Olor a neumático quemado, la histeria de la gente, motos rugiendo.......Todo por y para el Rey de las carreras de Clock Street, Emilio Osorio ó más conocido por Salvaje.
Una historia de dolor, pasión, amor, desamor mezclado con la ilegalidad, la ad...
Entré al hospital tropezándome con mis propios pies. Fuí a la recepción para preguntar en dónde se encontraba Emilio y tras oírlo sin agradecerle a la dulce señora que se encontraba detrás del mostrador corrí buscando la sala. Iba a girar hacía la derecha cuándo escuché unos gritos provenientes del pasillo.
- Joven necesito que vuelva a la habitación.
- Déjame, tengo cosas más importantes que hacer que estar tumbado en una jodida cama.
Oí pasos apresurados a mis espaldas y me encontré a Eduardo corriendo con un café en la mano. Ni siquiera me miró, sólo fué a evitar que Emilio hiciese una locura.
- Emilio tío, necesitas descansar. Has tenido un accidente.
Me asomé un poco viendo la escena, ya que no se oían gritos y lo que ví me desgarró por dentro. Emilio estaba llorando en el hombro de Eduardo. No podía sentirme más triste. Estaba afectado tanto por perder la carrera cómo por el accidente. Decidí andar hacía ellos y ambos me miraron, pero cuándo Emilio me miró pude sentir cómo las mariposas se movían en mi estómago. Pero hubo algo que me desconcertó.
- Vamos Emilio a la habitación - dijo Eduardo empujándolo.
Por alguna razón Emilio le hizo caso y ni siquiera tuve tiempo de preguntarle cómo se encontraba. Quería ir a dónde él para abrazarlo, besarlo, pero ese rechazo fué cómo si me hubiese echado encima un balde de agua helada.
- ¿Qué pasa? ¿Porqué ni siquiera has dejado que me acerque? - le grité a Eduardo
- Es mejor que vuelvas a tu casa Joaquín, por un tiempo. Hasta que Emilio vuelva a ser el mismo.
- ¡No voy a irme a ningún lado! Emilio nunca ha dejado de ser quién es.
- ¿Ah no? Dime ¿Quién ha hecho que perdiese la carrera? Tú, ¿Sabes porqué? Porque prefirió enrollarse contigo que mirar si la cadena de la moto estaba bien ajustada. Podría haber muerto Joaquín - el corazón se me encogió - Ahora por ser el líder tiene otra oportunidad, tiene una revancha que ganar así que vete por un largo tiempo y con suerte os olvidaréis el uno del otro.
FINNARRACIÓN
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Joaquín salió del hospital con lágrimas en los ojos. Justo Romina entraba porque tenía que aparcar el coche, pero no le dió tiempo a parar a Joaquín porque éste se echó a correr.
En el hospital Eduardo intentaba tranquilizarse a sí mismo. Sólo esperaba que su amigo no hubiese escuchado nada. Vió a Romina aparecer corriendo por el pasillo y se acercó a ella.
- Dime que mi hermano está bien. Joaquín se ha marchado llorando y...
- Está bien Romi. Quería irse, pero hemos conseguido pararlo.
