Olor a neumático quemado, la histeria de la gente, motos rugiendo.......Todo por y para el Rey de las carreras de Clock Street, Emilio Osorio ó más conocido por Salvaje.
Una historia de dolor, pasión, amor, desamor mezclado con la ilegalidad, la ad...
Clock seguía siendo una fiesta. Eran las 5 de la madrugada y todo el mundo no paraba de beber y de festejar aquel día tan esperado. Se realizaron carreras, competiciones de derrapes, inspección de los vehículos y una sinfonía glamurosa de los distintos tipos de motores que allí se encontraban. Emilio estaba totalmente excitado, estaba tocando el cielo en aquellos momentos mientras disfrutaba cómo un niño con una piruleta, pero aún seguía alerta por la presencia de aquel joven muchacho, el cuál parecía disfrutar con todo lo que estaba ocurriendo aquella noche.
Emilio no despegaba su mirada de él, incluso hubo un momento en que le pareció ver acercarse a Joaquín y Nikolás y éste se preparó para saltar a dónde ellos e intervenir en cualquier tipo de conversación. Lo cuál no hizo falta, ya que el menor se percató de la atenta mirada del líder y se retiró. Emir sabía perfectamente quién era Joaquín y sabía lo que significaba acercarse a él sí Emilio estaba observando. Una canción bastante familiar para todo el mundo comenzó a sonar, la canción que representaba que Salvaje competiría en una carrera "HK Superstar". El rizado sonrió bajo la mirada de todos los presentes y se acercó hasta su suto, no sin antes pasar por dónde se encontraba Joaquín y besarlo sabiendo que todo el mundo lo miraba.
- Ten cuidado, me dá igual que toda ésta gente haya venido a verte competir. Quiero que vuelvas de una pieza a casa.
- Te lo prometo, espérame en la meta - le dió un último beso
Se montó en su auto y se acercó hasta la línea de salida. Sólo faltaba su contrincante, que obviamente lo elegía él. En cuánto llegó, rodeado de gente, volvió a bajarse del vehículo y se colocó junto a la chica que daría la salida.
- Bienvenido a tu casa Salvaje, ya sabes lo que toca
- Bien - habló en alto - Cómo todos bien sabéis me toca competir y yo debo elegir quién se enfrenta a mí. Esa persona no se puede negar y si lo hace su entrada a Clock estará vetada de por vida.
A lo lejos Joaquín se temía lo peor, sólo esperaba que no fuese tan inmaduro de elegir a aquel chico que tantos quebraderos de cabeza le estaba provocando. En su interior rezaba porque ese pobre chico no tuviese que estar frente a todo el mundo sometido a burlas y chanzas.
- Hace mucho tiempo que no vengo aquí - retomó su discurso - Y antes de elegir a mi víctima me gustaría agradeceros a todos los que estáis aquí celebrando mi vuelta. Agradecerle a mi marido en especial todo éste tiempo junto a mí y a mi hermano - señaló a Eduardo - Por cuidar de ambos. No voy a empezar mi carrera sin antes hacer un minuto de silencio por él, por el que nunca se fué y sigue presente en nuestras vidas día a día - dijo mirando a su hermana
En cuánto terminó aquella frase todo el estruendo de autos y de voces que había se silenciaron completamente. Todo el mundo sabía quién era Josh y lo que significaba. Además, Emilio siempre antes de iniciar una carrera en la que él competía pedía, ó más bien exigía, un minuto de silencio por él.
- Bien, ya tengo el nombre del afortunado ó afortunada que vá a competir conmigo - la tensión se sentía en el ambiente - Emir - lo señaló - Tú competirás contra mí.
Joaquín negó algo enfadado mientras dirigía su mirada hacía el pobre chico que en cuánto escuchó su nombre, palideció. Éste comenzó a mirar a todos los lados cuándo vió que toda la gente se giraba para mirarlo. Comenzó a boquear algo que ni siquiera salía de su boca así que Joaquín decidió acercarse a dónde él. Le tocó el brazo para intentar tranquilizarlo, pero sintió cómo si le estuviese a punto de dar un ataque de ansiedad. Joaquín preocupado giró su cabeza hacía su marido que los miraba con una sonrisa en su rostro. Decidido, se acercó a él haciéndose paso entre la gente y cuándo lo tuvo delante lo agarró del brazo y lo arrastró lejos de la multitud.
- ¿Qué diablos estás haciendo Osorio? Vas a matar a ese chiquillo
- Tengo que comprobar si sabe correr
- Pero ¿Qué más te dá a tí eso? Está asustado Emilio
- Sino lo hago, cualquiera que venga nuevo se creerá que puede faltarme el respeto
- Nadie te ha faltado el respeto por el amor de dios
- Correré - escucharon la voz de Emir a sus espaldas y Emilio asintió
Mientras Joaquín se quedaba sólo con ganas de matar a su marido, vió cómo ambos se dirigían hacía los autos. Emir comentó que él no tenía auto así que Eduardo le cedió el suyo no sin antes advertirle que lo quería de vuelta sin un arañazo. Ambos se montaron en los respectivos vehículos y Emilio con una sonrisa en el rostro pronunció "Vamos a ver de que eres capaz chico".El menor se encontraba más nervioso que nunca, sabía que no podía hacer el ridículo, pero también sabía que no podía ganar a Emilio, ya que él era nuevo y eso le traería consecuencias fatales y él no estaba ahí para eso. Se miraron a través de los cristales y la chica dió la salida. Ambos pusieron en marcha sus vehículos y salieron rápidamente de la salida. Emir no estaba acostumbrado a manejar ese tipo de vehículos, el volante casi se movía sólo y cada vez que lo giraba un poco el auto se desviaba de su dirección. Emilio estaba orgulloso, pero tuvo que admitir que también estaba algo preocupado por el chaval, ya que se notaba su poca experiencia con ese tipo de vehículos. Redujo un poco la velocidad para que su contrincante consiguiese ponerse a su altura y así ocurrió. Emilio lo miró a través del cristal y lo vió nervioso, mordiéndose el labio inferior y con los rizos cayendo por su frente. En su cabeza rememoró cuándo él empezó en el mundo de las carreras y tuvo que admitir que tenían los mismos gestos y la misma mirada de terror.
Llegaron a la meta y obviamente Emilio ganó. Observó cómo el pequeño salía del auto bastante agitado y cansado mientras se alejaba de todo el mundo asqueado. Después de dejar que la gente lo felicitase y brindasen un par de veces se acercó al chico que minutos atrás se había alejado bastante de la multitud.
- Eres bueno - captó su atención - sólo tienes que aprender a relajar tus nervios
- Ha sido mi primera carrera, no estar nervioso era imposible
- Te entiendo, yo también corrí mi primera carrera... y fué apestosa - rieron ambos - Soy Emilio Osorio - le tendió la mano
- Emir O'Brien - se la aceptó gustoso
- ¿Desde cuándo estás metido en éste mundo? - preguntó casi inconscientemente - No, espera, déjalo - se arrepintió y comenzó a alejarse de él
- Desde que era un niño, mi padre me jodió la vida
Emilio giró su cabeza mirándolo fijamente. Pero la idea que estaba apareciendo en su cabeza era completamente estúpida. Vale que se pareciesen y que casi fuesen clones, pero no, ese chico no podía tener su mismo ADN. Además, su padre estaba casado con su madre y que él supiese nunca le habría sido infiel. Ese chico no podía ser su hermano, se negaba a pensarlo. No dijo nada más y se alejó del chico bastante desconcertado. Se acercó a la multitud, agarró a Joaquín del brazo y se lo llevó a su lugar favorito mientras Joaquín le preguntaba que le ocurría, pero éste se encontraba completamente ausente pensando en lo que acababa de ocurrir.
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