❈•≪26. Final≫•❈

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Fue en los primeros días de noviembre, cuando la vegetación a su alrededor se sumió en las tonalidades cálidas del intenso naranja, que el grupo decidió invertir algo de su tiempo juntos. Porque si bien habían ocasiones en las que intentaban coordinar sus horarios para almorzar, nunca estaban todos presentes. Por lo que naturalmente extrañaban esos momentos. Y con algunas fechas de sus exámenes a disposición, encontraron el fin de semana ideal para llevarlo a cabo.

Fue así, en un viernes temprano por la tarde y luego de cruzar un montón de mensajes sin sentido en el grupo que compartían por Kakao, que se pusieron de acuerdo para realizar las compras debidas. Porque en sus reuniones, la comida nunca podía faltar. Sin importar qué tan poco saludable o nutritiva sea.

De ese modo, se organizaron para que la mitad de ellos, se encargara de conseguir las bebidas. Entre las variedades de cervezas que compraron los mayores, también hubieron un par de gaseosas y botellas de agua. Los demás, lógicamente, suministraron los alimentos. Y si bien allí hubo una absurda cantidad de snacks, frituras y todo lo que pudiera considerarse chatarra. WooYoung fue quien los sorprendió y aportó un poco de diversidad, trayendo consigo sus preparaciones; algunas galletas y sándwiches. Sencillo, pero sin dudas delicioso.

Y una vez lo adquirieron todo, su punto de encuentro tuvo lugar en el edificio 915 como ya era tradición. Desde allí, y en cuanto el ascensor quedó disponible, la bola de universitarios, con sus manos totalmente ocupadas, se apresuró a ingresar antes de que les robaran la oportunidad. En esa ocasión y con el peso extra, a ninguno le apeteció la alternativa de usar las escaleras de servicio.

Y quizás y sólo quizás, si hubieran tenido en cuenta la estación que transitaban, habrían notado que su idea no fue la más adecuada. Porque una cosa era pasar el rato en la azotea a mediados de verano y en las noches de extremo calor, y otra, era hacerlo a finales de otoño y con unas temperaturas que llegaban por debajo de los diez grados. El panorama, era por lejos, menos tolerable. Sin embargo, nadie sugirió ir a otro sitio. Prefirieron mantener la costumbre con la excusa de que allí tendrían mayor libertad y que de ir al dormitorio de cualquiera, las posibilidades de hartar a sus compañeros y que éstos los saquen a patadas, eran muy altas. Además, y en palabras literales de YeoSang, no era nada que no pudieran combatir con un par de buenos abrigos.

Fue de ese modo, con un entusiasmo juvenil y una predisposición sin igual, que los diez estudiantes se adueñaron de la azotea vacía.

En ese punto más alto del edificio, los universitarios, que no dudaron en pegarse unos a otros por un poco de calor extra, mantuvieron una charla amena. Al inicio, comentaron sobre sus respectivas clases. YunHo por ejemplo, mencionó los ensayos para su presentación final con una sonrisa y un afán sincero. MinGi en cambio, intervino en distintas ocasiones para señalar lo agotados que terminaban y lo exigente que se había vuelto uno de sus profesores. Lo que creó una dinámica divertida entre el dúo. HongJoong, quien se mantenía casi fundido en el costado de WooYoung, se limitó a reír. Entretenido con los gestos exagerados y las quejas teatrales del peliazul.

San por el contrario, fue más justo al expresarse. Señalando lo bueno de sus clases, sin detenerse mucho en los aspectos negativos o que lo tenían frustrado. JongHo fue igual de práctico, aunque a la hora de comentar sobre sus partidos más recientes, la emoción desbordó en su tono y se reflejó a la perfección en su cara joven. Lo que fue encantador.

Yeong, sin embargo, se enfocó en mencionar las pocas neuronas que le quedaban para esa altura del año y cómo le estaba costando mantener el ritmo. MiSuk se compadeció de su amigo y tras darle algunas palmadas en el hombro, le recordó que sería peor cuando los exámenes comiencen. SeongHwa, que se hallaba en un asiento cercano y entremedio de YunHo y San, aprovechó la oportunidad para refunfuñar sobre lo estresante que fueron sus últimas clases. Lo que la chica confirmó, resaltando que su departamento empezaba a lucir como un nido de almas sombrías. Explicando que se debía a lo decaída que era la apariencia de la mayoría. La forma en que lo dijo, provocó un par de risas.

Summer nights - [MinJoong]Where stories live. Discover now