XXXII

3.2K 377 29
                                    

—¿Qué es eso de los rangos?

—Pues, dependiendo de las habilidades, y capacidades que tengamos, nos pusieron rangos en el pasado. Pero eso ya no usamos, mucho menos yo, que ya soy libre. Pero bueno, Jhon se quedó en el tiempo —sonrió, mientras conducía.

—Mm, entiendo que tú ya no uses eso de los rangos ¿Pero cual eras?

—Uno —sonrió divertido, con cierta arrogancia—. Fui un muy buen alumno en mis tiempos.

—¿Qué cosas te enseñaron?

—Hablo ocho idiomas humanos de forma fluida, y otros los entiendo bastante bien. Y de los nuestros, hablo kanatita, malaptetita y eritmatita. Sé conducir, pilotar, y navegar, tengo un excelente manejo de armamento militar, y sobre todo, un temple demasiado tranquilo. Algo muy importante a la hora de planificar y tomar decisiones. En este ambiente, hay que tener la mente fría. Y bueno, además de diferentes tipos de artes de pelea.

—¿Cuántos años tienes? ¿Desde cuándo empezaron a prepararte para esto? —le preguntó aturdido.

—La isla helada fue tomada por los humanos hace más de cincuenta años. Muchos niños kanatitas fueron robados de sus familias para comercializarlos, al igual que los hombres y mujeres. En mi caso, un tipo llegó, eligió un par de críos, y dijo "estos cincos me los llevo, el pago lo hago en efectivo" —sonrió recordando a su antiguo dueño—. Y yo estaba entre esos, tenía cinco años, mis padres me cambiaron por un viaje a Kanat'ma.

—¿T-Tus padres te vendieron?

—Sí, mi madre estaba embarazada, y tenía una hermana de dos años. Supongo que mi padre creyó que era lo mejor así, sacrificar a uno para salvar a tres.

—¿Tres?

—Ajá, a él lo terminaron comercializando también.

—¿Y cómo sabes que tu madre y hermanos se salvaron?

—Hermanas, tuvo otra niña, y lo sé porque luego las busqué en Kanat'ma. La más pequeña se parece a mi —sonrió—. Tiene el cabello negro y los ojos azules, la más grande se parece a mi padre, ojos celestes y cabello rubio.

—¿Y a tu padre lo volviste a ver?

—No, murió al poco tiempo de que se lo llevaran —pronunció indiferente—. Pero es entendible, era un tipo sin ningún tipo de habilidad, más de la de hacer hijos.

—¿Tú tienes hijos?

—No, a nosotros nos "castraron" en la adolescencia, ya que nuestros dueños consideraban que era innecesario el procrear.

—Lo siento —murmuró Lashel.

—¿Lo sientes? —Rio Laxel—. Pero si yo no quiero hijos, nunca los quise. Sería un pésimo padre, y yo soy feliz así, solo, sin preocupaciones ni responsabilidades. En mi vida, sólo importo yo, y eso está perfecto.

***

—Jennifer, no está en discusión si quieres o no que un médico te revise y te realice los estudios pertinentes, para constatar que estás bien —pronunció molesto su padre—. Ya no eres una niña, pasaste casi dos meses en esa selva de mierda ¡Y no sabemos cómo estás de salud!

—Y-Yo me siento bien, papá, no necesito un médico.

—Entra ahora a esa maldita habitación, y deja que el médico te revise —masculló con rabia, señalando la habitación donde la estaba esperando un médico particular.

—P-Papá-

—¡Entra ahora, Jennifer! —exclamó, asustándola.

Lo miró con temor, sintiendo que sus ojos se cubrían de lágrimas. No quería que un médico la revisara, mucho menos que le realizaran análisis, descubrirían que estaba embarazada.

...

Dariem es descendiente de la isla Helada ❤️

LaxelNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ