overDonde viven las historias. Descúbrelo ahora