CAPÍTULO 17

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VICTORIA SMIRNOVA.

Mi garganta se secó de pronto cuando lo vi caminar al lugar que había quedado vacío frente a mí, su mirada me examinaba como si fuera una obra de arte y él, el coleccionista que estaba a punto de comprarme.

-Me presento para los que no me conocen- dijo quedando de pie sobre el suelo pero colocando sus manos sobre la mesa y su sonrisa no flaqueaba.

El silencio se hizo denso a nuestro alrededor por unos instantes, mientras el soldadito simplemente me analizo con sus grandes ojos ámbar al mismo tiempo que trataba de observar a todos sin dejar de mantenerse en guardia, se le notaba la pistola que tenía en el cinturón habitual que llevaban los búhos en sus horas de trabajo.

-Mi nombre es Alexander Vital, soy el General de las fuerzas armadas de Francia- se presentó con una sonrisa y se sentó en la silla en completo silencio al momento que se escuchaba la voz de furia que emano Napoli por la presencia del soldado de juguete.

-¿Cómo es posible que un imbécil de los búhos haya osado venir a interrumpirnos?- contraataca con las manos encima de la mesa haciendo sonar la madera.

Alexander como todo un provocador simplemente lo observo de arriba abajo con la sonrisa que lo caracterizaba, sin verlo venir se levantó sobre sus pies y camino tal y como lo había hecho mi hermano hace unos minutos atrás, observo las caras de los demás jefes de las mafias al mismo tiempo que movía la cabeza de arriba hacía abajo con diversión, cuando llego a donde se encontraba Máximo simplemente le regaló una reverencia dejando en claro como era el respeto que él mismo le tenía a mi hermano.

-Estoy aquí porque no dejaré que el mandato de Victoria quede en manos tan inmundas como las suyas- dijo fuerte y claro.

La sala se inundó en sonrisas divertidas mientras los otros jefes se reían en la cara de Vital mientras que él los observaba sin una pizca de felicidad en su mirada, de pronto un señor de mediana edad se levantó de su asiento al momento que pedía la palabra con discreción.

-General Vital que placer verlo de vuelta, ¿Todavía sigue con la marca que le regale?- le preguntó con la burla siendo su principal sentimiento.

Alexander lo observó entrecerrando los ojos como queriendo reconocer a la persona que estaba frente a él pero la sonrisa y la risa no se hicieron esperar cuando supo con quién hablaba.

-Señor Luca De Santi, claro que todavía va conmigo, digamos que los cortes profundos hechos por una espada medieval no son fáciles de deshacerse del lugar donde se hacen- le respondió riendo con el viejo.

-Sigan con las presentaciones, el Señor Vital participará en la feria que se realizará- demando mi hermano con seriedad.

El capo que estaba un poco alejado de mí suspiró con cansancio al momento que volvía a pararse sobre sus pies tratando de ser firme cuando la mirada de Máximo lo invadió en el preciso momento que este quiso volver a discutir, el tipo prefirió volver a sentarse con la boca sellada como una tumba al instante que aproveche la palabra, me levanté de mi asiento al momento que los miraba con una mueca que quería parecer una sonrisa pero tampoco eran merecedores de mi muestra de dientes.

-Buenas noches Señores de la alta sociedad delictiva, mi nombre es Pietro Bruno, en este momento no cuento con una dinastía a mis pies por lo que vine a probar suerte en esta feria que según las voces es una de las mejores- les dije observándolos a todos.

Los ocho jefes me observaron obviando el general que paseó su mirada por mi vestimenta por unos segundos hasta que levantó la mano como los niños en primaria, Máximo asintió a su pedido y este no lo perdió, sentía como en su cabeza se iban juntando los engranaje y a la vez como trataba de darle una respuesta a su patética actuación de buen "amigo".

El Adiós Dorado 1LWhere stories live. Discover now