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—Mirar y luego hacer tú ¿Bien?

—Sí —le dijo curiosa, sentándose frente a él.

Lo observó como tomaba varias tiras de hojas finas y largas, y comenzaba a trenzarlas entre sí.

—¿Para qué es eso, Lax?

—Cama.

—¿Una cama? —cuestionó frunciendo el ceño.

¿Cómo podría hacer una cama con eso? Y luego de varios minutos, y ver cómo tenía gran habilidad con sus manos para trenzar, vio como ya había formado un rectángulo de medio metro.

—Oh, creo que comienzo a entender lo de la cama. Wou, es genial lo que sabes hacer, ojalá yo fuera tan hábil como tú —sonrió—. A lo mucho, me sale una pulserita de macramé —rio.

Pero la gracia no la compartió él, continuó serio, trenzando. Jeniffer lo miró por un momento, y luego bajó la mirada, jugando con sus dedos.

—Lax ¿Puedes contarme que te hizo mi padre? Me gustaría saber.

—Tu padre comprar a mí.

—¿Dónde te compró? ¿Por qué? ¿Para qué? Es... Es increíble que en tiempos actuales, se sigan vendiendo a personas como objetos.

—Peleas —pronunció bajo, dejando de tejer por un momento, al recordarlo, antes de continuar—. Él hacer pelear con otros kanatitas.

—¿Qué? ¿Mi papá te hacía pelear con otros hombres de tu especie? No puedo creerlo —expresó desconcertada—. Ni que fueran... Pobres animales de pelea.

—Así es como ver humanos a nosotros, animales —murmuró.

—Yo no te veo de ese modo, te veo como un hombre. Un hombre muy guapo y bueno —sonrió mirándolo.

—¿En serio creer eso? —le preguntó con cierta sorpresa.

—Por supuesto —sonrió una vez más—. C-Creo que eres muy guapo.

—Hm —pronunció bajo, continuando trenzando.

***

Okay, si se envolvía en su manta, no picaba tanto la "cama" que le había hecho Laxel. Es que las hojas trenzadas, rozaban un poco al momento de moverse, y eso picaba.

—Laxel, cuentame un poco de tu vida.

—No entender —le dijo tomando una rama firme, para poder cortar con la cuchilla y hacerla lanza.

—Que me hables de tu vida ¿Que hacías cuando vivías en tu hogar?

La miró y luego se puso de pie, para acercarse a ella y sentarse a su lado.

—Yo vivir en un lugar bonito, parecido a este.

—¿Una selva?

—Una parte si.

—¿Tenías familia?

—Sí.

—¡¿Tenías hijos?! —exclamó sorprendida.

—Sí, un hijo.

Tenía un hijo, debía ser terrible para él estar separado del niño.

—¿Cómo se llama?

—Famet.

—¿Famet? ¿Que significa eso?

—No sé cómo explicar. Él ser pequeño cuando yo ir.

—¿Qué tan pequeño? ¿Bebé?

Laxel asintió con la cabeza, y luego miró hacia abajo, recordando a su pequeño hijo. Al igual que él, el niño había nacido pelirrojo y con ojos verdes.

—Debe ser muy difícil para ti estar tan lejos de tu hijito, lo has de extrañar mucho —pronunció en un tono bajo Jeniffer—. Laxel.

Él levanto la cabeza para mirarla, y la castaña le sonrió suavemente, tomándolo de la mano, entrelazando su dedo meñique con el de él.

—Te prometo, que si llegan a encontrarnos, buscaré la forma para que regreses a tu hogar. Lo juro.

...

LaxelWhere stories live. Discover now