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Molly

Ni siquiera me dirigió más la palabra en el resto del día y así pasaron casi cinco días más en las mismas condiciones. No se había quedado ni una sola noche en el hotel, desde que llegó se quedó a dormir en el sofá de la casa. Ayer mismo trajo su maleta y la dejó en mi habitación, porque Malcom que me alegró muchísimo verle, estaba de aquí para allá llevando y trayendo ropa para él.

Hoy salgo temprano de la clínica para recoger a mi hijo, estos días no ha tenido clases en la tarde. Así que al mediodía está junto a nosotros. Su padre se ha encargado en los días pasados pero hoy me pidió hacerlo por una reunión que tiene. Llego a la escuela y lo recojo bajo las mil preguntas sobre Tobhías.

Parqueamos en casa y entramos, la tarde pasa sin rastros de su padre. Preparo la comida y ayudo al niño a hacer sus deberes aunque ya mañana es fin de semana. Miro el reloj impaciente cuando marca ya la siete de la noche y él no llega aún. Mi pequeño juega con su cahorro al cual nombró Matts. Pelusas se eriza cuando se le acerca, pero el cachorro no deja de ser cariñoso con mi gato.

—Vamos a bañarnos cariño —le digo a Tohb.

Sus ojitos me miran y se arrugan sus cejas.

—¿Y papá? —pregunta con nostalgia

—Tu padre está trabajando cariño, ya llegará luego.

Asiente y con los hombros caídos va hasta el piso superior. Sigo sus pasos y cuando llegamos al baño, le quito su ropa para luego quitar la mía. Estos días atrás es su padre quién lo ha bañado y me siento más que feliz con cómo ha sido Tohbías con él estos días.

Comienzo a llenar la tina del baño y hecho los aromatizantes y geles en ella. Al cabo de minutos está lista y cargo a mi pequeño, hasta que estamos dentro. Restriego bien su cuerpo y jugamos un ratito con la espuma. Limpio el mío con suavidad y al salir, tomo la toalla y lo envuelvo en ella sacándolo. Lo seco primeramente para luego hacerlo lo mismo con mi cuerpo.

La gruesa voz de Tohbías se escucha en el pasillo llamándonos.

—Entra papá estamos aquí —chilla Tohb.

—No...

La puerta se abre de par en par por el hombre con el que estoy casada. Inconscientemente llevo la toalla a tapar mi cuerpo, pero sus ojos me logran escanear. ¡Diosss!

—Llegaste papi —habla con voz alta nuestro hijo.

Tohbías sin reparo alguno, aún sabiendo que estoy desnuda camina hasta el niño que está a mi lado. Se aproxima a él y se agacha hasta quedar a su altura.

—¿Cómo has pasado el día campeón? —pregunta su padre luego de darle besos en las mejillas.

Mis manos aprietan la toalla impidiendo que muestre mi cuerpo completamente desnudo.

—Estaba aburrido sin ti papi —le contesta y luce tan tierno.

Tiene el cabello rojo mojado completamente y pide en sus brazos a su padre que lo cargue. Tohbías lo hace y me mira ahora.

—Hola —saluda y sonrío totalmente incómoda con toda la situación.

—Hola —correspondo.

Su mirada va a el inicio de mis pechos por un rato, y luego sale sin más del cuarto de baño. Suspiro con pesadez y logro respirar tranquila al él salir.

Cierro la puerta y termino por secarme y ponerme la bata de seda que cuelga en la pared. Voy directo a mi habitación para ponerme ropa interior y arreglarme. Los escucho desde aquí hablar y reír y cuando termino salgo hasta ellos.

AtándonosWhere stories live. Discover now