Capitulo 15

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Adiós invierno, bienvenida primavera. Louis recargó su cabeza sobre una desgastada muralla observando las congeladas canchas de fútbol y el sin fin de nieve que seguía cayendo, suspiró provocando que una larga oleada de vaho saliera de su boca.

― Parece que estoy fumando — comentó a John divertido al momento que volvía a expeler vaho, John sonrió de lado.

― Yo solía fumar, hasta que entre aquí, el mercado negro es muy costoso y si le pides un sólo cigarro a alguien difícilmente te lo dan, estos reos son muy egoístas — amplió su sonrisa distraída — Perdí mi esperanza de morir por enfisema — Louis le miró de reojo preocupado.

― No digas esas cosas.

―Bueno, lo menos que puedes hacer estando encerrado de por vida es elegir la muerte que deseas, volver a tomar una decisión se siente tan bien —suspiró — Es como tener de nuevo el control — John se percató de la expresión confundida de Louis e interiormente sonrió melancólico —Tengo que irme —se despidió — Ya empezará mi turno, nos vemos en la comida — Finalizó perdiéndose entre los tétricos pasillos de la penitenciaría.

Louis permaneció bajo la incesante nieve y las glaciales ráfagas de viento, vagando sobre la congelada y blanca superficie de las canchas. Estaba tan abstraído con el deprimente paisaje que no escuchó el hielo quebrarse y chillar ante las pisadas de alguien más.

―Si sigues aquí pescaras una pulmonía —advirtió una voz bastante conocida, Louis endureció sus facciones y viró sobre sus talones encontrándose con el inexpresivo rostro de Zayn y de nuevo, el acostumbrado cosquilleo le recorrió toda la extensión de su cuerpo.

Louis se odió y por medio de una mirada cargada de rencor le transmitió el sentimiento. Pensaba ignorarlo y pasarlo de largo, pero muy dentro de sí mismo esperaba que el moreno lo detuviera, deseaba seguir viendo sus tormentosos ojos y hundirse en ese velo misterioso, quería escuchar su voz y sus intrínsecos cumplidos. Y tal como anheló, ocurrió, pero desafortunadamente no de la manera que le habría gustado. Con fuerza brutal le detuvo del brazo regresándole el par de pasos que había avanzado y con igual vigorosidad le arrojó contra el vallado que circunvalaba toda el área deportiva.

― ¡¿Crees que soy del tipo de persona que se puede ignorar?! Ya me canse de tu estúpido jueguito, no vuelvas hacerlo, Louis, o te juro que además de los ojos, tendrás otras partes azules — Sentenció ante la perpleja mirada del castaño.

―No le temo a tus amenazas — Dijo valeroso, deshaciéndose del agarre que seguramente ya habría dejado una equimosis. Zayn sonrió altivo.

― Suelen decir eso, hasta que prueban el filo de mi navaja — Louis fue incapaz de moverse, como si tuviese los pies congelados y pegados al concreto le miró atónito.

― ¿Qué quieres decir con eso, realmente serías capaz de lastimarme de esa manera? — Preguntó sintiendo el corazón estrujado.

― ¿Qué piensas tú, crees que lo haría? — Louis agachó la cabeza, escondiendo el rostro melancólico entre su melena.

― Sí —susurró — No soy nada para ti, y matar, eso lo llevas en la sangre — Zayn frunció el entrecejo, le tomó por la barbilla incorporando su cabeza. Louis lo observó fijamente y sus ojos brillaron determinantes — Pero lastimándome así, al menos podría odiarte y por fin sacarte de mi corazón — El moreno sonrió distendido, confundiendo a Louis, no se trataba de una sonrisa burlesca o irónica, era sincera, de esas que Louis podía contar con los dedos de una sola mano.

―Mientes, aún si te lastimara no podrías odiarme, ni a mí, ni a nadie — Bufó — Conozco a los de tu tipo, eres masoquista, te joden y no haces nada para defenderte, tienes justificación para todos y prefieres culparte a ti antes que a otro, ¡eres un maldito mártir! Y gente como tú... me enferma — Zayn sacó una tosca llave de su bolsillo y se la mostró con una mueca maliciosa en su rostro — ¿Sabes de dónde es? — preguntó ante la desconfiada mirada celeste, éste negó — Es del cuarto de limpieza, lo debes recordar muy bien; la adrenalina al hacerlo allí cuando cualquier persona pudiera entrar y vernos, siempre te quejabas, ahora no habrá problema — El moreno se acercó y le tomó del antebrazo — Te sujetaré así y te llevaré al almacén, una vez dentro, sin siquiera pedirte autorización te voy a joder como dios manda — Declaró con absoluta seriedad provocando en Louis un fuerte sonrojo.

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