7. Desayuno

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Se encontraba en un lugar completamente a oscuras. Estaba solo, ya que solo podía oír su respiración y el eco de ésta. Miraba hacia todos lados pero no podía encontrar absolutamente nada, ni nadie.

De un momento a otro un gran reflector se enciende a lo lejos apuntandolo con su luz encegadora. Ésta daña su vista un poco, por lo que debe entrecerrar sus ojos y cubrirse de la luz con su mano.

De a poco, cientos y miles de gritos de una gran multitud comienzan a subir lentamente, como si alguien estuviera subiéndole al volumen de una radio.

¿Dónde estaba Ruby? ¿Dónde estaba la tranquilidad de su hogar? ¿A caso había sido todo un sueño?. Miró hacia sus costados pero en aquel enorme escenario estaba solo, y la gente esperaba ansiosa a que haga algo, que diga algo, que cante algo... Lo que alguna vez soñó ahora parecía la peor de sus pesadillas. gritos y alaridos lo aturdían, sólo quería correr...

.

- Alex... Tranquilo, estás soñando. Despierta.

La voz de Ruby lo trajo de vuelta a la realidad. Se despertó sentándose en la cama, y notó que un sudor frío recorría su frente y su nuca. Volteó a verla y ella estaba ahí a su lado, mirándolo preocupada.

- ¿Qué ha ocurrido? - preguntó Ruby subiendo una mano a su mejilla.

- Cielos, he tenido una pesadilla horrible... Fué horrible... Todos esos gritos. - exclamó Alex llevando ambas manos a su rostro.

- Tranquilo... Estoy aquí contigo.

Lo abrazo por detrás, y volvieron a recostarse en la cama. Alex apoyado en su pecho desnudo mientras intentaba recomponer el aliento y tranquilizarse luego de aquella pesadilla.

Ruby acariciaba su negro cabello que estaba más largo que de costumbre, y respiraba tranquilamente despertando poco a poco junto a Alex.

Afuera hacia una mañana nublada y parecía no tardar en soltarse una tormenta de otoño.

- ¿Cómo dormiste? - preguntó Alex.

- Yo debería preguntarte eso a ti... Creo que ha sido demasiada acción. - bromeo Ruby haciéndolo reír. Alex se incorporó un poco y la miró a los ojos.

Ruby observó su rostro y suspiró enternecida, había extrañado aquel hermoso rostro adormilado con ojos hinchados y cabello despeinado.

- Te he extrañado...

- Lo sé, anoche lo repetiste mil veces.

- ¡Eres mala! - rió Alex y comenzó a hacerle cosquillas juguetonas, Pero Ruby se zafó sosteniendo sus manos como podía.

- ¡Ya, ya! - se defendió entre risas. - Sabes que yo te he extrañado con locura mi amor...

- Extrañaba tenerte a mi lado por las mañanas... Siento haber arruinado nuestra primer mañana juntos. - se disculpo sentándose en la cama, y Ruby imitó su acto.

- ¿Por qué lo sientes? Solo ha Sido una pesadilla... ¿Quieres hablar de eso?

- No realmente. Creo que demasiada gira ha llegado a cansarme. Estoy considerando tomarme un gran descanso... Y cuando digo gran, me refiero a un par de años.

Ruby lo miró fijo atónita.

- No pensemos en ello ahora... Acabas de llegar. - le resto importancia y se sentó sobre su regazo, pasando sus manos por el cabello de Alex. - ¿Que tal si vamos a desayunar, y nos ponemos al día con todo lo que tenemos para charlar?

Alex beso a Ruby lentamente mientras pasaba sus manos a lo largo de su espalda desnuda y sonrió en sus labios.

- ¿Que tal si vamos por un mañanero?

- ¡Energías inagotables! ¿No te basto con todo lo que me hiciste anoche? Pícaro. - respondió ella juguetona entre risas.

Alex, riendo, comenzó a dejar un camino de besos desde sus labios hasta su barbilla y luego finalizando en su cuello, provocándole cosquillas a la pelirroja.

- ¡Me haces cosquillas! - rió divertida estremeciéndose, y se paró de un salto. - anda vamos.

- ¿Ya? Acabo de despertar...

- Vamos, ayúdame a hacer el desayuno... Cómo los viejos tiempos. - le guiño un ojo.

Alex sonrió pícaramente y se paró en busca de sus boxers. Ruby tomó la camiseta de Alex y se la puso, para luego salir de la habitación.

Llegaron hasta la cocina y mientras ella se agachaba en busca de ingredientes para preparar el desayuno, Alex aprovecho a darle una nalgada juguetona.

- ¡Hey! - se quejó Ruby riendo.

- Es para la buena suerte.

Ambos estallaron en risas, y comenzaron a preparar juntos el desayuno. Eligieron unas tostadas con mermelada y queso, café con leche y jugo exprimido de fresas y naranjas.

Desayunaron en la cocina sin despegarse uno del otro. Se habían extrañado mucho y ahora aprovechaban al máximo cada instante.

Alex escuchaba a Ruby contarle su día a día, que aunque estuviera actualizado por las llamadas siempre faltaban los detalles. Y mientras la oía hablar, la miraba con ojos llenos de amor.

La miraba con dulzura y recordaba la primera vez que la había visto. Tan hermosa en aquel bar, con su chaqueta de cuero roja llamando la atención de todos. Sonrió de lado y Ruby frunció el ceño.

- ¿Me estás oyendo?

- Por supuesto que sí, mi vida.

- Tienes cara de que estás vagando por la luna... ¿En qué piensas?

- En ti, en que te amo... En qué no puedo creer que estés conmigo por fin.

- Me vas a dar diabetes... - se quejó riendo y beso la punta de su nariz.

- Hablo en serio.- el se encogió de hombros. - Puedo ser muy duro, pero cuando se trata de ti... No lo sé, no me reconozco. - confesó.

- Deberías ver lo que he escrito...yo tampoco me reconozco cuando se trata de ti. - confeso ella riendo tímida. Y le dió otra tostada con mermelada de zarzamoras.

- ¿Sabes que he extrañado de ti? - preguntó Alex. Ruby lo miró expectante.- Las pequeñas cosas. Extrañaba el sonido de tu risa. Extrañaba sentir tus pies junto a los míos por las noches. Extrañaba tus pequeñas manos frías en mi espalda cuando tenías frío. Extrañaba el aroma de tu perfume y ver tu perfume junto al mío. Extrañaba ver tu cepillo de dientes junto al mío. Extrañaba que me regañes porque trabajo demasiado, y a la vez que me alientes a no parar de luchar por mis sueños. Extrañaba tu pésimo Ratatouille pero tú excelente pescado con papas fritas... ¿Debería seguir?

- Sigue... Que me vas a hacer llorar. - sonrió entre lágrimas abrazándolo por el cuello.

- Extrañaba tus bragas colgadas en la ducha, y tus cabellos pelirrojos por todos lados. Extrañaba tu taza marcada con labial rojo y tus zapatos de tacón en la entrada... - suspiró. - Las pequeñas cosas que no te das cuenta, pero cuando te vas se hacen extrañar.

Ruby limpio una lágrima de su mejilla, y sin decir mucho más lo abrazo con fuerza escondiendo su rostro en su cuello.

- Yo también extrañaba cada pequeña cosa de ti. Y no ceso con el tiempo... Cuando no sabía de ti era muy doloroso... ¿Sabes? Solo quería saber si estabas bien, sabía que a veces solo descansabas pero no oír de ti en días era difícil.

- Lo siento Ruby...

- Ya está. No hablemos de cosas malas. - sobó su nariz y se incorporó para verlo. Sonrió de lado y beso rápidamente sus labios. - Quiero que estemos bien.

- Y yo. - Alex sonrió amplio.

Y continuaron desayunando en la cocina. Ruby había pedido el día, ya que era viernes, y su jefa no había tenido problema ya que comprendía la situación.

Baby, I'm yours | Alex Turner ( Stuck on the puzzle parte II)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant