Muchas cosas han sucedido en la vida de los Morgan, pero la aventura no termina. Su historia está por enfrentar el comienzo de un nuevo siglo y los cambios que vienen con él.
A los pies del siglo XX, la llegada de Marie está más presente que nunca...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
—Acomódate junto a Ethan, mi amor, quiero recordar este momento para siempre.
Olivia estiró la cola del vestido de Elizabeth y se salió del camino para que el fotógrafo les hiciera otra fotografía de varias que llevaban. Y Olivia apenas estaba empezando, quería tantas fotos como fuera posible, su hija se veía tan hermosa y hacían una pareja tan perfecta, que era un delito no registrarlo todo.
—¿Me enviará todas esas fotos ¿verdad? —. El hombre asintió volviendo a enrollar la cama para hacer otra—. Que sean dos copias, por favor. Voy a hacer cuadros para toda la casa. ¡Fotos de hermanas! Vamos, todas juntas...
Elizabeth se rio y le dio un besó a Ethan antes de que él se alejara para que pudiera hacerse una foto sola con todas sus hermanas. Se abrazaron todas juntas sonriendo y le siguió otra foto con todos sus hermanos quienes no perdieron oportunidad de arruinar la fotografía haciendo morisquetas. Se tomó algunas fotos con sus padres y otras con todos sus sobrinos.
—¡Ultima foto con los tíos y terminamos!
Harvie, Timmy, Chester, Derby, Kyle y Terrell eran sus tíos de corazón, había crecido con ellos y eran como hermanos para sus padres así que ante la falta de tíos biológicos los tenía a ellos y los amaba demasiado.
Tuvo su primer baile con Ethan al ritmo de una lenta balada que les gustaba y el segundo baile se lo entregó a su padre, mientras Ethan bailaba con su madre. Se quitó el velo pasado los primeros dos bailes y enfocó su mente en disfrutar de la noche.
La música se animó rápidamente y los bailes en grupo comenzaron, enganchó brazos con sus hermanos en cadena y bailaron en circulo por el salón. Era divertido ver los pasos tan extraños que inventaban y pasado los cinco tragos algunos ya estaban empezando a perder el equilibrio y la vergüenza incluida. Animaban la noche y por eso los amaba demasiado. Con Ethan compartieron un trozo de pastel juntos, alimentándose mutuamente mientras él buscaba la oportunidad para que Elizabeth dejara de embutirse torta en la boca y pudiera besarla.
—Ugh, me das tanta ternura —confesó estrujándole las mejillas y ella se rio—. Beso, dame un besito.
—Tengo tort...
La besó antes de que lo detuviera y ella se rio y le limpió la crema que le había dejado en la boca. Volvió a besarlo y él la abrazó con fuerza y acarició su espalda conteniéndose de estrujarle las nalgas.
—Estás tan hermosa, Lizzie.
—Tú también, te ves muy guapo con este traje ajustado.
—¿Sí? —. Asintió, llevándose la copa con champagne a los labios y él le besó el hombro y se acercó a su oreja—. Tu te ves muy guapa también, pero me gustas más cuando no traes nada.
Las mejillas de Elizabeth enrojecieron y el calor se le acumuló entre las piernas.
