𝟭𝟳.

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𝗔𝗗𝗩𝗘𝗥𝗧𝗘𝗡𝗖𝗜𝗔: Este capítulo contiene menciones de uso de armas, insinuaciones de violencia física y descripciones de homicidio. Se recomienda discreción y responsabilidad en la lectura.

14 de julio. 

La presión comenzó a sentirse sobre los hombros de Leonor. La continuación de su novela ya no es un pasatiempo, ahora, es una verdadera responsabilidad. Avanza de a poco cada día, pero cumple al pie de la letra para poder brindarle a Aris ese material digno de compartir con sus padres y colegas interesados en su resurgimiento como escritor. Desde el momento que el rey malinterpretó la situación, y hasta aquella noche que Leonor entró a su habitación encontrándose con una máquina de escribir en su escritorio, supo que no habría otra manera de mantener vivo su apasionado pasatiempo. Aris se apiadó de ella y sus manos que siempre estaban manchadas por la tinta, pero también de sus tiempos y la disponibilidad para dejar fluir su imaginación. No la presiona para recibir más partes a pesar de que sigue siendo un lector interesado, solo sigue insistiendo en decir la verdad. Él quiere que Leonor disfrute el proceso y no que ella piense en la aprobación de Enrique. Leonor sí lo disfruta, de hecho, mantenerlo en secreto lo vuelve más interesante y misterioso, y le da una excusa para volverse más cercana a Ágata ya que es ella quien se encarga la mayoría de las veces de dejar las hojas en la habitación de Aris para que nadie levante sospechas. 

La situación en sí es bastante extraña, ninguno de los dos creyó que alguna vez se involucraría con el otro para algo así. Es una mentira que puede pasar como piadosa y que no lastima a nadie, pero que también se volverá más grande y difícil de parar con el tiempo. Cada día la novedad se pasa de boca en boca, más gente sabe sobre la novela, más gente espera por algo del príncipe, y Aris lo único que tiene para ofrecer es lo que va leyendo y hace pasar por suyo. Cada momento que tiene libre lo usa para leer los fragmentos que va recibiendo hasta entenderlos como si él realmente los hubiera escrito. Mientras come, mientras se viste, mientras trabaja en el establo, mientras cepilla a Cuervo, mientras ignora a Guzmán cuando este le habla, cada minuto es oportuno para estudiar la historia a profundidad.

La motivación para mantenerse tan comprometido con la mentira nace del interés que sigue teniendo por la trama. Esa sensación tan extraña que tuvo esa primera vez, de creer que las acciones de los personajes se sentían familiares, reaparece cuando menos se lo espera. Ya no se cree ingenuo por tomárselo de manera personal. Se lo toma personal, y además de maravillarle, le asusta un poco. Leonor desbloquea tantos recuerdos en él sin siquiera saberlo. Las similitudes lo llevan a sentir un escalofrío en más de una ocasión, no entiende cómo pueden las palabras de una joven tan ajena a él ser tan poderosas. Aris siente que está leyendo su historia de amor fallido al sumergirse en el romance de Ginebra y Dante, y mientras más intenta no verlo de esa manera, más lo hace.

Leonor se encuentra ahora en la pequeña cocina de la planta baja, totalmente desligada de esa carga emocional, calentando agua para preparar un té luego de otro largo día. Las hierbas oscurecen el agua progresivamente, el azúcar se disuelve a medida que revuelve con la pequeña cuchara. Toma un primer sorbo para comprobar que no se quemará, envolviendo la taza con sus manos. Inhala el vapor y siente que todo su cuerpo se calienta al tragar, no existe nada mejor que esa sensación para relajarse. Mira a través de la ventana, disfrutando el silencio. A esta hora de la tarde todo suele estar tranquilo, no hay tanto movimiento ni voces alrededor que alteren el ambiente y Leonor aprovecha al máximo esa paz porque la necesita. Intenta mantener su cabeza ocupada todo el tiempo para no pensar en sus hermanos, le es tan difícil mantenerse aislada del estrés y la angustia cuando no está enfocada en otra cosa que no sea ellos.

Su mirada se mantiene fija en su té, su cuerpo está reposado sobre la encimera. No está prestando atención a nada en particular, está libre para recibir a la persona que la está buscando en este momento. Oye los pequeños golpes en el marco de la entrada y levanta su cabeza, encontrándose con Aris parado frente a ella. 

ALMAFUERTE © ORIANA CORRIDONIWhere stories live. Discover now