Capítulo V

303 59 15
                                    

Casi de inmediato volvió a ser estrellado contra el piso y más golpes llegaron hasta su rosto, Kei escuchaba maldiciones provenir de la boca de Hifumi y un grito desesperado buscando ayuda por parte de Inohue. Cuando pudo recuperar un poco la orientación, Kei le asestó un golpe en el pecho a Izanami y logró sacárselo de encima, la pelea era un ir y venir de puñetazos a las mandíbulas y narices que de seguro alguna se habría roto, hasta que el gerente del lugar llegó y los detuvo.

—¿Qué demonios pasa acá?

Hifumi apretó los puños y se limpió la sangre de la comisura del labio con la manga de la camisa, para él estaba claro que ese día no podría trabajar debido a su apariencia, y tendría suerte si es que no era despedido por su conducta violenta. Aunque todo en ese momento le daba igual, la furia no había abandonado su cuerpo aun y sentía que debía vengar el honor de Doppo.

—Izanami comenzó a golpearme sin razón aparente —se excusó Enji, provocando otra explosión por parte del rubio.

—¡Basta! —gritó el gerente liberando sus feromonas de alfa para evitar que volvieran a los golpes—. ¿Es eso así Hifumi-kun?

—Sí, pero es porque descubrí que ellos dos no son hermanos, ¡sino que unos estafadores!

El gerente quien siempre era un hombre que se preocupaba por sus trabajadores y trataba de hacer lo mejor por ellos -como por ejemplo ayudar a Hifumi a superar su trauma con las mujeres alfas- se les quedó mirando y decidió que escucharía la versión de cada uno por separado para que no volvieran a discutir, primero empezó con Enji para no dejar a los dos hombres solos y también evitar que los supuestos amantes crearan una historia en conjunto, luego escuchó el resto de las versiones y ya con el ambiente más calmado, llamó a los tres a su oficina.

—Inohue-san, tu fuiste invitada porque Kei-kun dijo que eras su hermana y que podías ayudar a Hifumi-kun en su tratamiento para superar el miedo a las mujeres. Te abrimos las puertas y nos trataste de esta forma, lo peor es que intentaste engañar a uno de mis trabajadores y abusaste de nuestra confianza mintiéndome hasta el último momento.

—¡Eso no es cierto! ¡en verdad somos hermanos!

—¡No me mientas! —el aroma a café recién molido inundó la habitación demostrando lo molesto que estaba el gerente—. ¡Hay cámaras! Después de escuchar lo que los tres me dijeron me puse a revisar y los vi besándose. Eiji-kun, no puedo creer que hayas sido partícipe de esto, es una deshonra total a todo, ¿no tienes honor? ¿acaso no ganas lo suficiente como host para que tengas que estafar a las personas? ¿los dos no tienen moral que juegan los sentimientos de las personas?

—Gerente yo...

—¡Cállate! ¡Estás despedido! Ahora llamaré a la policía y los entregaré, Hifumi-kun por favor llama a tu amigo para que sea él el que haga la denuncia. Aunque creo que aun no se había cometido ningún delito como tal, así que no sé qué podrá denunciar, pero al menos le servirá para divorciarse de esta arpía.

—¡No! ¡Espere! Si Doppo-kun se entera de esto, se sentirá horrible, estaba realmente emocionado por el hecho de ser padre... —Hifumi se desplomó sobre un sofá en la habitación— Inohue-san, si prometes que le contarás que él no es el padre y aseguras que no volverás a inmiscuirte en su vida, que firmarás el divorcio y desaparecerás... no haré nada. Solo quiero que él no sufra. Por favor, inventa una mentira que no le haga daño, pero que sea lo suficientemente buena para que él no quiera verte nunca más, es lo único que te pido.

—¿Por qué deberíamos acceder a tus peticiones? —gruñó Kei.

—Porque si no lo hacen yo seré el que tome las acciones, Enji-kun —habló el gerente—. ¿Estás seguro de esto Hifumi-kun?

Miel MentoladaWhere stories live. Discover now