Capítulo XIX

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―¿Cuándo piensas ir a cenar con la familia?

―No... la verdad es que... lo siento. Lo siento mucho, han pasado muchas cosas y solo he pensado en mí y no en cómo esto podría afectar a la familia y al nombre, es mi culpa que las acciones bajen y que el trabajo no esté yendo tan bien como debería. Es mi culpa que pa...

―Doppo, ya basta. ―Lo interrumpió Touma mientras se inclinaba hacia delante en el escritorio.

―Lo siento.

―Sabes que nada de lo que hagas va a afectar a gran escala a la empresa, has sabido mantener un bajo perfil a pesar de ser uno de los herederos de Kannonzaka Enterprise, y has hecho un buen trabajo aunque tu labor sea de baja importancia en comparación a lo que deberías estar haciendo.

―Usted sabe que yo no quiero aprovecharme de eso, solo nací en esta familia y quiero demostrar de lo que sea capaz por mis propios medios, aunque la labor sea de baja importancia ―Doppo apretó los puños sobre sus piernas, a diferencia de veces anteriores, su voz sonaba más segura.

―No quise decir eso, nosotros nos preocupamos por ti, sabemos que eres capaz de más.

Ahí estaba el sudor corriendo por la nuca del de cabellos rojizos, la presión de ser más por su familia siempre había estado presente, el cumplir con las expectativas que tenían sobre él había sido la principal causa de su estrés, personalidad negativa y su manía de disculparse. ¿Acaso ellos no se daban cuenta de que estaba haciendo lo mejor que podía?

―Y el otro día nos demostraste de lo que tu alfa es capaz. Si lo ocuparas siempre como ese día, estoy seguro de que ya tendrías un alto cargo en la mesa ejecutiva, hasta yo tuve que retroceder ante ti. Eso es de lo que eres capaz si te lo propones en serio.

―Touma-san, usted sabe que no me gusta hacer eso. Trato de hacer lo mejor que puedo y lo siento si no puedo cumplir con sus expectativas, es mi culpa que la empresa no sea más exitosa, mi culpa por no usar el alfa que tengo y es mi culpa el haber decepcionado a pap...

―Doppo, Doppo ―Touma chasqueó los dedos para llamarle la atención―. Tu padre, mi hermano, no está decepcionado de ti. Tal vez un poco triste porque no estés a su lado siendo director ejecutivo, él como presidente de esta empresa podría ordenarte a que tengas un alto rango, pero respeta tu decisión de abrirte paso por ti mismo. Y en ese sentido yo también debo decir que admiro esa determinación tuya, y al verte el otro día tuve que hacer un mea culpa. Me cegué tanto en ser tu jefe y ponerte el camino difícil que no vi tu progreso ni tus logros, por lo que ahora reconozco que debes tomar un ascenso.

―¿Eh? ¿A qué se refiere?

―Si hubieras sido un trabajador normal, al menos durante todo este tiempo deberías haber tenido dos ascensos por tu labor. Haz logrado grandes contratos con otras empresas y tu carpeta de clientes es la más grande y segura entre todos tus compañeros, jamás hemos recibido una queja de tu desempeño y siempre trabajas más que el resto haciendo horas extras y descartando tus días libres. Algo admirable. Es hora de reconocer todo eso.

―Solo he tratado de hace lo mejor.

―Y lo has hecho. Tu nuevo ascenso te deja como jefe de ventas. Tendrás que supervisar al resto de los que eran tus compañeros y adaptarte a esta nueva modalidad de ser jefe, pero estoy seguro de que lo harás bien. También te traerá más beneficios personales, un mejor sueldo, viajarás seguido a otras ciudades del país y esperamos que no tengas que hacer horas extras como antes ―Touma se rió ante un chiste que Doppo no fue capaz de ver.

―¿Jefe? ¿jefe de ventas? Espere un poco Touma-san, no creo ser capaz de lograrlo, yo...

―Vamos Doppo, no te lo digo como tu tío, sino que como tu jefe. Eres capaz. Ahora, ve y termina el trabajo que está sobre tu escritorio y mañana ya preséntate como jefe de ventas frente a tus compañeros.

Miel MentoladaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora