40. La boda II

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Al llegar al salón, todos estaban nuevamente allí. Los esperaban con aplausos, lágrimas de emoción y palabras de felicitaciones hacia la pareja de ahora recién casados.

El lugar que habían escogido era realmente hermoso, en el exterior tenía un jardín iluminado con luces anaranjadas, cientos de velas y sillones de decoración blancos y dorados. Dentro del enorme salón parecía el mismísimo palacio de Versalles : Estilo barroco, espacioso, blanco y con decoraciones en dorado.

Y lo mejor de todo, era que aunque últimamente los días habían sido un caos, todo había llegado en perfecto orden para la velada gracias a Giselle.

Comenzaron la fiesta sirviéndose un gran banquete de entrada, dónde había todo tipo de comida gourmet para degustar. Acto seguido, cada uno fue dirigido a su respectiva mesa, ya que comenzarían los discursos de boda que sus seres queridos habían preparado.

El primero en subir a una especie de tarima muy elegante fueron Paula y Steven.

- Buenas noches a todos, bueno para los que no me conocen nosotros somos Paula y Steven, los padres de Ruby. - habló Paula tomando el micrófono, mientras señalaba con cariño a su hija quien la miraba enternecida, de la mano de Alex. - Y quería robarles unos minutos de su bella velada, para leerles una carta que le escribimos con mucho amor a Ruby... En este día especial.

Todos aplaudieron levemente y Paula sonrió.

- Ruby, querida hija... - comenzó Paula cuando Steven le entregó la carta que ambos habían escrito a puño y letra. - Vimos que has elegido de entre muchos al hombre que tu amas y quién te ama de la misma manera a ti. Conforme paso el tiempo de conocerlo, nos dimos cuenta de que Alex era el tipo de pareja que nosotros pedíamos a la vida para ti: por sobre todas las cosas un compañero. Hemos visto cómo el te ama y te cuida desde el primer día, apoyándote en cada momento y acompañándote no importa que. Y el, con su naturalidad y humildad se ha ganado un lugar en nuestros corazones para siempre... - hizo un silencio para mirar a su hija entre lágrimas.

- El amor es un arte, y como tal es necesario entenderlo y entrenarlo todos los días. Si hay un consejo que podemos darte en esta nueva e importante etapa de tu vida como tus padres y por experiencia, es la paciencia. - continuó Steven, tomando la carta para leerla. - Recuerden siempre cuánto se amaron en éste momento, y la simpleza del verdadero amor. El amor no está en los besos y en las escenas cliché de películas románticas... El amor está todos los días en casa, el amor está en quien prepara la comida cuando el otro está cansado, el amor es esperar hasta la una de la mañana para hablar cinco minutos con el amor de tu vida quien está al otro lado del mundo...

Ruby ya estaba llorando con las palabras tan acertadas de su padre, mientras Alex la rodeaba con un brazo abrazándola con ternura.

- Les deseamos de corazón mucha felicidad, paciencia, amor y paz para hoy y el resto de los días que les esperan juntos como marido y mujer. Siempre estaremos a su lado... Paula y Steven.

Todos comenzaron a aplaudir con euforia, y a silbar en aliento a los padres de Ruby.

Luego, fue el turno de Penny y David cuyo discurso fue algo similar remarcando cuán felices estaban de que su hijo haya encontrado al amor de si vida, y cómo ellos la querían como una hija más y se lo hacían saber cada vez que podían. Claro que ésto Ruby ya lo sabía.

Por último, fué el turno de Miles.

- Hola a todos, yo soy Miles el mejor amigo de Alex. - se escucharon algunas risas en el público. - Y bueno, la verdad es que éste discurso no está escrito como lo hizo Paula. - miró a la mamá de Ruby quién rió negando con la cabeza desde su lugar. - No negaré que soy bueno escribiendo mis pensamientos, que por cierto aprovecharé este instante para recomendar mi música. Compren mi nuevo álbum- Alex rió y le lanzo con una servilleta hecha un bollo. - Lo siento, lo siento volveré a lo que me acontece. - rió Miles divertido, con una risa que contagió a todos. - Cómo decía, Alex y Ruby se conocieron en el peor de los escenarios. Yo estaba presente... Pero desde el primer día ví algo en aquel par que no se ve todos los días. Una mirada con química, en el fondo yo lo sabía. Y la vida parecía cruzar sus caminos a menudo, es que ellos estaban destinados a estar juntos claramente.
Pero claro, la situación estaba difícil y no siempre se te presenta el amor de tu vida servido en bandeja de plata asícomo así. Afortunados quienes si...
Pero su caso era difícil, los obstáculos fueron miles... Y éstos seguían hasta cuándo por fin pudieron estar juntos. Sus trabajos se tornaban un contra muy dificil para una vida común de pareja, y a pesar de todo... A pesar de los altibajos, a pesar de la distancia, a pesar de los obstáculos, a pesar de la tormenta, era increíble cómo estos tortolitos encontraban la manera de volverse a unir, de volverse a encontrar en el otro. Y yo, realmente creo que ya no hay nada que los pueda separar... Recuerdo que Alex me dijo una vez: ella es como estar en casa. No importa dónde me encuentre, estando o siquiera hablando por llamada con Ruby siempre será como estar en casa. Y yo creo que no hay un amor más puro que ese... - Ruby le lanzo un beso con ojos empañados, y Miles le sonrió. - De verdad fue una alegría haber conocido a pecas, ella trajo más diversión a mis días. Ella es la compañera que cualquiera quisiera tener, ella es fuerza y es amor... Por eso estoy muy contento por mi amigo que es como un hermano para mí. Les deseo lo mejor, para siempre...

Todos comenzaron a aplaudir, y cuando Miles bajo de aquella tarima ambos corrieron a abrazar a su gran amigo.

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Una canción conocida comenzó a sonar, cuando todos estaban terminando la cena, y las luces del salón se atenuaron indicando que se acercaba un tradicional momento importante: El vals.

Pero éste venía con una sorpresa, Miles se había subido al escenario junto a Amy y comenzaron a cantar una canción la cual Alex había hecho un cover hace muchos años: Baby I'm Yours.

- ¿Y ésto? - preguntó Ruby con una gran sonrisa en su rostro.

- Era una sorpresa...- rió Alex parándose y extendiendo su mano hacia su esposa. - ¿Me concede ésta pieza, señorita Turner?

- Por supuesto, Señor Turner. - rió Ruby emocionada. - No sabía que Amy cantaba...

- Estoy seguro que hizo una excepción por su mejor amiga. - él le guiño un ojo, guiándola a la pista de baile.

Una gran luz los iluminó, enfatizando su vals que era un poco más movido que de costumbre, pero era especial. Era su propio vals.

Comenzaron a bailar al ritmo de la música, mientras Alex sostenía su mano derecha en el aire, y con la izquierda abrazaba su cintura.

Alex la miraba a los ojos con amor. Y Ruby sonrió al oír el estribillo de la canción que ambos adoraban.

- Nothin' in the world could drive me away Every day, you'll hear me say
Baby, I'm yours and I'll be yours, until two and two is three
Yours until the mountain crumbles to the sea In other words, until the eternity... - Cantaron Amy y Miles, mientras todos los invitados hacían una ronda al rededor de los recién casados.

- In other words until the eternity, Baby I'm Yours... - cantó Alex con una voz ronca cerca de sus labios, y sonrió de lado.

Ruby, sonriendo, recordó todas esas veces en que él le había cantado aquella canción en casa, en pijama, solos... Y ahora estaba allí una vez más cantándosela en aquel día especial rodeados de todos sus seres queridos. ¿Cómo no iba a amarlo? Si su romanticismo la sorprendía cada día más que el día anterior. El día de su boda no sería muy distinto...

Él era suyo, y ella sería por siempre suya.

FIN.

Baby, I'm yours | Alex Turner ( Stuck on the puzzle parte II)Where stories live. Discover now