❈•≪02. Una disculpa inesperada≫•❈

720 93 55
                                    

HongJoong no debió tener muchas esperanzas en su compañero de cuarto y menos cuando se trataba de ellos y las palabras; madrugar y limpieza en un misma oración. No iba a funcionar, desde un inicio tuvo que saberlo pero en aquel entonces, no le dio mayor profundidad. Tampoco era la gran cosa.

Pero cuando se levantó en domingo y cerca del mediodía, se encontró genuinamente escandalizado con esta impresionante realidad. Durmió por dos días y sin interrupciones. Como si se hubiera desmayado apenas cayó rendido en su cama aquel viernes tarde por la noche.

Se sintió desorientado al abrir los ojos y hacer uso del baño, pese a que comprobó en su móvil la fecha, siguió sin creerlo hasta que reparó en el rubio que yacía sobre su colchón, desparramado y relajado en la comodidad de sus sueños. Sin detenerse a pensar en los buenos modos que debían tener con el otro, cogió su almohada y comenzó a golpear su espalda como a llamar su nombre con ganas.

La violencia de su actuar espantó al pobre chico como también lo despertó exitosamente.

—¡Oye, cálmate, ¿qué rayos haces?! ¡Yah! ¡HongJoong, déjame!

Éste se detuvo, únicamente cuando sus brazos empezaron a sentirse demasiado cansados como para continuar golpeándolo.

—Es domingo, WooYoung.— señaló al tirar la almohada de regreso a su cama. El contrario arrugó su expresión, viéndole sin comprender—. ¿Ayer despertaste?

—Por supuesto, para almorzar y pasar el rato con unos amigos. ¿A qué viene la pregunta?

—¿A qué viene...?— HongJoong se cortó a la mitad e hizo el amague de querer tirarse encima del rubio con rostro hinchado, lo que acentuó su notoria confusión—. ¡Dijiste que haríamos la lavandería en la mañana del sábado! ¡Hoy es domingo!— se obligó a repetir al ver que seguía sin captar el motivo de su escándalo.

El chico despeinó su cabellera y palmeó sus mejillas para espabilar, todo esto con una serenidad que asombraba al bajo.

—¿Qué más da hacerlo hoy?— le preguntó con voz rasposa.

—Puede estar llena, hay gente que le gusta dejar sus pendientes para último momento, ¿sabes?

—Sí, nosotros somos el vivo ejemplo.— con eso dicho procedió a señalar a ambos con un ademán flojo.

HongJoong sólo se quejó por lo bajo, pidiéndole a su compañero que se fuera a refrescar el rostro para que pudieran comenzar lo antes posible. En su mente no se supone que su día sería así, no un domingo. No había planeado hacer algo en específico tampoco, pero era cuando mayor actividad había en los barrios comerciales o en cualquier sitio de hecho. Era un desperdicio quedarse en los dormitorios para hacer limpieza.

Pero si veía el lado positivo de la situación, finalmente se desharían de la peste en el lugar y tendrían otras prendas que usar. Era lo más importante. Aunque también estaba el detalle de que su cuerpo se sentía renovado. Había gozado de tantas horas de sueño que tenía energía para caminar hasta el río Han. Actividad que con normalidad evadiría, ya que por alguna razón los vehículos fueron inventados.

—Ya estoy listo.— anunció WooYoung de regreso—. ¿Qué llevaremos a lavandería?

—Yo ropa, no sé qué quieras llevar tú.

—Ropa también.

Con esa respuesta dada, las palabras se acabaron entre ambos y para que sus ánimos no decayeran, concordaron en poner música. Eran sólo ellos dos en su unidad, así que no molestarían a nadie además de que haría de su labor menos aburrida, porque siendo honestos, domingo era el día que menos predisposición tenían la mayoría de personas para hacer sus tareas. Era casi un acuerdo universal.

Summer nights - [MinJoong]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora