9.

616 47 4
                                    

–Podrías ir relajándote un poco ¿no te parece?, me tiraste la sopa tan de repente que no he entendido nada de lo que dijiste. –Se explicó el joven Inuzuka, aparentemente confundido ante el inusual comportamiento de Naruto.

Luego de haber acabado su última conversación con Sakura de una forma tan amarga no pasó mucho para que la incertidumbre lo abordara, en la mañana de aquel desastroso día había despertado completamente desorientado sin saber cómo llegó hasta su cama siquiera, por lo que con el corazón en un puño partió a buscar a los otros dos involucrados con la esperanza de que le dieran las piezas faltantes del rompecabezas.

Por parte de Lee no oyó nada que no supiera ya o al menos nada que pudiera considerar como un verdadero aporte, en resumen, el joven de cejas espesas estuvo lo suficientemente sobrio como para ayudar a Kiba a llevarlo de regreso a su departamento, pero sí lo suficientemente borracho como para no tener algún recuerdo lúcido que pudiese ayudarlo y luego de tal fracaso no le quedó más opción que ir en busca de Kiba, no obstante, la frustración emanó en él en cuanto se topó con la noticia de que el ninja había abandonado la aldea esa misma mañana en una misión de rastreo nivel A, por lo que tuvo que esperar cuatro días para su regreso.

En un intento por amainar su ansioso estado, Uzumaki inhaló y exhaló el aire contenido en sus pulmones antes de abrir nuevamente la boca. –Te pregunté qué pasó la última vez, la tarde que nos vimos los tres en el bar.

–¿Por qué tienes tantas ganas de saberlo? ¿Estás diciéndome que te me abalanzaste para preguntarme semejante tontería?

–Pues por culpa de esa tontería Sakura-chan apenas quiere verme la cara ahora.

Inquisitivo, Inuzuka arqueó una ceja al no comprender a lo que el ninja frente a él estaba refiriéndose al hacer tal comentario, y sin dar más información de la necesaria, Naruto agregó. –Dejémoslo en que decidí hacer planes improvisados para ir a beber el día menos indicado.

–Así que estás metido en un aprieto con tu novia. –Haciéndose una idea de la situación en la que yacía su compañero, Kiba soltó un corto silbido. –No importa lo que diga, de todos modos ya metiste la pata hasta el fondo, lo que te diga ahora no te beneficiará en nada.

–Aún así necesito saberlo, dime por lo menos si hice alguna tontería o no.

Despreocupado, Inuzuka se encogió de hombros. –Nada fuera de lo normal, nos quedamos bebiendo un par de horas hasta que perdiste el norte, fin de la historia.

Luego de tal declaración no hubo mucho más que discutir al respecto, aunque la información aportada por parte de Kiba dejó bastante qué desear al menos ahora tenía su conciencia más tranquila al ser consciente de que no hizo más que emborracharse esa tarde, no tenía mucha resistencia al alcohol y unas cuantas copas eran más que suficientes para que comenzara a actuar como un completo descerebrado. Sin ningún otro plan bajo la manga, Naruto regresó y se encerró en su departamento, era su día libre después de todo y le habría gustado poder pasarlo de otra manera, junto a Sakura por ejemplo, pero esa no era una opción viable por ahora, mientras aguardó al regreso de Kiba a Konoha intentó acercársele a la joven kunoichi y aunque la tensión ya no era palpable entre ellos sí era cierto que ella aún yacía algo resentida con él, por lo que decidió que sería mejor darle su espacio para que se calmara.

Rodando sobre su cama y mirando hacia el techo, murmuró. –Una sola cita echó todo a perder, qué irónico...

De repente, Naruto espabiló ante el corto golpeteo a su puerta, se enderezó momentáneamente sobre su cama y agudizó su oído esperando percibir algún otro sonido del exterior, solo se animó a levantarse con la llegada de un segundo llamado y se sorprendió de ver allí a la hija mayor del clan Hyuga.

Don't dream, it's overWhere stories live. Discover now