XXVII

3.6K 426 20
                                    

—L-Laxel —gimió abrazada a él, sobre sus muslos, con los ojos cerrados y la respiración pesada.

Lo sintió más profundo, más rápido, y sus gemidos se hicieron más altos, acompañados de un ronco gruñido por parte de él, avisándole a ella que estaba por correrse.

Eso era algo que Jennifer había aprendido con sus encuentros, a entender cada sonido que emitía, y que significaban durante el acto. Cómo los ronroneos o los gruñidos.

Apretó los labios entre sí, y sus dedos en la espalda de él, sintiendo como el pelirrojo se hundía profundamente en ella, hasta correrse.

—L-Lax.

Estaba por besarla, cuando el aroma de alguien más, captó su atención, y todos sus sentidos se pusieron alertas.

—Quédate quieta —gruñó.

Jennifer abrió los ojos y lo miró confundida, antes de que él la levantara con cuidado, saliendo de ella, escuchándola jadear.

—¿Qué pasa, Lax?

—Hay alguien cerca —gruñó en un tono bajo, poniéndose de pie—. Jen, vístete rápido.

—S-Sí —le dijo con temor, gateando hasta su vestido que estaba a unos pasos de ellos.

—Vaya, quién diría que encontraría a la bestia, y a la adorable e indefensa hija de Winfrey juntos —sonrió irónico—. Tu padre tan preocupado por ti, y tú follando en medio de la selva.

—Laxel, vinieron a buscarnos —pronunció sorprendida.

Pero él no permitió que Jennifer se acercara, se puso delante de ella, gruñendo.

—¿Quién eres tú?

—Mi nombre es Lashel, soy una kanatita como tú —sonrió, una sonrisa que a Laxel sólo le generó más desconfianza.

—¿Y qué haces trabajando para los humanos?

—Dinero, ellos pagan mucho dinero por mis servicios. Y el dinero te abre muchas puertas, te da muchos beneficios.

—Somos animales para ellos.

—¿Animales? —rio—. Somos superior a un humano promedio y patético. Nuestras capacidades son superiores, ellos se quedaron en la cadena evolutiva, nosotros avanzamos. Aquí quien debería sentir asco por haber follado con una humana, tendrías que ser tú.

Laxel gruñó con rabia, y Jennifer se abrazó a su espalda.

—¿Qué quieres aquí? ¿Cuáles son tus verdaderas intenciones? ¿Para qué te contrataron?

—Mi trabajo únicamente es llevarme a la humana, nada más. Pero me advirtieron que había una bestia aquí. Lo que vayan a hacer contigo, no lo sé. Yo sólo estoy aquí por ella —sonrió señalándola con la mano.

—¿Y cómo puedes demostrar que es verdad?

—Te mostraría un mensaje donde lo prueba, pero tú ni leer puedes.

—Pero yo si —le dijo Jennifer asomándose por uno de los lados de Laxel—. Dame una prueba que mi padre contrató tus servicios.

Lashel rodó los ojos y tomó su celular, antes de arrojarselo a ellos. Jennifer se apresuró a tomarlo, y leyó el mensaje, observando el número de celular... Era uno de los tantos números que su padre solía utilizar para sus negocios.

—Amor, es verdad, es el número de mi papá —sonrió.

—No confío en él, Jen —gruñó.

—Pero lo contrató mi papá, él no buscaría a cualquiera para buscarme. Si lo hizo, es porque es confiable.

—No realmente, tu padre está desesperado —rio con burla—. Ni siquiera tenía esperanzas de hallarte con vida. ¿Tienes idea de cuánto tiempo llevas aquí?

—Dos semanas —respondió ella con el ceño fruncido.

—Llevas un poco más, pero que bueno que no hayas perdido la noción del tiempo. Ahora ¿Lo harás fácil, kanatita? Dejarás que me lleve a la humana sin pelear ¿O tendré que asesinarte?

—¡No! —exclamó con temor Jennifer—. No, él no hará eso. Nosotros... Nosotros ya lo hablamos.

Lashel los miró a ambos y luego sonrió. Si la chica creía que ambos saldrían juntos de allí, estaba muy equivocada.

...

LaxelWhere stories live. Discover now