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5 de mayo 1890

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5 de mayo 1890.
White Oak, Minnesota.

Elizabeth tenía muchas cosas en las cuales ocupar su mente ahora que su madre estaba intentando enfocarse en la casa. Quería ayudar cocinando, limpiando e incluso intentaba mantener un rol activo en la vida de sus hermanos y hermanas, participando en todo lo que pudiera, pero, aunque se encontrara ocupada en todas esas infinitas actividades, su mente no podía olvidarse de Ethan y aquel beso en el bosque.

No había pasado mucho desde que la había besado, pero como no había vuelto a hacerlo se sentía como una eternidad y lo extrañaba. Ethan intentaba mantener la actitud amistosa cuando estaba a su lado, pero era tan jodidamente difícil para ella hacer lo mismo cuando todo su cuerpo les pedía a gritos que lo abrazara.

El día en el río había sido una pesadilla, pasó toda la tarde esperando que él la besara sin resultado e incluso cuando la acompañó hasta la casa, solo le dio un beso en la mejilla para despedirse. Sabía que solo actuaba de esa forma porque Jonathan estaba merodeando entorno a ellos como una mosca acercándose a la luz y no les quitaba el ojo de encima, pero le frustraba demasiado y realmente le enojaba. Pero no iba a discutir con su padre, especialmente cuando él estaba recuperándose de toda la angustia y el estrés así que estaba intentando morderse la lengua y ocuparse en otras cosas.

Como limpiar y cocinar, también leer y escribir.

Estaba haciéndose un diario, tenía las hojas y el cuero, solo debía coserlo todo y aplastarlo con un montón de libros para marcar las páginas y que no se abriera por sí solo. En ese diario podría plasmar todos sus sentimientos y asegurarse de que su padre nunca lo encontrara, incluso podía hacer un diario para Ethan y juntos podrían creer el hábito de contar sus días en esas páginas. Su madre decía que era una buena terapia y su madre sabía mucho de terapias.

Abrió su caja de madera donde guardaba hilos, lazos y trozos de telas para sus costuras y volvió a cerrarla cuando descubrió que se había quedado sin hilo negro. Decidió ir al cuarto de Marie para agarrar el de ella, después de todo no esperaba que estuviera en la casa y a Marie nunca le molestaba, pero se sorprendió al verla acostada en la cama, todavía vestida de azul y con los zapatos colgando hacia el borde del colchón para no manchar las mantas.

—¿Marie? —. Dejó la puerta entornada y se acercó a ella—. ¿Marie ¿qué tienes?

Le dolió que le diera la espalda girándose en la cama, pero no por eso desistió y subió al colchón para acostarse a su lado.

—¿Discutiste con papá? —. Marie negó con una almohada estrujada en sus manos—. ¿Con mamá? ¿Discutiste con alguien?

—Me dijeron cosas feas, Lizzie...C-cosas muy feas.

—¿Quién? —. La abrazó y Marie se limpió las lágrimas con los puños—. ¿Quién hizo eso, Marie?

—Blackwood.

Vidas cruzadas: El ciclo. #3 COMPLETA. +18. BORRADORWhere stories live. Discover now