Ianthe

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Liam sonrió en medio del recuerdo, gozoso de haber cumplido con su amenaza, aunque aún faltase dar la última pincelada. Cateó de su cargado café matutino mientras escuchaba el murmullo de pláticas a su alrededor; a pesar de estar en un privado bastante alejado de la concurrencia en aquél elegante restaurante, no podía sentirse a salvo de las inquisidoras miradas que le lanzaban de vez en cuando. A la distancia, Liam divisó la figura de Niall caminando hacia él, tal y como había estado esperando. El hombre, engalanado en un traje soberbio le sonrió con seguridad y apresuró sus pasos.

― Al fin llegas, Niall ― Saludó parsimonioso, invitándole a tomar asiento. La mesera se aproximó enseguida, pero Niall, sin siquiera mirarla, con una seña altiva, le ordenó que se retirara.

― Me sorprendió tu mensaje, ¿no se supone que deberías estar en Estambul?

― Damon se hará cargo del negocio, yo tengo asuntos más importantes aquí.

Niall suspiró, mirando alrededor del sofisticado lugar.

― ¿Por qué no me habías comentado sobre tu nueva adquisición?

― Es reciente, se me dejó como garantía en un préstamo, y bueno, se venció sin haber sido cubierto en su totalidad.

― Álgido como siempre, amigo. Cuando recibí tu mensaje creí que se trataba de algo grave, pero tu expresión está lejos de ser sombría, hasta me atrevería a decir que son buenas noticias.

Liam lo miró con intensidad y encendió un cigarrillo.

― Sí, es una buena noticia, pero no es la razón de mi cambio.

― ¿Entonces?

― Vamos por partes, primero; el motivo de nuestro encuentro ― Liam dio una larga calada a su cigarrillo, antes de continuar ― En un mes es el aniversario luctuoso de Geoff, quiero a Zayn muerto el mismo día. Yo quiero lapidarlo.

Niall alzó las cejas albinas, sorprendido, e imitó a Liam, encendiendo su propio cigarro. La gente de mesas próximas y lejanas se escandalizó; fumar en aquella zona, estaba prohibido, pero al par de galantes hombres les importaba poco, y lo peor, es que nadie se acercaba para impedírselos.

― ¿Y cómo piensas hacer eso? ¿No sería más fácil pagar a alguien de tu completa confianza para que lo liquidara?

― ¡¿Y dejar que se roben mi gloria?! ¡No puedo permitirlo!

― ¡Pero fue lo mismo que hiciste con Geoff, lo mandaste emboscar, pagaste por su muerte! ― Replicó Niall, desconcertado.

― Es diferente, totalmente diferente. A pesar de todo el mal que Geoff hizo, era mi padre. La mano me hubiese temblado llegado el momento de dispararle certeramente en la cabeza y el corazón, hubiera dudado, Niall. Y frente a hombres como mi padre, no se debe titubear.

― ¿Y la herencia?, ¿Cómo piensas recuperar la herencia con un Zayn en la tumba?

― No me importa, tú sabes, al igual que Daela, que sólo era un pretexto estúpido para fundamentar mi animadversión hacia él. Le odio por cabrón, por mierda y porque me recuerda a mi padre, es una perfecta copia.

― ¿Y? ― Preguntó punzante, incitándole a que continuara. Liam le observó con cierta zozobra.

― ¿Qué? ― Niall bufó.

― Odias a Zayn por cabrón, mierda, y porque te recuerda a tu padre ― Citó las palabras del moreno, con ironía ― ¿Sólo por eso?

El Malik sonrió, sintiéndose descubierto.

― ¿Te vas atrever a decírmelo? ¿Vas a osar decirme algo que ni siquiera Daela se ha atrevido a insinuar? ― Niall asintió, bastante serio.

― Son celos, Liam, los celos son la esencia de tu odio hacia Zayn.

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