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Eran las 3 de la mañana cuando Michael se despertó por culpa de una pesadilla. Esa pesadilla ya la había tenido antes pero seguía igual de traumática que siempre.

Dejando eso de lado, Michael no se movió, solo observó el techo de su cuarto mientras respiraba agitadamente. Al intentar recuperar su aire, sintió algo moverse encima de su abdomen.

Se asustó y levantó la manta rápidamente. Al ver la mano de su padre pegó un chillido que levantó al mayor.

William le estaba abrazando pero se levantó de golpe al escuchar ese grito.
Miró a su hijo bastante confuso.

-¡¿Que haces aquí?!- Dijo Mike alarmado. William se frotó los ojos y frunció el ceño.

-¿Porque gritas?- Dijo William volviendo a posar la cabeza en la almohada. Michael se quedó mirando al mayor un par de segundos mas y después habló de nuevo.

-Pero... ¿Que haces aquí? Tu tienes tu propio cuarto y tu propia cama..- Murmuró Michael sin apartar la vista de su padre.

-Joder Michael... Callate ya y duerme.- Dijo William dándole la espalda tras soltar un largo suspiro.

Michael se quedó quieto unos segundos y después se metió de nuevo en las sabanas. Mañana William le iba a mandar a entregar pedidos así que necesitaba descansar bien.

Tres horas después, William se levantó y se preparó, después fue a cocinar el desayuno. No tenía ganas de darle una explicación a su hijo, por eso se fue antes al trabajo.

Cuando Michael se despertó, se vistió y después bajó a la cocina. Buscó a su padre por la casa y al no encontrarlo pensó que estaba enojado con él, porque anoche le gritó.

Dejó el desayuno como lo encontró y salió de la casa, fue andando hasta la pizzería ofendido.

Al llegar vio como William corría hacia él y le daba el uniforme de repartidor de pizzas. -¿Porque sigues poniéndote ese uniforme? Este es tu nuevo trabajo!- Le echó la bronca.

-Ve a ponértelo rápido, hoy tenemos muchos pedidos!- Dijo empujándolo dentro de la oficina. Michael se puso el uniforme rápidamente y salió de la oficina. Una vez afuera, William le agarró del brazo y le condujo afuera de la pizzería.

-Como hay cada vez mas pedidos a domicilio, Scott y tu os vais a repartir el trabajo, tu irás en bicicleta para los pedidos mas cercanos y Scott en moto para los pedidos mas lejanos.- Explicó William rápidamente mientras le seguía empujando a una bicicleta que tenía las cajas de pizza atrás.

Michael suspiró con pereza. William notó esto pero le dió igual, solo decidió hacer que Michael lo haga por su gran deseo.

-Escuchame Mike...- Dijo William acercándose al menor que ya se había montado en la bicicleta. -Cuanto mas dinero me traigas mas orgulloso estaré de tí.- Dijo acariciándole la mandíbula.

Michael se puso algo nervioso y asintió.
Después de que William se fuera, empezó a pedalear.

No era tan difícil y agotador al principio pero sabía perfectamente que después se iba a poner peor!

Fue a las 9 primeras direcciones sin problema después se dió cuenta de que la última dirección era de Dylan. Al parecer le había gustado bastante la pizza...

Se acercó a la puerta del joven recién independizado y toco no muy fuerte. Algo que le pareció raro fue que le abriera casi al instante, como si estuviera esperando por esa pizza todo el día...

Dylan tenía una sonrisa algo macabra pero Michael no la notaba, según él, no juzgaba a las personas que no conocía solo por su apariencia.

-Hola Dylan! Aquí tienes tu pedido.- Dijo ofreciéndole la caja. Dylan bajó su mirada a la pizza lentamente, eso fue muy raro pero siguió sin importarle.

Un Infierno Sin Fin (William x Michael)Where stories live. Discover now