CAPÍTULO 18

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ALEXANDER VITAL.

El humo que salía de mi cigarrillo se oscila por el aire que entraba por la rendija de la ventana de mi despacho, la mujer había salido hace apenas unos minutos después de dejarme la dirección exacta donde se haría la maldita fiesta de mafiosos donde estaba más que seguro apenas llegara me matarían con más balas que podría resistir un cuerpo humano.

Pero la sola mención de que el puesto de Victoria estaría en manos de personas realmente desagradables me hacía replantearme si irme detrás de un amor perdido o hacer mi trabajo como la ley manda para encarcelar a todos los maleantes que en este momento están pisando la casa de Smirnova, sería una gran noticia que me daría el estatus que estaría necesitando después de las murmuraciones de mi presunto protagonismo en la muerte de Victoria que salió a la luz con gran rapidez consiguiendo que miles de personas opinaran sobre mi colaboración como general para concluir el asesinato, miles de periodistas han estado llamado por una primicia para sus revistas queriendo dejar mi nombre más limpio que lo necesario.

La puerta se abrió de golpe dejando que la presencia de Ethan me causará intriga ya que me había pedido la noche libre por asuntos personales en los cuales no quiso profundizar y yo no tuve más remedio que dársela como recompensa respecto a su trabajo, mi buen amigo me había conseguido la única cámara que Máximo había dejando con vida o lo había hecho para que yo me encargara del asunto.

Escuché los pasos de los zapatos de Ethan al mismo tiempo que por el rabillo del ojo veía como dejaba sobre la mesa una carpeta con fotografías de la cámara, me gire sobre mi silla al momento que veía como se sentaba delante de mí con tranquilidad y sin mencionar palabra alguna respecto al contenido de la carpeta que en este instante tenía en mis manos, examine las imágenes que contenía dicho informe al segundo que veía en el retrato el momento exacto cuando Máximo sacaba a una inconsciente Victoria que por sus facciones parecía muerta.

Respiré profundo para seguir evaluando las demás fotos al mismo tiempo que escuchaba los ruidos comunes de la ciudad, los autos paseaban con gran velocidad en las calles como si fuera una pista de carrera y ellos los conductores de la última carrera nascar, visualice como el menor de los Smirnova llevaba a Victoria hacía un vehículo sin matrícula que se fue disparando a lo que me imaginaba era el hospital.

Quise hablar pero mi invitado levantó su mano al momento que largaba sobre la mesa el informe médico que había conseguido gracias a una de sus citas casuales, como él las llamaba en ocasiones cuando no quería hablar de los nombres, mi compañero era una persona muy cerrada respecto a su vida personal y más amorosa pero en algunos momentos dejaba las pistas necesarias para poder averiguar de quién se trataba o cual le gustaba más.

-Según el informe tu chica no está muerta- largo con una sonrisa en su rostro.

Mi cara demostraba mi desconcierto ya que no podía entender porque querían hacerla figurar como una muerta cuando existía la posibilidad de que esté viva y no me creo que todos los jefes de las distintas mafias se crean su falsa defunción pero antes de preguntar a mi compañero respondió a mi pregunta no formulada.

-No creo tener la respuesta correcta a tu pregunta pero estoy seguro que todo esto tiene un trasfondo demasiado macabro, ellos quieren que alguien salga a la luz y con su muerte lo logran, sabes que el Boss está en estas tierras desde hace siglos por lo que me resultaría medio obvio que quieren sacarlo de sus sombras, ya que podría ser el responsable del robo de la espada- respondió con total convicción.

Su información se fue mezclando en mi cabeza de manera constante, llegando a una mísera respuesta que no me convenía pero estaba listo para tomarla.

-Tengo que dejar de pensar que Victoria sigue con vida, vi su cuerpo en el lugar es obvio que ha muerto y necesito deshacerme de toda la información que me incrimine ya que esta me incrimina por el simple hecho de que si se hace viral tendrán algo sólido para demandarme como cómplice- le dije con pesar en la voz.

Vi cómo asintió a mis palabras al momento que levantaba la carpeta, Ethan no me rebatió pero dejé que pensara muy dentro de su mente que estaba convencido de que yo me creía esa treta, me informaron unos espías que el hombre que tenía enfrente había estado jugando sucio conmigo como lo hacía Manuel, ambos se habían vendido al Boss y eso me lo pagarían, tenía que hacer desaparecer los informes que me había traído para lograr despistar al idiota mayor así tener el tiempo necesario, me parecía obvio que quería el Boss aunque tenía mis dudas de quien podría ser pero eran menos que las certezas.

Le sonreí cuando vi como quiso darse vuelta para abandonar la sala pero antes de que diera un solo paso me levanté de mi asiento al mismo tiempo que reía por su inocencia fingida y me encaminé hacía él quedando frente a frente con el hombre que pensé con todas mis fuerzas que había sido mi amigo de toda la vida, lo observe con los ojos bien abiertos mientras él simplemente me devolvía la mirada fría como lo hacía con los tipos que el mismo encarcela a sangre fría.

-Tantos años siendo como hermanos y me traicionas con el primero que se te cruza- murmuré viendo como se mantenía firme sin titubear ante mi arma sobre su frente.

Ethan ni siquiera se movió un centímetro mientras a la vez me sonreía con una sonrisa desquiciante que no hizo mella en mí ya que toda mi vida había convivido con tipos que estaban más locos que el mismo que estaba frente a mí, pero para mala suerte de él mi mente no sanaba de todo lo que había vivo a lo largo de los años.

-El Boss estará de lo más contento cuando sepa que su pichón está dejando caer la careta que tanto tiempo tuvo, así que dispara, se un Vital de sangre- gritó levantando sus brazos.

No me detuve a pensar que ese chico había sido como mi hermano y dispare.

El cuerpo cayó hacía un costado dejando tirada la carpeta que desparramó las fotografías y el informe médico, me quedé mirando la luz que entró por las puertas de mi despacho al mismo tiempo que me giraba y volvía a disparar hacía el otro traidor que cayó hacía delante sin vida, por suerte nadie se encontraba en el cuartel como para ser alertado por los disparos, además nadie lo sabría, mi padre había construido este despacho con paredes insonorizadas por lo que los disparos simplemente se escucharán de afuera como una simple piedra cayendo sobre el suelo.

Baje mi arma dejándola al lado de mi pierna y me quedé contemplando las estrellas que figuraban por mi ventana y simplemente dije.

-Se que estas vivas Piccola y te encontraré a como dé lugar.

Volví a la realidad cuando los labios de la chica se aplastaba sobre mi boca con gran hazaña, la mujer se había pasado un poco en su trabajo pero logró despistar al Señor Bruno que pasó por nuestro lado logrando pedir disculpas por la interrupción, me separé de la joven al momento que no la separaba de mí cuerpo y observaba al tipo que nos miró con un poco de desagrado al momento que hablaba fuerte y claro con el tono urgente.

-Disculpen la molestia pero quería saber donde se encuentra el cuarto de baño- pidió con una sonrisa coqueta hacía la chica que le devolvió la misma mirada y le respondió.

-Sube por las escaleras y pasa por el pasillo a la primera puerta a la derecha, te encontrarás una puerta blanca, ese es el baño- le dijo con amabilidad sin despegarse de mí cercanía.

Asintió y se perdió por las escaleras que le había dicho Isabella con una sonrisa, esperé con paciencia a que sus pequeños pies subieran con velocidad hasta que capte la puerta del baño cerrándose con más fuerza que la necesaria, me separé de golpe para arreglarme la ropa lo más rápido posible por el hecho de que necesitaba estar preparado para la batalla campal que nos esperaba en cuestión de minutos.

-Tu parte del trato- le dije sacando un sobre con dinero dentro.

-Un placer hacer negocios contigo- dijo antes de irse.

Todo lo tuve realmente planeado.

El Adiós Dorado 1LWhere stories live. Discover now