❈•≪11. Visita nocturna≫•❈

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El escenario que la playa les brindó tan pronto llegaron al día siguiente, sí fue el esperado y ya conocido; turistas y locales esparcidos por todos sitios. Una cantidad considerable de autos en el estacionamiento, niños que corrían a los gritos emocionados mientras jugaban con otros, padres que los vigilaban, unas escasas personas mayores bajo sus sombrillas alquiladas, adultos jóvenes en grupos reducidos que jugaban en las redes establecidas en el sector deportivo y adolescentes en grupos más grandes que pasaban el rato, ya sea dentro o fuera del agua.

Pese a no ser la playa más popular que tenía Corea, la concurrencia de Naksan no era insignificante, en su opinión. No estaba abarrotada como la playa Haeundae de Busan lo estaría para esa época del año, pero aún así podía fácilmente contar a unas cuatrocientas personas a su alrededor o tal vez más. En conclusión, habían muchas, demasiadas personas allí.

El cielo despejado y el sol abrasador de plena tarde les dio la bienvenida a cada uno mientras que bajo sus pies, la cálida arena blanca ocultaba sus dedos. A la lejanía, las olas apenas podían escucharse. Estaban quietas y los diversos gritos extasiados la acaparaban por completo.

Encontrar un sitio disponible donde ubicarse a ellos mismos y sus pertenencias les llevó casi veinte minutos. La noche anterior ninguno quiso alquilar una sombrilla, comentaron que aún si era necesaria, gastarían dinero que podían invertir en alimentos y bebidas. Lo que en términos de relevancia, éstos tenían prioridad. Tenían el protector solar como escudo contra los intensos rayos y de todos modos, partes de sus cuerpos se las pasarían sumergidas en las claras aguas. No les causaría mayores inconvenientes no tener una, habían concluido.

Decisión acertada o no, allí estaba el grupo con un par de sillas y una manta grande para evadir el contacto directo con la arena. Porque la playa podía ser genial y relajante, pero nadie quería tener rastros de pequeños minerales y rocas sueltas metidas en sus pantalones de baño. Era molesto e incómodo sin importar lo que alguien pudiera decir al respecto.

El único aspecto que no pudieron eludir, tuvo que ver con que deberían hacer rotaciones de seguridad. Su país tenía una tasación de robos moderada, en algunas zonas más que en otras lógicamente, pero eso no significaba que los asaltos no ocurrieran y que en medio de su distracción ellos no pudieran experimentar uno. Las posibilidades siempre estaban y para cualquier situación. Ninguno se encontraba interesado en tentar a la suerte con tantas personas desconocidas alrededor, por lo que acordaron que mientras una cantidad del grupo se divertía, la otra se quedaría en su lugar de guardia.

Un mecanismo justo en el cual habían organizado rotaciones por cada media hora, con el fin de que la espera no se les hiciera eterna en cada intervalo.

Lo que funcionó bien hasta cierto punto, a medida que el sol descendía por el horizonte y su necesidad juvenil por querer disfrutar de su pequeña competición amistosa con otro grupo cercano a su edad en lo que parecía ser voleibol de playa crecía, se olvidaron de su sistema perfectamente planeado y de los tres que deberían estar ahora al cuidado de su sitio elegido, sólo había uno.

HongJoong no se quejó, por el contrario, agradeció ese momento para sí mismo. Había participado activamente de los juegos y actividades en general con el grupo, y aunque estaba exhausto no podía negar que de buen ánimo también. Darse ese respiro era necesario, sentía sus piernas cansadas y su respiración no era mejor tampoco, la falta de movilidad constante fue la excusa que usó para sí mientras vagaba por sus redes sociales y en sus auriculares una canción extranjera lo aislaba de su entorno.

Fue pacífico y se la pasó bien de igual forma. Aprovechó el rato para tomar algunas fotos del cielo que lentamente empezaba a oscurecerse y de sus amigos a la distancia. Éstas últimas no fueron las mejores, porque no dejaban de moverse pero fue un detalle al que no le prestó atención y luego de seleccionar un par, las subió a sus momentos en Kakao. A las restantes las compartió con su hermano mayor y KyungMoon, quien no estaba pasándola tan mal con sus padres según le dijo.

Summer nights - [MinJoong]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora