Miel Mentolada

Epílogo

El ambiente en la oficina de Doppo se había hecho mucho más llevadero una vez que él tomó el liderazgo de la sección de ventas; iba aprendiendo día a día que utilizar su lado alfa en el ambiente laboral no era tan malo como él creía, pues no lo hacía con el propósito de imponerse a los demás sino de que no lo pasaran a llevar. Además, también había reconocido ser heredero de la familia Kannonzaka, pero todos reconocían sus méritos como propios.

Lo que no había cambiado, lamentablemente, era la cantidad de horas extras que debía realizar; aunque a diferencia de antes, las horas que debía realizar extras eran fuera de la ciudad. Sus viajes de negocios estaban programados para que luego de realizarlos llevase a cabo alguna reunión con su equipo y terminado eso tuviera algunos días libres. Porque él ahora no dejaba que el trabajo se inmiscuyera en su vida privada.

Hifumi mientras tanto seguía en ascenso en su carrera de host, lograba compaginar su vida de host con las labores domésticas a la perfección. Muchas de sus clientas alfas seguían siendo recurrentes a pesar de que él ostentaba la marca de su mordida enlace con orgullo, incluso algunas veces parecía que intercambiaban consejos de vida doméstica.

―Hifumin, ya llevas tiempo con tu alfa, ¿no? ¿Cuándo habrá boda?

―Oh gatita~~, ¿quieres que acaso me case contigo? ¿o me estás arrojando directamente a los brazos de mi alfa?

―Oh vamos, Hifumin~~ ―le habla otra chica que estaba al otro lado de él con una copa en la mano―, sabes que jamás haríamos nada para separarte de este alfa tan maravilloso del que estás perdidamente enamorado.

―Así es, Princesa-sama. Y por lo mismo creo que no es necesario que nuestro amor se vea obligado de tener una boda para demostrarle a todo el mundo nuestra relación. Somos destinados y además enlazados, ¡no puedo pedir nada más!

―¡Kyaaa~~! Lo dices con tanta seguridad que me emociona de tan solo escucharlo.

Pero esas palabras siguieron haciendo eco dentro de la mente de Hifumi, y no era que no lo hubiera pensado antes. Sus declaraciones con las clientas rozaban la verdad pero escondían gran parte de sus deseos. Él sí quería tener una boda de ensueño con Doppo, recorrer el camino al altar y dar el sí acepto. Y sonreía tristemente para sí, pues solo se había vuelto más y más ambicioso en su relación con el alfa, creía que ya no podía pedir nada más en su vida, pero sí que quería más.

Apenas había llegado al departamento compartido con su pareja y dejando sus cosas por encima, fue a hacerle el desayuno para que comiera algo antes de ir a trabajar. Lo bueno de su nueva posición es que podía entrar más tarde al trabajo, lo que le daba tiempo para comer en compañía de su novio. Hifumi tarareaba concentrado en sus pensamientos no notó la presencia que se cernía detrás de él hasta que unos brazos lo rodearon y la menta se hizo presente en su nariz.

―¿Hay algo que te esté preocupando? ―le preguntó Doppo al oído―. Tus feromonas te delatan, sabes que puedes contar conmigo para decirlo.

―Mmmm, nope~~. ―contestó Izanami mientras sonreía y ladeaba la cabeza para darle un beso en la mejilla a su pareja.

―Mentiroso.

Doppo lo soltó y fue a prepararse una taza de café mientras se sentaba a la mesa e iba recibiendo los platillos que Hifumi le estaba dando. Ambos se sentaron a comer y en un principio fue en silencio hasta que el alfa habló.

―La próxima semana es probable que caiga mi celo. Así que estos días estaré trabajando horas extras para que no haya problemas con eso. ¿Quieres quedarte conmigo esos días, Hifumin?

Si bien lo más lógico que debiese ocurrir era que el omega estuviera completamente dispuesto a apaciguar el celo de su alfa, Doppo siempre quería darle la opción de negarse por parte de Izanami. Este sonrió y dejó salir un poco de su dulce olor, pues su omega ronroneaba con solo pensar en que el celo del alfa ya vendría en camino. Hifumi disfrutaba de los celos de su pareja, y a pesar de tomar medicamentos, generalmente su propio celo salía a relucir durante esos días.