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Unos días después de lo que le pasó a Michael con el animatronico, William decidió hablar con Dylan porque este no paraba de molestar a su querido hijo.

Quería amenazarle pero su dinero le era más útil que tener a Michael feliz y sin traumas. Michael se recuperaba del golpe del animatronico, quedándose en casa y no yendo a la escuela.

Eso preocupó a los amigos de Michael y le decidieron visitar esa misma tarde.

Ahora mismo eran las cinco y cuatro de la tarde. Michael estaba en su habitación y William estaba en el sótano, sentado en la silla con los pies encima de la mesa y descansando del trabajo.

Después de unos minutos de silencio, se levantó y notó dolor en su espalda baja. Puso su mano ahí y se quejó bastante alto. Era obvio que le iba a pasar eso ya que llevaba todo el día inclinado y trabajando.

William no pensó en eso, simplemente pensó que se estaba haciendo viejo. Preocupado por si mismo, ando de una forma extraña y rápida hacia el baño y se miró al espejo.

Revisó y contó las canas que tenía y después intentó recordar cuantos años tenía. Se le había olvidado porque no solía pensar mucho en eso.

Al salir del baño, se dirigió a su habitación y se tumbó boca abajo. Necesitaba un masaje pero eran caros, así que porque no obligar a Michael?

-¡MICHAEL!- Gritó asustando al adolescente que rápidamente fue al cuarto de su padre. -Ven y siéntate en mi espalda.- Le ordenó cerrando los ojos.

Mike se quedó unos segundos inmóvil y se echó atrás lentamente sin hacer ruido. William al no notar ningún peso encima suyo, abrió los ojos y pilló al menor a punto de escapar.

-No te vayas... Estoy muy cansado, no podrías ayudar a tu propio padre?- Le dijo haciéndose la víctima otra vez. Michael suspiró y se acercó al mayor pero en cuanto estuvo a unos centímetros de él, William le agarró de la cintura y lo puso encima suyo.

Mike miró con sorpresa a su padre, porque había sido muy rápido girándose y levantándole. Y decía que estaba cansado...

Michael podía notar el pene de su padre debajo de su trasero, no quería hacer ningún movimiento porque tal vez eso haría un malentendido...

William le miró a los ojos unos segundos y bajó su mirada lentamente a su cuerpo. Si tan solo estuvieran desnudos ahora mismo, eso sería el paraíso de William. El masaje que necesitaba.

En cambio Michael ya estaba intentando quitarse de encima las manos de su padre. Quitaba un los dedos uno a uno lentamente y después levantaba un poco las caderas pero William volvía a abrazarle aun más fuerte.

Empezó de nuevo con sus caricias y Michael estuvo mucho mas incómodo, quería bajarse ya de encima de su padre e irse a su cuarto pero no sabía muy bien como empezar la conversación.

-¿En que quieres mi ayuda?- Le preguntó frunciendo el ceño intentando no verse asustado. William le sonrió y le acarició una mejilla.

-Solo quería un masaje pero si te quieres ir adelante... Entiendo que tengas mejores cosas que hacer que cuidar del viejo de tu padre...- Dijo manipuladolo otra vez.

Michael no ablandó su expresión y apartó las manos del mayor de su cintura de una forma algo ruda. -Se lo que intentas.- Le dijo levantándose y poniéndose recto.

William se sentó y miró al menor de arriba a abajo. Estaba un poco impresionado pero nada que unos golpes no pueden arreglar.

-Veo que te estas volviendo mas listo...- Dijo William levantándose de repente asustando a Michael que por cierto se echó hacia atrás por instinto.

Un Infierno Sin Fin (William x Michael)Where stories live. Discover now