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Molly

Veo como me da la espalda el "supuesto" padre de mi hijo y cierra la puerta de un portón. Yo siento mi corazón palpitar a toda velocidad bajo mi blusa. Aún no puedo creer esto.

Lo bueno es que estoy bajo el control del sedante sino estuviera dando gritos otra vez. Realmente mis manos me sudan y siento una gran presión en mi nuca. Me dejo caer en la camilla  me pongo las manos en la cabeza y todo me empieza a dar vueltas.

«Comienzo a pensar: Mi hijo va a tener padre. Tohbías McAdamas padre de mi hijo. Estar con él por unos nueve meses y vivir bajo su mismo techo por ese tiempo»

Siento que tocan la puerta y enseguida recupero mi posición pero poniéndome a la defensiva, es mucho para un solo día. Pienso que es él otra vez, pero no, es Mesly. Al verla mi rostro se suaviza y ella me da una sonrisa nostálgica.

Se sienta junto a mí y sus ojos me miran.

—Quería venir a pedirte disculpas personalmente. Te considero algo más que una paciente, hace meses que nos conocemos y lo siento mucho —dice ahora torciendo los ojos hacia la puerta—, por todo esto.

—El director me mando a decirte que estas en todo derecho de hacernos una denuncia por violación de privacidad y por negligencia médica —responde  y de verdad se le nota preocupación en toda su cara.

Llevo meses viéndome con ella en las primeras inseminaciones artificiales y consultas de fertilidad que he tomando. Realmente la aprecio y es con una de las pocas personas que me he abierto un poco sobre mi vida.

—No te preocupes no lo haré. Nadie es perfecto, creí escuchar que ya habían despedido a la enfermera. Yo creo que con eso será suficiente para ella. Y no te preocupes tú no tienes la culpa de nada de lo que esta sucediendo —hablo y veo como suspira junto a mí.

—¿Qué harás? —pregunta preocupada la doctora.

—Ahora mismo no tengo idea. Ni siquiera lo conozco y quiere que me vaya a vivir con él. Si te digo la verdad tengo miedo —confieso mientras me corren lágrimas en las mejillas.

Sé que con ella puedo desahogarme un poco.

—Lo siento Molly. Me pongo en tu lugar y la debes estar pasando muy mal, pero debes recordar que ya no eres solo tú —verbaliza señalando mi panza—, ahora hay otra personita creciendo aquí y Tohbías puede tener miles de defectos, pero sé que no va a dejar que nada malo le suceda a su hijo. Creo que por eso te dijo lo de vivir con él y algo que reafirmó su pensar fue verte en esa crisis. Sabes que no debes tomar esas pastillas, llevas dos semanas de embarazo y una pastilla en específico no le hará daño, pero grandes cantidades.... , ya lo habíamos hablado debes evitarlas.

—Lo sé y no sé que hacer, me siento muy mal ahora mismo, nada de esto era lo que tenía planeado para mi futura familia, siempre hay algo que me arruina todos los planes. Nunca puedo ser feliz, cada vez que veo la luz al final del túnel, es como si algo me jalara hacia atrás nuevamente y me obligara a estar en la oscuridad. Y ya te digo no lo conozco, sé que es bastante popular y que es bastante rico también pero solo eso, y sabes en parte cómo me ha ido con los hombres y que sea adinerado realmente no me impresiona.

—Se asustó mucho cuando te vio en el estado que te pusiste, pero ni siquiera preguntó nada en lo absoluto. Ya verás que algún día llegarás al final del túnel y te cegará tanto la luz que tendrás que usar lentes. Dale una oportunidad, déjalo ser padre también, no lo prives de su derecho. Conócelo, aunque lo veas tan serio y distante, nada es lo que parece ser.

—¿Es que acaso lo conoces? —digo curiosa debido a todo lo que dijo antes.

—Vamos a decir que un poco.

AtándonosWhere stories live. Discover now