Capítulo XVI

410 52 17
                                    

Odiaba tener que volver al trabajo, aquellos días que había pedido libres se le habían esfumado de la nada entre los trámites de divorcio con Inohue, mudar las cosas del departamento y su nueva situación con Hifumi, con quién todavía no se formalizaba nada. Desde que lo habían hecho por primera solo había sonrisas y besos robados, además de haberlo hecho un par de veces más para saciar todos los deseos acumulados. Ahora que se encontraba en frente de su computador de su oficina, solo quería volver a los brazos del rubio.

Ahora que su cabeza estaba más fría y que el calor del celo ya había desaparecido gracias a los supresores, no podía dejar de preguntarse qué era lo que Hifumi sentía por él. A pesar de su conducta, nunca le había dicho nada, era él el que se había pseudo confesado y admitido sus sentimientos por el host, pero no había recibido una respuesta clara. ¿Y si era que solo lo había aceptado por lástima o para no dañar sus sentimientos? Tal vez se había aburrido de ser virgen y había pensado que hacerlo con su amigo de la infancia no sería malo del todo. Había tantas dudas que la inseguridad de Doppo solo iba en aumento.

Aprovechando de que había recién finalizado una llamada con uno de los colaboradores de la empresa y que de manera increíble su trabajo no se había acumulado mediante su ausencia, se dirigió hacia las oficinas médicas a hablar con Jakurai, quien siempre lo escuchaba en momentos así y le daba ciertos medicamentos para la ansiedad en caso de que desahogarse no funcionara. Dudó unos momentos antes de golpear su puerta, creyendo que no sería conveniente decirle que lo había visto en compañía de Amemura, eso a él no le correspondía, aunque también sería correcto que fuera él quien escuchara al doctor desahogarse alguna vez.

Bueno, todo dependía del rumbo que tomara la conversación, así que Doppo golpeó la puerta y esperó a que se le invitara a pasar.

―Sensei, disculpe que lo moleste, ¿tiene un momento?

―Por supuesto Doppo-kun, pasa. ¿Cómo ha ido todo con tu amigo Hifumi-kun?

―Oh, sobre eso... ―Doppo tomó asiento mientras movía nerviosamente una mano sobre su brazo contrario, había pensado demasiado durante su trayectoria de cómo empezar la conversación, pero mientras más lo pensaba, más enredoso se sentía. ―Nosotros lo hicimos. ―Listo, lo había soltado todo de pronto.

Jakurai dejó la taza de té que estaba tomando encima de su escritorio y lo quedó mirando notoriamente sorprendido, por todo lo que había escuchado por parte del asalariado y la actitud de ambos al visitarlo con anterioridad fue consciente de la tensión sexual que había entre ellos, pero no pensó que las cosas sucedieran tan rápido, teniendo en cuenta que hace poco Doppo se había separado y que todavía no se había dado cuenta de sus sentimientos hacia el rubio.

―¿Sucedió qué?

―Verá, todo fue muy rápido y confuso y supongo que me di cuenta de mis sentimientos por Hifumi luego de una larga introspección y de haberlo pensado mucho, en verdad creo que era algo que estaba ahí pero que nunca quise ver y que confundí mis sentimientos por mera amistad cuando en verdad eran mucho más profundos. Y si eso no fuera poco, salimos en algo parecido a una cita y bueno, todo iba muy bien hasta que entré en celo a causa de otro omega y...

A esa altura del abreviado relato Jakurai solo asentía hasta que escuchó lo último.

―¿Cómo que entraste en celo a causa de otro omega? ¿crees que sea tu destinado, Doppo-kun?

―Uggggh, no lo sé ―Kannonzaka comenzó a despeinar su cabello de manera nerviosa, aquella era una pregunta que no había querido hacerse o pensar de manera profunda, pero debía enfrentarla tarde o temprano―. Espero que no, en verdad que no sé qué fue lo que pasó en ese momento, como entré en celo fui sacado de inmediato al lugar y llegamos al departamento con Hifumi al poco rato.

Miel MentoladaWhere stories live. Discover now