12. Déjame ayudarte

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Ruby secó sus lágrimas con desespero y sobó su nariz mientras corría escaleras abajo.

- No tomes una decisión en frío, ¡Si cruzas esa puerta me largo de aquí! - le gritó cuando Alex estaba pasando por la sala.

Éste frenó en seco. Se quedó en silencio unos segundos y luego volteó.

- ¿A caso eso es un ultimátum? - preguntó, mirándola apenado.

No quería irse. No quería dejarla, pero debía dejar de comportarse así, y la única forma en que viera lo mucho que a él le dolía era viviéndolo en carne propia.

- A ver. Hay muchas cosas aquí que están mal.

- Los dos estamos mal. - recalcó Ruby.

- Si, Ruby. Los dos estamos mal. - Alex suspiró.

Dejó su maleta en el suelo y se tiró al sofá exhausto.

- Estoy cansado de discutir, estoy cansado de que me ignores, de que todo te moleste, de que desconfíes de mi. He pasado todo un año lejos de ti, y cuando por fin vuelvo parece que estuvieras más lejos que antes... ¿Que está pasando entre nosotros Ruby? Nosotros no éramos así.

Ella lloraba en silencio, tapo su boca con su mano y se dejó caer sentada sobre los últimos escalones de la escalera.

- Cuando me enamore de ti, lo hice de tu simpatía, de tu jovialidad, de tus risas, tus ocurrencias, tu positivismo, tu madurez, tus ganas de luchar por lo que quieres... Y ahora es como si todo eso se hubiera perdido. Y no lo noto sólo conmigo... Sé que no estás escribiendo, y que ya no haces actividad física para despejarte. Sé que estás estresada... Pero si tú no me dices el por qué yo no puedo ayudarte.

Alex la vió llorar desconsoladamente en la escalera, mientras abrazaba sus piernas y no pudo más. Se levantó del sofá y caminó hasta donde ella se encontraba.

Se arrodilló a su lado y tomó sus manos despejando su rostro de dónde estaba escondida. Le partía el alma verla así.

- No puedo verte así. ¿Yo te pongo así? Parece que desde que decidimos estar juntos todo ha sido... - bufó para no decir algo pesimista. - ¿Por qué es tan difícil tener una relación común y corriente?

- Porque tú no eres una persona común y corriente Alex. - respondió ella con la voz quebrada.

- ¿Por qué dices eso? Creo que ahí está el error... - secó sus lágrimas con sus pulgares y la abrazo, llevándola hacia su pecho.

Se sentó en las escaleras, y la sentó a ella sobre sus piernas para abrazarla mejor.

- No se qué ha ocurrido... Siento que todo es mi culpa. La falta de comunicación... No lo sé, cuando algo está mal en mi vida todo se desmorona. Últimamente me siento... perdida.

- Entonces déjame ayudarte. Empezando por quitarte esa idea de la cabeza de que "no soy común y corriente". Soy una persona como cualquier otra... Y podemos intentarlo juntos. Dime qué es lo que te preocupa, que es lo que te molesta, lleguemos a un acuerdo. - habló con voz calma y ronca.

Ruby oía su ronca voz resonar en su pecho y eso la calmaba.

- Necesito unas vacaciones. No puedo más.

- Bien, tomémonos unas vacaciones entonces. ¿Que más?

- Necesito que seas lo más sincero conmigo. Y que no te enojes por eso. - se separó un poco para mirarlo con ojos húmedos e hinchados.

- Lo seré. Te diré todo lo que quieras saber... No temo decirte hasta mi más profundo secreto Ruby. Yo te amo, ¿Comprendes eso? Jamás había sentido ésto por nadie, la necesidad de verte bien y lo mucho que me quiebro cuando te veo mal.

- Yo también te amo... No te vayas a Sheffield, no me dejes...

- No me iré si tú dejas de ignorarme cada vez que peleamos por algo. Me duele que seas así.

- Lo siento... Supongo que es mi mecanismo de defensa cuando algo me hiere.

- Lo sé, pero es algo que no puedo soportar Ruby. Así como tu no soportarías que me vaya otra vez. ¿Si lo comprendes?

Ruby asintió con la cabeza, y lo abrazo fuerte por el cuello aún sobre sus piernas. Alex la abrazo por la cintura y besó su cabeza con ternura.

- De ahora en más, hablemos lo que nos incómoda... Sabes que puedes decirme lo que sea y yo a ti. - continuó él.

- Bien, daré lo mejor de mi para cambiar. - murmuró. - Sólo... Prométeme que jamás volverás a hablarle a Taylor.

- ¿A... Taylor?

- Si. Ni a ninguna de tus ex's.

- Pero si me saludan... No sería cortes no devolverles el saludo, o si me preguntan cómo estoy...

- No me refiero a eso. Sabes lo que quiero decir. Por algo son tus ex's. - acotó firme.

Luego se incorporó, dejándolo ahí sentado.

- ¿Ves lo que te digo? Tocamos ese tema y ya te pones así. - él se paró siguiéndola.

- Ponte en mi lugar. - acotó seria.

- Bien, me pongo en tu lugar. Les hablaré con respeto, pero jamás volvería a tener contacto con ellas más allá de un saludo. - alzó ambas manos en el aire.

- Está bien. - lo miro con desconfío.

Alex suspiró ya cansado de aquella situación, y cuando llegaron a la cocina le tendió un pañuelo.

- ¿Puedo darte un beso?

Ruby secaba sus lágrimas apenada, sentada en la mesada de la cocina. No le respondió nada.

Alex decidió abrazarla, en vez de ir directo al beso. Suspiró teniendola en sus brazos, con las cosas un poco más arregladas que hace un rato.

Subieron a la habitación, y Alex le tendió su pijama en señal de que por favor duerma con él aquella noche.

- Bien. - aceptó Ruby.

Pero en vez de ponerse la pijama, se quitó toda la ropa quedando completamente desnuda.

Alex la miró de arriba abajo mientras se quitaba la camiseta que traía puesta.

- ¿Estás jugando conmigo?

- No. Solo quiero dormir desnuda. ¿Algún problema? - preguntó mientras se acercaba a su gran espejo y comenzaba a cepillar su cabello.

El sonrió de lado e imitó su acción. Quitó toda su ropa y se acercó a ella por detrás. La miró por el espejo y con una mano rodeo su cintura, posándola en su abdomen.

Oyó como ella tragaba con fuerza, intentando mantener la postura. Él corrió su cabello hacia un lado liberando su cuello, y bajo para dejar un húmedo beso. Subió hasta su oreja y comenzó a besarla con suma suavidad.

Subió la otra mano dejando caricias por toda su espalda y hombros, sabiendo que esté era el punto débil de la muchacha. Ruby soltó un gemido sin poder retenerlo, y al cruzarse con su mirada en el espejo se ruborizó por completo.

Volteó para abrazarlo por el cuello y cuando rozó sus labios, mordió su labio inferior con fuerza provocando que Alex suelte un gruñido excitado.

- ¿Quieres jugar, eh? - preguntó con rudeza.

Con un movimiento rápido la acorraló contra la pared, rozó con su nariz su oreja mientras que con una mano subía por su muslo izquierdo derecho a su feminidad.

Ruby se le adelantó tomándolo por un glúteo enterrando sus uñas en él. Alex soltó un jadeo, excitándose ante cada roce, rasguño y acción juguetona de su amada.

Capturó sus labios por fin en un beso esperado por ambos, y la cargó tomando ambas piernas, para guiarla hasta la cama dispuesto a hacerla suya cuánto antes.

Baby, I'm yours | Alex Turner ( Stuck on the puzzle parte II)Where stories live. Discover now