Capitulo 2 🥐☕️

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Al estar un poco más cómodos, los jóvenes decidieron continuar hablando, haciendo preguntas acerca del otro con el fin de conocerse. Comenzaron por cosas básicas como su lugar de procedencia y Beomgyu confirmó sus sospechas de que su acompañante era todo un citadino. Se sorprendieron cuando se dieron cuenta de que ambos habían asistido a la misma universidad pero por obvias razones nunca coincidieron. Es que Taehyun era un egresado de la carrera de periodismo desde hace año y medio y Beomgyu aún estaba en la etapa final de su licenciatura en Artes Plásticas. Ambas carreras sorprendieron al otro y rieron un poco luego de ver la reacción del contrario.

También hablaron acerca de sus pasatiempos donde ambos concordaron en que les gustaba leer, solo que a Beomgyu le fascinaban las historietas y Taehyun se descantaba más por las novelas europeas del Romanticismo. Sin embargo, ninguno juzgó al otro. Taehyun confesó ser una persona atlética y Beomgyu lo confirmó con una disimulada mirada hacia lo que dejaba ver la camisa algo ajustada del chico y se arrepintió de su estilo de vida sedentario por unos segundos.

Ambos parecían conocerse de hace tiempo porque la conversación no cesaba incluyendo en esta anécdotas de la vida universitaria, e incluso Taehyun contó la larga travesía para conseguir un buen trabajo aún cuando contaba con recomendación de sus profesores.

Por su parte Beomgyu no tenía una trabajo formal puesto que aún no recibía su título y no le era necesario, pero sí vendía algunos de sus cuadros solo para ir creando algo de fama como artista. Le enseñó, desde su celular, varias fotos a Taehyun de cuadros que él había pintado y de los que se sentía muy orgulloso. Kang sonrió al ver la mirada emocionada del menor mientras mostraba sus creaciones.

— Quiero abrir un estudio aquí en Seúl una vez me gradúe,— contó Beomgyu con los ojos iluminados.

— De seguro te irá bien, eres un gran artista,— le respondió el mayor.

El corazón de Beomgyu se encogió ante lo que escuchó. Cuando hablaba de su sueños la gente solía recalcar que lo lograría porque su familia era rica y cosas por el estilo pero nadie había puesto fe en su talento. Incluso no sabía cómo responder. Normalmente se limitaba a asentir y sonreír tragándose la decepción que sentía al no ser reconocido. Esta vez tendría que dar una respuesta diferente, por primera vez pensó en que si un agradecimiento sería lo correcto y suficiente.

— Muchas gracias.— Su voz sonó realmente baja y es que temía gritar ahí mismo. Su rostro estaba algo caliente y de seguro parecía un tomate.

— Solo espero que te acuerdes de mí y me invites a la inauguración. — Taehyun dijo esto con una sonrisa mientras se inclinaba hacia adelante con sus brazos cruzados en su abdomen. Beomgyu abrió los ojos desmesuradamente y el sonrojo se intensificó cuando escuchó una ligera carcajada.— Estoy bromeando, no tienes por qué invitarme pero si quieres acuérdate de mí.

Hace tiempo la proximidad se estaba acortando entre ellos. Y es que existe esta teoría en la comunicación que supone que mientras más cercana es la relación entre los interlocutores menos distancia habrá mientras hablan. Al parecer esta relación en particular se estaba estrechando muy rápido porque Beomgyu podía distinguir claramente cada parte del rostro de Taehyun frente a él y con solo levantar la mano podía tocarlo.

Por un momento se quedaron en silencio viéndose a los ojos hasta que Beomgyu no aguantó más y rápidamente se puso de pie.

— Disculpa pero debo ir al baño, vuelvo en un momento.— Con una rápida inclinación huyo hasta su refugio sintiéndose como un tonto por cómo estaba actuando.

De su lado, Taehyun solo rió levemente ante la tierna actitud del contrario. Claramente había entrado a la fase del coqueteo. Era intencional aunque se vio preguntándose a sí mismo como había cedido tan rápido a esto. Beomgyu era un chico muy apuesto pero de esos habían cientos. Él sabía coquetear pero no lo hacía muy a menudo a menos que estuviera en algún bar siendo arrastrado por su mejor amigo Kai o si estuviera en una cita. De estas últimas no tenía muchas, solo cuando su madre insistía en presentarle al hijo o hija de alguna amiga suya.

Coquetear con Beomgyu no parecía terreno peligroso. Estaba seguro de que no se iban a mantener en contacto por mucho tiempo así que se convenció a sí mismo de disfrutar el momento.

En otro lugar del Café, específicamente en el baño, se encontraba un Choi Beomgyu con una situación totalmente distinta. Sí, era un chico bonito y carismático, también popular entre sus compañeros y amigos pero nunca, nunca, coqueteaba con alguien. Era algo irónico pero él no era el tipo de chico que recibía invitaciones a tomar un café ni se le acercaba gente ofreciéndole bailar. Sus amigos más cercanos bromeaban sobre un aura que ahuyentaba cualquier posible conquista.

Claramente esta era una situación nueva a sus veintidós años. Un chico mayor y notoriamente guapo estaba coqueteando con él y se había dado cuenta ¿Qué debía hacer? ¿Coquetear de vuelta? No sabía hacerlo. Quizá solo debía seguir el juego.

Eso haría.

Se lavó la cara y se miró en el espejo. Cayó en cuenta de que aún continuaba con el traje perfectamente acomodado. Decidió retirarse con cuidado el saco y la corbata, desabotonó los dos primeros botones de la camisa y enrolló las mangas hasta los codos. Incluso, desordenó un poco su cabello.

Con un poco más de confianza se dio ánimos a sí mismo mientras se miraba en el espejo, se sonrió y salió del baño dispuesto a continuar lo que habían iniciado.

De todas maneras, no era como si se volvieran a ver luego de esto.

Lumbra | Taegyu Where stories live. Discover now