Capitulo 7 🥐☕

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El camino de vuelta a Seúl fue silencioso, como se supone que Taehyun ama. Pero este no era lo que esperaba. Ni siquiera llevaban música puesta. Sólo se escuchaban sus respiraciones y los claxones de conductores que creen que creando contaminación auditiva el semáforo cambiará de color.

Los ojos de Beomgyu iban cerrados pero no estaba durmiendo. La verdad, estaba pensando en la forma en la que dormiría esa noche.

Quizá Taehyun podría pagar una habitación de hotel... Pero ya le había pedido el último favor.

Todo era un lío.

— ¿Choi?— Llamó Taehyun.— Llegamos.

¿Qué haría ahora?

— Sí claro, muchas gracias por lo de hoy, ¿A qué hora te espero para lo de la entrevista?

Taehyun frunció el entrecejo.— ¿Tienes dónde dormir? Pensé que podría prestarte la habitación de invitados de mi apartamento si así deseas.— Buscaba, inconscientemente, la forma de no despegarse del menor aunque este claramente ya había puesto una barrera.

— No, no tengo pero pensé en quedarme en un sauna, es que no quiero causar más molestias.— Su voz sonaba algo nerviosa y apagada ¿Dónde habían quedado las sonrisas y coqueteos de la tarde?— Solo dime a qué hora debo estar aquí para que me lleves con mi hyung.

— No irás a ninguna parte, sube.

Dichas estas palabras Taehyun dio vuelta y se dirigió hacia el interior del edificio. Beomgyu tomó su saco y celular y a pasos apresurados alcanzó a su mayor.

Una vez dentro del apartamento Beomgyu quedó maravillado con el orden y la decoración. A diferencia de él, Taehyun parecía ser un hombre ordenado y limpio. Incluso todo en el lugar se veía a tono y las pocas cosas que habían estaban colocadas de manera que pareciera de revista.

— La puerta de la izquierda es tu habitación, la del centro es el baño. Yo estaré en la siguiente si necesitas algo. Si quieres darte una ducha puedes hacerlo.

— Muchas gracias— murmuró. Dudaba que Taehyun lo haya oído pero tampoco lo repitió.

Abrió la puerta de su dormitorio por una noche y notó que la decoración era igual a lo que había visto afuera.

La cama parecía ser cómoda así que sabiendo que se encontraba solo dejó salir su niño interior y saltó hasta caer de espaldas en el colchón sintiendo lo cómodo que era este.

Duró unos minutos mirando hacia el techo y recordó que en su habitación tenía estrellas lumínicas pegadas al techo y por un momento añoró la calidez de su propio hogar.

En su apartamento no todo estaba ordenado y en sus paredes habían más lienzos de lo que es estéticamente correcto. Su sofá tenía cojines de distintos patrones y texturas producto de inventos en noches de desvelo y ninguna de sus tazas parecía hacer juego porque la mayoría eran souvenirs y regalos. Sus mamá solía enojarse con él y regañarlo cuando encontraba todo el desorden pero luego desistió y solo hacía una mueca de desagrado sin añadir algo más.

¡Oh! Su mamá. Si bien era una de las cabecillas del plan de casamiento no podía negar que le causaba tristeza pensar en lo preocupada que debía estar por él. De seguro no había dejado que su pobre padre y hermano tuvieran una cena digna debido a la angustia de no saber dónde se encontraba su pequeño chico.

Su padre podía estar claramente preocupado pero era más centrado y no perdía la cabeza por cualquier cosa. Su padre era como Yeonjun y él sin duda como su mamá. Mientras que padre e hijo mayor tomaban decisiones con la cabeza fría y accionaban de manera prudente, la madre y él se hacían un lío mental, lloraban y desquiciaban a todos la mayor parte del tiempo.

Lumbra | Taegyu Where stories live. Discover now