CAPÍTULO 47

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ALEXANDER VITAL

Miraba hacía al hombre que tenía frente a él en esa cárcel inmunda donde lo habían colocado desde que el enfermero de guardia lo había logrado salvar de la puñalada, por los dichos del joven había perdido gran cantidad de sangre en esa ruta y él solamente podía pensar en el odio que veía en los ojos de Victoria y como juraba que iba a pagar todo lo que ella había sufrido pero se olvidaba que ambos habían sufrido pero al parecer Smirnova veía por sus intereses aunque cualquier persona lo hacía estando cuerda o no, su mente volvió cuando recordó que según las voces que se hacían presentes a su alrededor ya que por lo visto faltaba poco para que él tuviera un juicio, tenían las pruebas necesarias para terminar con su tormento en minutos o días.

Pero no fue todo como lo pensó y comenzó a ver apariciones que eran imposibles de ver en ese momento pero por la cantidad de personas que habían en ese lugar se daba cuenta de la posible cantidad de drogas que podrían estar en el aire por lo que simplemente se entregó a los recuerdos donde solamente estaban ellos.

Eso no era lo que necesitaba en ese momento cuando su odio florecía pero no pudo evitarlo.

La imagen de la persona que tanto odio a lo largo de los años apareció entre la oscuridad de esa celda mientras él lo observaba a los ojos a la vez que la figura comenzaba a caminar por la estancia dejando que todo lo que pasó esa noche y sus palabras tomarán forma.

-¿En serio piensas que ella te elegirá?- le preguntó su padre mientras lo tenía colgando del techo

Su cuerpo sufría pequeños espasmos desde que su padre había decidido terminar con las pruebas que Tairon comenzó en él, eran una serie de pastillas e inyección que lo harían más fuerte físicamente y emocionalmente.

-¿Por qué cruza por tu cabeza la idea de que alguien te elija por delante de un poder tan importante como el trono que ella quiere?- siguió buscando mi punto débil.

-¿Y tú por qué crees que me interesa sus muestras de sentimientos o ella?- contraataque con la poca energía que me quedaba.

Farag examinó hacía donde me encontraba al mismo tiempo que caminaba despectivo hacia donde me mantenía quieto pero antes de siquiera volver a golpearme por hablar la puerta se abrió de par en par.

Una figura se presentaba en el suelo por la luz que había fuera de la habitación, observe cómo las pisadas de botas se reflejaban ante mí posición sin decir alguna palabra, sin verlo venir un puño llego a mi mentón con velocidad logrando que volteara la cabeza hacía la dirección contraria a la que se encontraban ellos, todo me daba vueltas.

Los ruidos de otros presos me volvía a la realidad pero a la vez los escuchaba lejos, distorsionados por los sonidos de los golpes que Farag provocaba.

-¿Te das cuenta que has arriesgado mi persona por una mujer? ¿Te parece justo después de todo lo que hice por ti en mis años de soledad? Cuando todos  me dieron la espalda por ser un "Traidor" ante los ojos de la policía y tu un hijo bastardo por ser creado por un búho- recriminaba con furia como si yo tuviera la culpa de su patética desgracia.

Ya a punto de desmayarme por la sangre que había perdido por los cortes en diferentes partes de mi cuerpo que lograban debilitarme a cada puñetazo que él daba en mi dirección se separó de mí despacio al momento que con rapidez acercaba su mano a mi cuello mientras a su vez levantaba mi mentón mostrando en sus facciones el odio que sentía por mi.

En ese momento me debatía si en verdad fue buena idea trabajar con él ya que a medida que pasaba tiempo a su lado me hacía sentir como se arrepentía de cuidarme en ese instante de mi niñez donde lo necesite, su rostro destilaba de amabilidad como tanta vece vi cuando fui pequeño y fue entonces que me di cuenta la cantidad de memorias distorsionadas que tenía en mi mente y toda la falsedad que él tuvo conmigo a lo largo de los años.

El Adiós Dorado 1LDonde viven las historias. Descúbrelo ahora