Miel Mentolada

Extra I

El día de la boda se acercaba más y más y eso ponía a Doppo con los pelos de punta y al borde de sufrir un ataque de ansiedad y colapsar. Lo que evitaba que le pasara algo de eso era el buen ánimo de su omega, que se estaba encargando de todo y cada detalle de la ceremonia y posterior celebración. Para Doppo ver a Hifumi tan feliz y emocionado le era más que suficiente para calmar sus propios nervios y decirse que estaban tomando la decisión correcta, eso hasta que veía los gastos que debía pagar y la lista de invitados que no dejaba de crecer día a día.

―Hifumi, ¿está bien invitar a todas tus clientas del host club? ―le preguntó un día Doppo mientras leía la larga lista de mujeres, en su mayoría alfas, que iban al trabajo de Hifumi solo por él.

―Sipi~~. Estaré usando un traje así que no habrá problemas con la presencia de mujeres.

―Ugh, olvidaba que vas a tener que usar un traje. La verdad es que no quiero casarme con esa personalidad tuya, pero tampoco es conveniente que no lo utilices si van a asistir tantas mujeres, además de que te verías informal sin él para un asunto tan serio. Y es mi culpa el no poder llevarme completamente bien con tu personalidad de host, mi culpa el que no hayas superado completamente tu miedo a las mujeres, mi culpa el que tengamos una ceremonia occidental, mi culpa que...

―¡Doppo~~! Deja esa mala costumbre tuya de afrontar toda la culpa y ayúdame con las invitaciones. ¿A quién piensas invitar? Solo pusiste un par de nombres de la empresa y nada más, ni siquiera a tu familia, ¿está eso bien?

―Ugh, mi familia... Luego de lo del divorcio sabes que dejaron de hablarme completamente a pesar de mi nuevo puesto en el trabajo, así que no pienso que sea buena idea que se vean involucrados en mi vida personal. Además esos que invité del trabajo son amigos de cuando inicié allí, además de Jakurai-sensei que tanto nos ha ayudado.

―Pues tienes razón, espero que Jakurai-sensei venga con su pareja destinada.

―Hifumi, te he dicho que aquello es complicado y que no está bien entrometerse en la vida de los demás.

―Sí~~ sí~~.

Y la conversación sobre las invitaciones no se había vuelto a repetir, pero Doppo no dejaba de pensar que iría mucha gente desconocida para él a algo que le hubiera gustado que fuese íntimo, solo entre él y su omega. Pero bueno, tendría que acostumbrarse con ese estilo de vida si quería seguir al lado de Izanami, quien en durante esos días había sido elegido como el host número 1 de todo Shinjuku, y por ende de todo Japón. Una lástima que luego tendría que ausentarse para llevar a cabo su luna de miel, de seguro que ahí perdería popularidad, aunque Doppo estaba seguro que no le costaría volver a obtener ese puesto.

Su luna de miel... aquello era otra cosa que en un principio le había preocupado mucho, pues, ¿dónde era más adecuado llevar a Hifumi a una luna de miel? Sabía que el chico era alguien activo que le gustaría recorrer nuevos lugares, nueva gastronomía y cosas como esa, pero a él le bastaba solo estar en compañía del omega, descansando los dos juntos y nada más. ¿Cómo era que se llevaban tan bien con sus personalidades tan distintas?

Lo bueno es que habían llegado a un punto medio en sus deseos: Hawai.

Viajarían a la isla tropical al día siguiente de su boda y por una semana para su luna de miel. Allí en Hawai había actividades como buceo, fiestas nocturnas o al atardecer, paseos y cosas por el estilo; pero también les permitía descansar todo el día en la playa solo tomando sol y bebiendo cocteles con adornos de mini paraguas y frutas. El paquete que habían comprado les incluía todo eso y más. Perfecto.

El día de la boda se acercaba, lo habían planeado para que no estuviera cerca de ninguno de sus celos, aunque luego de la marca sus celos se habían sincronizado prácticamente. Sería un día de primavera, algunos árboles de cerezo ya estarían en flor y darían un toque mágico al momento. Ya todo estaba listo y planeado y mientras menos faltaba más nervioso estaba Doppo y más emocionado estaba Hifumi.