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Joaquín comenzó a abrir los ojos y a sentir cómo la luz de la mañana penetraba en ellos. Miró hacía los lados, se encontraba sólo en la gran cama. Suspiró y decidió levantarse. Bajando las escaleras hacía el salón miró su celular y vió cómo en la pantalla se reflejaban 32 llamadas perdidas de su madre, sabía que probablemente estuviese enfadada así que procedió a llamarla.

- Joaquín, ¿dónde demonios estás? Te he llamado 40 veces -"exagerada" pensó Joaquín, pero en verdad le había llamado 32 veces

- Mamá estoy bien, estoy en mi casa - que raro le sonó decir eso

- Hijo, tu casa es ésta

- Mamá - rodó los ojos - Estoy bien

- Deberías volver, no quiero que estés ahí. Ya no me cuentas nada

- Mamá por favor - le entraron ganas de llorar - Enseguida voy, de veras

Colgó y vió cómo de la cocina salía Emilio mordiendo una tostada. Lo miró lentamente, ahí parado, sin camiseta, con los rizos despeinados, sólo le dieron ganas de ir corriendo hacía él y besarlo, pero contenerse fué la mejor opción.

- ¿Ya te vas? - preguntó el rizado

- Debería, mi madre me ha llamado casi 40 veces. Está preocupada

- Pero estás en tu casa, conmigo... - "por eso" - pensó Joaquín

- Mejor me voy, gracias por dejarme pasar aquí la noche - se dió la vuelta, pero el rizado lo llamó de nuevo - Emilio por favor, tengo que irme... Debo irme - corrigió y el mayor asintió

 Debo irme - corrigió y el mayor asintió

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Emilio sabía perfectamente que la madre de Joaquín lo odiaba en esos instantes, que todo el cariño que Emilio se había ganado lo había perdido en un momento. Ella es extremadamente protectora con Joaquín y eso es lo que más le recrimina el rizado, pero es su hijo y lo entiende. Quizás Emilio sentía envidia porque nunca sintió aquella protección. Se crió en una casa grande, con sirvientes que les hacían todo hasta ordenarles la ropa en los armarios. Con su padre nunca mantuvo buena relación, sin embargo, con su madre sí, pero sabía que no era tan estrecha cómo la que tenía Joaquín con su madre y en el fondo sentía celos, celos de que Joaquín a pesar de haberse marchado de casa siga teniendo esa relación.

Subió tras él y desde el marco de la puerta lo observó, el menor iba a proceder a cambiarse de ropa, pero se detuvo cuándo sintió la presencia del rizado.

- Emilio ¿qué haces? Voy a cambiarme

- Puedes cambiarte delante de mí, te he visto desnudo muchas veces

- Ya, pero ya no es lo mismo

Esas palabras se clavaron en el pecho de Emilio cómo un cuchillo, así que entró en la habitación enfadado. Joaquín se asustó al pensar que le podría hacer algo, pero el rizado simplemente abrió el armario, cogió un pantalón, una camiseta y su chaqueta de cuero y se marchó enfadado dando un portazo en la puerta principal. Joaquín se estremeció al escuchar el portazo, supo que algo había hecho mal, que activó la furia en su marido. Procedió a cambiarse y de pronto escuchó un grito desde la habitación, bajó corriendo las escaleras y asomándose por la puerta de la casa vió cómo el auto de Emilio salía de la calle rápidamente. Definitivamente, Joaquín la había jodido.

Clock Street // Adaptación Emiliaco // 1° y 2° Temporada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora